El obispo Solis ordena a Padre Dillon

Friday, Jul. 01, 2022
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By Linda Petersen
Intermountain Catholic

Traducción: Laura Vallejo 
SALT LAKE CITY — El 24 de junio durante una ceremonia solemne pero muy hermosa realizada en la Catedral de la Magdalena, el Obispo Oscar A. Solis ordenó al  sacerdocio al diácono Tristan Dillon y a Oscar Marquina y André Sicard como diáconos transitorios. Se espera que ambos se ordenen al sacerdocio el próximo año. 
El Obispo presidió la Misa en la cual los concelebrantes fueron Monseñor Colin F. Bircumshaw, vicario general diocesano, Monseñor J. Terrence Fitzgerald, vicario general emérito; el padre Martin Diaz, Rector de la Catedral; el padre Kenneth Vialpando, vicario de clero; el padre Ralph Recker OSB párroco de la Iglesia St. Mary en el seminario Mount Angel en Oregon; y varios sacerdotes visitantes, así como otros más diocesanos.  
El diácono Guillermo Méndez  proclamó el Evangelio. Varios diáconos diocesanos, incluyendo al diácono George Reade, canciller diocesano, y sus esposas estuvieron entre los asistentes. Los Caballeros de Colón de Utah ofrecieron la guardia de honor. 
Durante su introducción para las ordenaciones el Obispo Solis dijo que “ellos se presentarán ante esta comunidad para ofrecer sus vidas con el amor de Dios para el servicio de la Iglesia y su pueblo. Esta noche nos llenamos de alegría por estos dones tan especiales de Dios.” 
Después de la Liturgia de la Palabra, el padre Dillon fue llamado al frente para el Rito de Elección por el Obispo y para el Consentimiento del Pueblo. 
“Después de preguntar entre los cristianos y bajo la recomendación de quienes estuvieron a cargo de su formación, doy testimonio de que han sido encontrados valiosos,” reportó el padre Joseph Delka, director diocesano de vocaciones, al Obispo. 
“Basándonos en la ayuda de nuestro Señor y nuestro Salvador, Jesucristo, elegimos a nuestros hermanos para la orden del sacerdocio,” respondió el Obispo Solis. 
Durante su homilía el Obispo expresó su agradecimiento por los tres ordenados. Ofreciéndole algunas palabras especiales al padre Dillon el Obispo le dijo, “Tu ordenación esta noche es la manifestación viva del amor de Dios, por nosotros, por nuestra Iglesia y por esta diócesis,” dijo el Obispo. “Con su Gracia, Dios te ha bendecido entre otros hombres con una vocación distintiva. Tu estás llamado a dar tu vida de manera especial por Dios y por su pueblo como siervo fiel y sacro.” 
El Sacramento de las Santas Ordenes, “Dios envió al Espíritu Santo  sobre ti para hacer una nueva creación, un ‘Cristo alterno’,” dijo el Obispo al candidato Dillon. “Así como Dios, el Padre, señaló a Jesucristo para ser nuestro gran sacerdote, tu compartirás y participarás en el sacerdocio de Cristo y ha ser un signo sacramental de Su presencia y de la salvación de Dios para el mundo. Desde ahora, Cristo trabaja en y a través de ti, y tu hablarás y actuarás a nombre de Cristo como cabeza de la Iglesia. En la Santa Misa, ofrecerás el mismo sacrificio que Cristo nuestro sacerdote ofreció en la cruz, y tu transformarás el pan y vino en Su Cuerpo y Sangre.” 
“Conforme realices tus deberes sacerdotales, padre Dillon, tu llevarás “las palabras de salvación de la vida y hechos  de Cristo para el Pueblo de Dios,” dijo el Obispo Solis. 
Después de la Homilía, se celebraron los rituales de la Promesa de los Electos para el Diaconado y la Promesa de los Electos para el Sacerdote. Entonces los ordenados se postraron enfrente del altar mientras se cantaba la Letanía de los Santos y los diáconos eran ordenados. 
Como parte de los ritos de ordenación, los sacerdotes de la diócesis, comenzando por el Obispo, posaron sus manos sobre el Padre Dillon; y subsecuentemente los sacerdotes intercambiaron un saludo fraternal. 
Después de que el padre Dillon recibió su vestidura como sacerdote, el Obispo Solis ungió sus manos con el santo Crisma. 
El recientemente ordenado padre Dillon concelebró la Liturgia de la Eucaristía. Después de la Comunión el padre Dillon bendijo al Obispo Solis. 
Después de la Misa y de la procesión, el padre Dillon regresó al frente de la Catedral y bendijo a su mamá, hermana, seres queridos y amistades. Conforme su mamá se hincó enfrente de él para la bendición el padre Dillon exclamó “Esto es real!”, y con una sonrisa señaló sus vestimentas sacerdotales. 
En una entrevista después de la Misa la alegría del padre Dillon era evidente. 
“Me siento como si hubiese ganado el Super Bowl,” dijo el padre. “Estoy estático y lleno de alegría, simplemente me alegra saber el resto de mi vida. Esto comienza hoy.” 

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