El Padre David Trujillo de camino a la parroquia Immaculate Conception

Friday, Apr. 29, 2016

Traducido por: Laura Vallejo
(Nota Editorial: Este es el primer artículo dentro de una serie en las que se presentan a los sacerdotes quienes han recibido una nueva asignación como administradores parroquiales. Las asignaciones que hubieran sido como ‘Párrocos’ fueron hechas como ‘administradores’ debido a la ley Canónica que rige cuando una diócesis no tiene obispo).
SALT LAKE CITY — El Padre David Trujillo ha sido asignado para guiar a los feligreses de la Parroquia de Immaculate Conception en Copperton, fungiendo como el administrador de la misma a partir del 1ero de agosto. También estará asignado como capellán y párroco de Saint Joseph Villa y los fines de semana celebrará la Misa en el Monasterio de las Carmelitas en Holladay.
“Yo fuí bautizado en la parroquia de Immaculate Conception; esta asignación me llena de júbilo y alegría,” dijo el Padre Trujillo. “Regresó a casa a la comunidad en donde empezó; mi vida ha completado un círculo. Le agradezco a mi madre por mi espiritualidad ya que ella iba diario a Misa y fue ahí en donde las semillas de mi fe fueron sembradas”.
El Padre Trujillo también espera ansioso, es poder servir en Saint Joseph Villa, lugar en donde recibió su entrenamiento clínico pastoral. 
También fue de su madre en donde aprendió  estar cómodo entre las personas enfermas o quienes sufren. “Va más allá de las palabras el describir el respeto que siento por las Carmelitas y por su oraciones”, dijo el Padre Trujillo.
En junio del 2015 el Padre fue ordenado al sacerdocio por el ahora Arzobispo de Santa Fe John C. Wester, quien fuese el noveno obispo de la Diócesis de Salt Lake City. Desde entonces el Padre Trujillo ha sido asignado a la Catedral de la Magdalena, a la parroquia de Saint Joseph en Ogden y en las parroquias de St. Thomas More y Blesed Sacrament en Sandy. “Mis mentores han sido un gran apoyo,” dijo el Padre Trujillo. El Padre dijo que al guiar a los feligreses el Padre Trujillo frecuentemente aplica lo que los varios sacerdotes y el Papa Francisco le han enseñado. Mientras discernía el sacerdocio en la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús, en donde era feligrés, aprendió como hablar con las personas del Padre Matthew Wixted .
“He aprendido a compartir sus altas y sus bajas creando vínculos, construyendo confianza, en donde ellos se dan cuenta que se pueden acercar a mí y confiarme y compartir sus vidas conmigo,” dijo el Padre Trujillo. “El clero, las vestimentas blanca y negra, simbolizan mi disposición de compartir mi vida con ellos.”
El Padre Tujillo también ha aprendido a alimentar a los feligres en un nivel espiritual. 
“No es fácil. Hay mucho sobre la naturaleza de una persona, su carácter y su fe que pueden ser más fuertes que el mío; aquellos llenos de sabiduría, edad y experiencia, pero disfruto la oportunidad de guiarlos y acompañarlos en su camino,” dijo el Padre Trujillo.
El Papa Francisco dijo que las homilías de los sacerdotes “llegan a los corazones de las personas porque les decimos lo que ya existe en sus corazones; interpretamos y verbalizamos el significado del Evangelio a través de lo que está en sus corazones,” dijo el Padre Trujillo.
Como un sacerdote recientemente ordenado, el aplica estas cosas para ir construyendo las bases de su sacerdocio, “que seguirá creciendo señalando a los demás hacia el reino de Dios,” dijo el Padre. “El Papa Francisco dijo ‘el sacerdote debe de aprender a subir la montaña junto al pueblo de Dios.”
El Padre Trujillo se encuentra aprendiendo sobre que las demandas de ser sacerdote lo llevan en diferentes direcciones.
“Monseñor Wixted me enseñó que Dios también significa ‘los grandes exteriores’’. Dios está siempre presente en todos lados. Está bien manejar para llegar a la naturaleza, para nutrir y fortalecerme y para estar con Dios. La familia también es una de mis prioridades ya que son mi base y mi apoyo. Y finalmente un sacerdote necesita un buen sentido del humor.”
Uno de los aspectos más llenadores de su sacerdocio han sido los sacramentos y el estar pendiente de lo que sigue. “Mi mentor me ha dicho que ‘no afloje’ con los obstáculos, las luchas y el dolor ya que estos son símbolos de que mi llamado es este; si puedo hacerlo, habrá lecciones aprendidas – una alegría inesperada y la confirmación de que el amor de Dios siempre ha estado presente en mi ministerio y de que Jesús ha sido el maestro”.

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