Cuaresma 2018 – Elévate. Sacrifica. Ofrece.

Friday, Feb. 09, 2018
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Obispo Oscar A. Solis
By El Rev. Oscar A. Solis
Obispo de Salt Lake City

El 14 de febrero, 2018 la Iglesia celebrará el Miércoles de Ceniza, guiándonos hacia la temporada Santa de la Cuaresma. Cuaresma es el momento de gracia parar la renovación de nuestras promesas bautismales. Es un momento especial de gracia que abre la puerta a la renovación de nuestra fe a la transformación de nuestra vida a través del arrepentimiento y de la conversión de nuestros corazones como seguidores de Cristo. Estamos llamados a no solo ser absueltos del pecado, sino a también alcanzar la verdadera conversión de nuestros corazones y mentes como seguidores de Cristo. Durante estos cuarenta días, unimos nuestros corazones con Cristo en Su pasión, muerte y resurrección renovando así nuestra promesa bautismal. Recordamos las aguas de nuestro bautismo en el cual fuimos bautizados en la muerte de Cristo para así poder resucitar con Él a la nueva vida.

Esta temporada expresa su carácter penitencial en la imposición de las cenizas en nuestras frentes nos recuerda de nuestra mortalidad y de la invitación a arrepentirnos alejándonos del pecado y regresando a Dios con todos nuestros corazones. La disciplina de la Cuaresma de sumergirnos en oración, ayuno y trabajos buenos nos ayuda a que una vez más enfoquemos nuestra mente y corazón en la base de nuestra redención.

El tema de la Cua-resma 2018 de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos nos ayuda a guiar nuestro camino hacia el arrepentimiento y la reconciliación, Muy a menudo, las preocupaciones con palabras cautivan más nuestra atención en la vida. Durante esta temporada Santa, tratemos de poner nuestra atención de las distracciones con palabras y volvamos a enfocar nuestra atención en Cristo. Es importante que hagamos un tiempo para la oración, para alzar nuestros ojos, nuestras voces y nuestros corazones hacia Dios sumergiéndonos en Su amor y presencia salvadora.

La cultura del presente ha afectado tremendamente nuestras actitudes y disposiciones. Existe un gran deseo de gratificación, de comodidad y de conveniencia tan grande que tratamos de evitar cualquier dolor, problema o dificultad que conlleve sufrimiento. Nuestra unión con Cristo incluye sacrificio, la capacidad de aceptar nuestras propias cruces en vida. Los ejercicios espirituales y las disciplinas de la Cuaresma de la Iglesia, tales como el ayuno y la abstinencia, nos ayudan a fortalecer nuestros carácter Cristiano para poder alejarnos del pecado e inclinar nuestros corazones hacia la santidad.

 El Papa Francisco nos ofrece sugerencias para ayudar a enfocarnos en Cristo y en nuestros hermanos y hermanas, especialmente en aquellos que e necesitan de nuestra atención, ofreciéndoles nuestros cuidados, amor y compasión. Él nos anima a ver más allá de nosotros mismos, a salir a las periferias y sentir el dolor y a ayudar aliviar el sufrimiento de aquellos que están marginalizados por nuestra sociedad. Nuestro Santo Padre sugiere desha-cernos de la cultura de la indiferencia para así poder desarrollar más sensibilidad ante los apuros de los pobres y necesitados. Él nos reitera que nuestra Iglesia es misionaria por naturaleza así es que las parroquias no deben de permanecer contenidas sino en su lugar salir a cada nación y personas y establecer “islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia.”

Quisiera enfatizar la dimensión comunitaria de la temporada de Cuaresma, así es que le hago un llamado a mis hermanos sacerdotes, diáconos, mujeres y hombres religiosas y a todos los files de la Diócesis de Salt Lake City a unir nuestros corazones en un viaje espiritual de Cuaresma como una sola comunidad de fe. Dios nos llama a ser comunidad y a establecer una relación con Él y con los demás construyendo así Su reino entre nosotros. Sea así que nuestro propósito sea ayudar a crear en nuestras comunidades parroquiales un ambiente de oración, penitencia y caridad, los que esperamos nos lleve a una renovación espiritual y a la transformación de nuestras vidas y de nuestro mundo. Aquí algunas sugerencias que podemos incorporar en nuestro peregrinaje espiritual para observar con mayor significado la Cuaresma.

ORACION: Invite a los demás a orar, a ir a la Iglesia, dándoles recursos espirituales para a prender más acerca de la fe y de este modo de vida. Las parroquias pueden brindar mayores oportunidades para la adoración del Sagrado Sacramento, para orar el Rosario, para las Estaciones semanales de la Cruz y otras devociones Pío. Incluyan intenciones especiales durante las Misas de los fines de semana por las familias que pasan dificultades de vida, por los pobres, por los enfermos, por los desempleados, indigentes y pro quienes sufren de la violencia de la guerra, persecución, discriminación y devastación por calamidades de la naturaleza.

SACRIFICIO y TRABAJOS de CARIDAD: pongamos nuestra fe en acción a través de la opción preferencial hacia los pobres y acciones de caridad. Promueva la solidaridad ensenando a los demás sobre la pobreza global, la desigualdad y otros sistemas opresivos para cambiar y protegerla vida y dignidad humana. Retese a ser más sensitivo ante las necesidades de los demás a través de ejercicios como el ayuno, abstinencia obras buenas y sacrificios. Apoye y contribuya mejorando las vidas de las personas a nivel local y que viven en el extranjero en pobreza a través de:

*Operación Plato de Arroz – una oportunidad para orar con nuestras familias y comunidades de fe, para ayunar en solidaridad con el hambriento, para aprender sobre la comunidad global y los retos de la pobreza, para dar contribuciones a los necesitados. Para mayores informes visite www.crsricebowl.org.

*Asociación Holy Childhood – busca informar y empoderar “niños” quienes sufren grandemente en las misiones Católicas en el mundo con la esperanza de que a través de las experiencias de la compasión y donación, ellos sientan el poder del Espíritu Santo en sus vidas.

*Catholic Community Services de Utah (www.CCS.org) brinda ayuda local a los indigentes, refugiados e inmigrantes y a aquellos quienes necesitan alimentos, vivienda y necesidades básicas a través de sus contribuciones financieras y horas como voluntario.

*Ministerio del Buen Samaritano: Patrocine una recolección de alimentos en su parroquia y distribúyalas en los bancos de alimentos; done dinero o bienes para la ayuda de rentas, cobijas y sleeping bags para los indigentes, a través del programa del Buen Samaritano de la Catedral de la Magdalena.

*Catholic Relief Services: en solidaridad con su misión, provee donaciones para ayudar a las necesidades de emergencia de las personas en el mundo que son afectadas por calamidades de la naturaleza, para aquellos que viven en la pobreza y son víctimas de la guerra, violencia e injusticia.

*Defensoría Católica en la Legislación: participe e involúcrese como ciudadano de nuestro país haciendo la diferencia en las prácticas de nuestras leyes que afectan el bien común, protegiendo la santidad de la vida y defendiendo la dignidad de cada persona – el no nato, el enfermo, los ancianos, el hambriento, los inmigrantes y los refugiados.

Unido a ustedes con sus oraciones y misiones, deseo que todos tengamos una Santa temporada de Cuaresma para recibir la gracia de Dios y ¡celebrando las bendiciones de la Pascua!

+El Reverendísimo Oscar A. Solis

Obispo de Salt Lake City

Traducido por: Laura Vallejo

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