El Obispo Solis conmemora el genocidio en Ruanda

IC Foto/Marie Mischel

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Traduución: Laura Vallejo

TAYLORSVILLE —En Pentecostés, el Obispo Oscar A. Solis, celebró Misa en la parroquia católica de St. Martin de Porres en Taylorsville, la liturgia también conmemoró el genocidio de 1994 en Ruanda.

Entre los presentes en la congregación estuvieron miembros de la parroquia de la comunidad de Ruanda. El Obispo Solis les dijo que se unía a ellos en el dolor y sufrimiento que el genocidio trajo y a su duelo al recordar a sus seres queridos que perdieron la vida, aso como en la alegría de poder celebrar su libertad.

Al comienzo de su homilía el Obispo les pidió a los jóvenes que se pararan y mostraran la camiseta que muchos de los miembros de la comunidad de Ruanda vestían; la camiseta tenia el lema ‘Recuerdan Unan y Renueven; el cual desde el 2014 ha sido el tema de los eventos internacionales conmemorativos.

Uniendo esas palabras con las lecturas del Evangelio para Pentecostés, el Obispo Solis   le pidió a los presentes recordar cuando Jesûs infundio el Espíritu Santo en sus discípulos y “sus corazones se llenan del amor de Dios que fue tan fuerte que se llenaron de energía, llenos de entusiasmo. Y sintieron la energía indomable del Espíritu Santo en sus vidas.”

El Obispo dijo que “Recordar es lo que hoy hacemos,” al conmemorar el genocidio de Ruanda. Los 100 días em que cerca de 800 mil personas fueron asesinadas por una violencia étnica fueron “un sufrimiento inimaginable,” dijo el obispo.

Aun así, la conmemoración de ese evento también Une, dijo el Obispo. “Hoy estamos aquí, mis queridos amigos, no solo para orar por las personas de Ruanda sino por todos los miembros de nuestra comunidad y por las personas que aun sufren por la maldad del genocidio, del aborto, de los asesinatos sin sentido y por la violencia que sucede en nuestras calles, por las guerras em lugares como Ucrania y Sudan y en otras partes del mundo.”

El Obispo dijo que muchos de los actos cometidos por la insensible violencia van en contra de la dignidad y de la santidad de la vida humana. “La paz de Pentecostés nos llama a la Unidad, a unirnos como una familia global que sean un hogar común que Dios ha creado. Recordándonos no solo de la unidad como familia o como comunidad sino de la unidad como hijos de Dios.”

Similarmente en Pentecostés “llegamos para Renovar nuestra fe en un Dios amoroso, quien nunca deja de querernos, que siempre nos cuida,” dijo el Obispo, agregando que ese era un día para “celebrar el don de la renovación de la fe, de la renovación de nuestras vidas, de la renovación de la humanidad para convertirse en los seleccionados por Dios.”

Lo más importante de recordar a Pentecostés dijo el Obispo es que “Dios nos ha dado el don del Espíritu Santo, nos dio su misión, la misión del amor tal y como Dios nos ama, de tratar a los demás con amor y con compasión como Jesús trató a los pecadores y además aprender a perdonar y amar a los enemigos.

Así es que mis queridos amigos, Pentecostés es un momento y un llamado para la renovación de nuestra fe, para renovar nuestra identidad como familia y como hijos de Dios, y de renovar nuestra  misión para ser embajadores del amor de Dios, de la paz de Dios y de la presencia de Dios y para el perdón de nuestro mundo que tanto lo necesita.”