El padre Gaeta es nombrado párroco de la Iglesia de St. Peter

Friday, Apr. 27, 2018
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Padre David Gaeta
By Marie Mischel
Intermountain Catholic

Traducción: Laura Vallejo

AMERICAN FORK—A partir del 15 de mayo el padre David Gaeta será el párroco de la Iglesia Católica de St. Peter en American Fork, esto después del retiro del padre James Blaine.

El padre Gaeta fue ordenado al sacerdocio el 8 de noviembre de 1980 en la Iglesia Católica de St. Anthony of Padua en su natal diócesis de Revere, Massachusetts., por el Reverendísimo Joseph L. Federal, sexto obispo de Salt Lake City. Fue el último hombre que el obispo Federal ordenó, ya que ya estaba retirado, pero estaba sirviendo como Administrador Apostólico de la Diócesis de Salt Lake City, hasta que el Obispo William K. Weigand fue instalado el 17 de noviembre de 1980.

La primer asignación del padre Gaeta en la diócesis fue como párroco asociado de la Iglesia de  St. Joseph (Ogden). En 1982 fue nombrado párroco asociado de la Iglesia Católica de St. Ambrose y por dos meses fue el capellán temporal de la Base Aérea Hill. En 1983 sirvió varios meses como el párroco asociado temporal de la parroquia de St. Piux, para entonces sostener la misma posición en la parroquia de St. Vincent de Paul. En 1984 fue el vicario parroquial de la Iglesia de St. Thomas Aquinas. De 1985 a 1999 fue el capellán del militar Ordinariate, en donde sirvió en varias fuerzas aéreas. Después de retirarse de las fuerzas aéreas en 1999, sirvió por dos años como capellán de dos hospitales en la diócesis de Worcester Massachusetts. Asistió al Colegio de Boston en su escuela para graduados en trabajo social. Obtuvo una maestría en trabajo social en el 2001, y fue certificado como trabajador social con licencia clínica, y como trabajador social con licencia clínica independiente. Del 2001 al 2014 ayudó en varias parroquias del área de Boston y trabajó para la Administración de Veteranos  en el área de Nueva Inglaterra. Entonces se dedicó a cuidar de su madre, cuya salud estaba en declive. Después de su muerte en el 2017 , el padre regresó a la Diócesis de Salt Lake City, en donde fue asignado como administrador de la Misión de St. Florence con residencia en St. Joseph.

PREGUNTA: ¿Qué quisiera que sus nuevos feligreses supiesen de usted?

RESPUESTA: Quiero que sepan que no llego a St. Peter con una agenda o plan para nuestra parroquia. He sido Católico toda mi vida y sacerdote durante 38 años, y me he dado cuenta que todas las parroquias tienen mucho en común pero cada una es única en una forma especial. Al principio, espero poder escuchar y aprender mucho. Espero con ansias poder aprender de lo que ha estado sucediendo, y de donde la parroquia querer ir en un futuro cercano. Todos llegamos con nuestras experiencias y expectativas así es que espero poder crecer juntos como una familia parroquial. He aprendido de cada ministerio que he tenido, bien fuese en Utah, en la Fuerza aérea o en Massachusetts, y espero compartir con la gente de St. Peter lo que he aprendido y también aprender de ellos que es lo que funciona en el condado de Utah. Yo soy de Boston, así es que espero que mi acento y mi sentido del humor no sean un problema. Vengo de una familia italiana muy grande, siendo el más joven de cinco hermanos; pero mi familia permanece en el área de Boston. También siento mucho no hablar español pero espero que TODOS se sientan bien vendidos y aceptados en St. Peter.

PREGUNTA: ¿Qué espera de su nueva asignación?

RESPUESTA: Espero poder asentarme en St. Peter y estar ahí por 6 ó 12 años, ya que estar será probablemente mi última asignación en la Diócesis de  Salt Lake City. Quiero llegar a conocer a las personas del área; nunca he estado en American Fork; y construir en el trabajo del ministerio del primer párroco el padre Jim Blaine. Entiendo que el área está creciendo y espero que nuestra parroquia pueda alcanzar a los Católicos que no han sido aún parte de la Iglesia, así como a los nuevos Católicos quienes llegan buscando un hogar- parroquia. Me han dicho que el ‘espacio’ es un problema y que hay planes para construir un centro de educación religiosa con salones de clases y oficinas, y espero poder empezar con el proyecto tan pronto como sea posible. Estoy muy contento de estar en una parroquia por un largo tiempo, para que así podamos hacer planes juntos y verlos realizarse, y también para ser parte del desarrollo de la fe de los feligreses en un largo periodo de tiempo. No he tenido una asignación por un largo tiempo, ya que en el servicio militar me mudaba cada dos años o menos.

PREGUNTA: Como sacerdote, ¿cuál ha sido su mayor reto?

RESPUESTA: Durante mi sacerdocio ha habido muchos retos dictados por las diferentes locaciones y tipos de ministerio, bien fuese una asignación remota en el servicio militar, o en un hospital lidiando con la vida y muerte todos los días, viviendo por primera vez en mi vida como una minoría de fe en Utah como un joven sacerdote, o cuidando de mi madre en Boston durante su etapa final de vida. En cada ocasión, única en su forma, el denominador común fue el hambre de la gente y la necesidad de Dios como puntos pivótales en sus vidas. Tanto como amo celebrar Misa y predicar con la comunidad, creo que el sacerdote es más efectivo cuando sale del edificio de la Iglesia- conociendo a las personas en donde se encuentren y en su espiritualidad, y siendo testigos del amor de Dios en todos los lugares.

PREGUNTA: Como sacerdote, ¿cuál ha sido su experiencia más gratificante?

RESPUESTA: Han habido muchas experiencias satisfactorias y resulta difícil enumerarlas. Celebrar los Sacramentos es el más grande privilegio y honor., así como el predicar durante Misa.

En esencia es usualmente una manera más personal y un momento más íntimo cuando Dios toca a alguien, bien que esto es más comunitario y público. De cualquier modo, el ayudar a que las vidas de las personas cambien para mejorar y el poder darles la esperanza de que no están solos, de que Dios nos ama y de que hay una comunidad con la que pueden contar tanto en buenos como en malos tiempos, es maravilloso. Esa es mi visión de una parroquia y para St. Peter. Predicar es muy importante, ya que tenemos la maravillosa responsabilidad y oportunidad de iluminar los pesares de las personas y liberarlos de sus culpas. De manera personal, lo más difícil y lo mejor que he hecho en mi vida es poder haber cuidado de mi madre los últimos años. Fue extremadamente difícil el ver como su salud mental y física iban en declive, pero el haber podido estar con ella en casa y hacerla sentir lo más cómoda posible fue una bendición de Dios y de su diócesis. El 21 de abril hace un año, y cada día la extraño más. Valoro mucho que se me permitió estar en Boston para esto, y espero que esto me hará ser un mejor sacerdote y una mejor persona.

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