Celebran Jubilación/ El padre John Norman deja un legado de espiritualidad y excelencia educativa

Foto de Archivo

Photo 1 of 2

El padre John Norman

Traducción: Laura Vallejo

HOLLADAY — Al contemplar 43 años de servicio en la Diócesis de Salt Lake City, el padre John Norman, quien a finales del mes de julio se jubila, no tiene más que buenos recuerdos.

El padre Norman fue ordenado al sacerdocio el 7 de septiembre de 1979 por el Reverendísimo Joseph Lennox Federal, sexto Obispo de Salt Lake City, en la Catedral de la Magdalena. Inmediatamente fue asignado para servir en la preparatoria Católica de Judge Memorial como maestro.

El padre dijo que la asignación fue inesperada. “Yo quería irme a trabajar en una parroquia, yo no habría elegido eso. Nunca lo había elegido para mí, pero resultó ser algo maravilloso.”

En su juventud el padre Norman fue estudiante en Judge. Después de su graduación asistió al seminario Mount Angel en Oregon, y después terminó sus estudios avanzados en teología en la Universidad Pontificia Gregoriana en Roma, antes de su ordenación para la Diócesis de Salt Lake City.

Después de 10 años enseñando en Judge, el padre sirvió como director en la preparatoria Católica de St. Joseph en Ogden (1989-1997). De ahí se fue a la preparatoria Católica de Juan Diego (2004-2008). De 1997 al 2004, el padre sirvió como presidente en Judge. En el 2013 recibió el premio ‘Christ the Teacher’ de las escuelas Católicas de Utah, por sus muchos años de servicio en esas escuelas.

Durante sus anñs en la educación, el padre Norman siempre apoyó en las parroquias, especialmente en las que estaba en residencia. Hasta el 2004 el padre siguió en la educación, pero en ese año fue asignado a la parroquia de Our Lady of Lourdes en Magna, en donde sirvió como párroco por cuatro años. Desde el 2011 ha sido el párroco de la Iglesia Católica de Saint Vincent de Paul, la cual había sido la parroquia de su familia desde que en 1968 su familia se mudó a Salt Lake City de Logan.

El padre ha continuado promoviendo la educación en su parroquia ofreciendo lecturas y series de películas para ayudar a enseñar sobre la fe.

“Es un ministerio mayor de la Iglesia y es una gran responsabilidad el ser sacerdote, el que tenemos que santificar, gobernar, enseñar y predicar,” dijo el padre. “Creo que no hay nada más que se suponga debamos estar haciendo.”

Conforme reflexiona en el pasado, el padre Norman recuerda a las muchas personas a las que ha servido con su trabajo.

“El trabajar con las personas de la diócesis ha sido un gran honor,” dijo el padre, “especialmente con la facultad en las escuelas de St. Joseph en Ogden: ellos son muy dedicados. He pasado un poco de tiempo con esas personas cuya dedicación a veces pasa desapercibida.”

En el mes de agosto el padre Norman se mudará a Las Cruces, Nuevo México, en donde espera poder ofrecer su servicio. Mientras que no tiene una asignación oficial, “hay muchas portunidades para actos de caridad, tal vez ayudando y asistiendo con los temas de la frontera en cuanto a la dignidad de la vida y las oportunidades para ayudar a los demás,” dijo el padre.

Al padre le ilusiona el clima templado y el contar con la oportunidad de tener a su caballo. Durante su tiempo libre el padre espera leer varios libros, escribir artículos, “contemplar la vida, cosas que aun no he tenido tiempo de hacer,” dijo el padre quien también espera las caminatas con su perro y escuchar música. “Voy a tomar aire profundamente.”

El padre Norman deja a sus feligreses y amigos en la diócesis la  exhortación de Pablo en su carta a los Efesios (Pablo 6:18) orar los unos por los otros. “Estamos llamados a orar los unos por los otros para que así todos podamos conocer la extensión del amor de Dios,” dijo el padre. “Oro para que todos aprendamos a valorar la grandeza del amor que Dios siente por nosotros.”

La parroquia planea una celebración en honor del padre el 15 de julio.