Los padres Rogacionistas del Corazón de Jesús es una orden de sacerdotes y religiosos que fue fundada el 16 de mayo de 1897 por San Aníbal Maria di Francia. La palabra ‘Rogacionista’ viene del latín ‘rogate’ el cual significa oración.
Desde su fundación la orden se ha propagado de Italia a los Estados Unidos, Europa, Sur América, México, India y las Filipinas, entre otros países.
SALT LAKE CITY — El padre Ryan Jiménez RCJ, uno de los dos sacerdotes Rogacionistas que recientemente llegaron de las Filipinas para servir en la Diócesis de Salt Lake City, sintió su llamado al sacerdocio cuando tenía 14 años de edad. Un día asistiendo a Misa junto con su mamá, el padre dijo que se sintió cautivado por el sacerdote y quiso seguir sus pasos, “pero cuando le dije a mi mamá ‘Mamá quiero ser un sacerdote’ su respuesta fue ‘No, tú eres muy pobre.”
El padre dijo que asistir al seminario en las Filipinas cuesta mucho dinero.
Así el padre puso de lado la idea hasta que un buen día un padre visito su preparatoria y ofreció una charla sobre las vocaciones, específicamente sobre el sacerdocio y “al platicarlo con mis amigos, me di cuenta de que tenía mucha determinación para lograrlo,” dijo el padre.
Él y sus amigos asistieron a una orientación en el seminario y después de cinco días decidió unirse al mismo.
Aunque no tenía le dinero para costear su educación., “Dios envió a personas que fueron mis benefactores, mis patrocinadores, y que me ayudaron a ingresar al seminario,” dijo el padre agregando que ha visto como Dios lo ha apoyado durante su vocación sacerdotal.
En el 2008 el padre profesó sus votos de castidad, pobreza y obediencia, con los que antes de su ordenación en el 2025, el padre fue misionero religioso de su orden, El padre dijo que su ordenación fue una continuación y profundización de su vocación religiosa.
En sus nueve años como sacerdote estos “han sido básicamente el seguir a nuestro Señor siendo un siervo de su rebaño,” dijo el padre Jiménez.
Compartiendo que en las Filipinas el ser sacerdote es un gran privilegio el padre dijo que “las personas te tratan como rey; he tenido que luchar contra esa mentalidad y las personas no deberían de darnos ningún tratamiento especial. Yo solo sigo a Jesús y estoy para servir no para ser servido.”
Aunque el ser sacerdote requiere de mucha determinación y el ministerio tiene algunos requisitos especiales, el padre Jiménez dijo que esta realmente feliz y emocionado sobre el camino en que Dios lo ha puesto.
La invitación para llegar a Utah llegó a través de un amigo sacerdote, un antiguo Rogacionista quien ejerce Ministerio para la Diócesis de Chicago y quien conoce al Obispo Oscar A. Solis. El padre Noel Reyes quien también tiene una muy buena relación con el Superior Provincial del padre Jiménez así es que “en una plática se mencionó que había una oportunidad para nosotros los Rogacinistas de servir en Utah,” dijo el padre Jiménez.
El Obispo Solis y el superior provincial tuvieron una conversación y “se nos preguntó si estábamos disponibles, y pues aquí estamos,’ dijo el padre Jimenes quien llego a Utah junto al padre Carlos Guzmán, RCJ.
Esta es su primera vez en los Estados Unidos y el clima de Utah lo impactó un poco, “pero no es realmente nuevo para mí,” dijo el padre ya que por los últimos cuatro años fue misionario en Vietnam, “y allí en un lugar en las montañas el clima era muy similar al de aquí. Así es que, aunque no me gusta mucho el frío, ya lo había sentido antes.”
Además una nueva experiencia que recientemente tuvo en Utah fue algo sorpresivo. Al padre le gusta mucho el basquetbol y “me siento muy bendecido ya que la semana pasada pude ver en vivo un juego- por primera vez en el Centro Delta,” dijo con una gran sonrisa en su rostro.
Durante los próximos meses conforme pasa por su orientación el padre Jiménez servirá como Vicario parroquial temporal en la Catedral de la Magdalena.
“Siempre oramos por las vocaciones. Me he dado cuenta de que en Utah es algo con lo que más quiero contribuir, orar por más vocaciones y esperando que más jóvenes quieran abrazar su vocación al sacerdocio,” dijo el padre Jiménez agregando que “el viñero es grande pero los trabajadores pocos.”
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