El padre Jorge Martinez celebra su ordenación al sacerdocio

Friday, Jul. 01, 2016
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Durante la Celebración de la Misa de Acción de Gracias se ofreció la veneración de las manos consagradas del nuevo sacerdote, las que son besadas con reverencia por los fieles. La ordenación del padre Martinez fue rea-lizada por el Reverendísimo John C. Wester, Arzobispo de Santa Fe y quien fuese el noveno obispo de Salt Lake.
By Laura Vallejo
Intermountain Catholic

SALT LAKE CITY — El 25 de junio en la parroquia del Sagrado Corazón en Salt Lake City, el padre Jorge Martínez celebró su Misa de Acción de Gracias- la cual fue su primer Misa como sacerdote; el día anterior, en la Catedral de la Magdalena, el padre fue ordenado como sacerdote por el Reverendísimo John C. Wester, Arzobispo de Santa Fe, y quien fuese el noveno obispo de Salt Lake.
 La parroquia del Sagrado Corazón estuvo llena de feligreses que llegaron desde Veracruz México, de Saint George, lugar en donde el padre Martínez sirvió como seminarista; de la iglesia de San Francisco de Asís, en Orem, lugar en el que el padre ha sido asignado como vicario parroquial; de la Catedral de la Magdalena y del Sagrado Corazón así como seminaristas de la diócesis y los Caballeros de Colón.
Entre los concelebrantes de la Eucaristía estuvieron el padre Rafael Majano de Omaha, Nebraska, el padre Oscar Navarrete de Tijuana, ambos amigos del padre Martínez, así como el padre Eleazar Silva, párroco del Sagrado Corazón y el padre Jorge Roldan, Vicario parroquial de la Iglesia de St. Mary of the Assumption en Park City.
El padre Silva fue el encargado de la Homilía la cual comenzó narrando una historia que ocurrió en una pequeña parroquia en las montañas en dónde el sa-cerdote era alcohólico. “Todos lo querían mucho, pero su adicción lo hizo cometer muchos errores… la gente se volvió muy cruel y le exigieron al arzobispo que lo castigara,” dijo el padre Silva.
El arzobispo quien ahora es conocido como San Juan XXIII, acudió a hablar con el sacerdote.
“Le pidió al padre que lo confesara…después de estar en shock el padrecito aceptó y se fueron al confesionario…lo que se dijeron no se encuentra en la biografía de San Juan XXIII pero después de esa confesión el padrecito nunca volvió a beber,” contó el padre Silva.
Al continuar con su homilía el padre Silva dijo que el Evangelio de la Misa (Lucas 9:51-62) hizo un recuento de las tentaciones a las que las personas se encuentran en la tierra, pero “nuestro Señor, no hace que llueva fuego del cielo, El escoge el camino que considera mejor para su pueblo y ese camino es la misericordia. El amarnos a pesar de nuestros defectos y errores.”
El padre Silva recalcó que el padre Martínez fue ordenado durante el Año de la Misericordia, agregando que él no podía ofrecerle ningún consejo al nuevo sacerdote.
“Vivimos en un mundo cruel en donde es muy fácil juzgar a todos…es muy fácil vengarse. Antes de pedir perdón ha-cemos nuestros juicios…lo único que le quiero decir al padre Jorge es que en su vida como sacerdote van a haber muchos momentos en el que puede llegar a considerar que necesita que llueva fuego del cielo. Pero no, eso no es la voluntad de Dios. Cuando esté haciendo su ministerio a su nuevo rebaño siempre debe de tener presente que necesita escoger la misericordia,” dijo el padre Silva.
El Padre Martínez agradeció a todos haber compartido su ordenación y esa Misa con él.
“A algunos los conozco desde hace mucho tiempo, a otros apenas los he conocido, pero sepan que a todos les agradezco sus oraciones, es por ellas que hoy estoy aquí,” dijo el padre Martínez con mucha emoción y alegría que fueron el marco de toda la celebración. “Sepan que estoy orando siempre por ustedes. Hoy estoy aquí porque Dios me ha llamado a ser su siervo… he descubierto que Él es mi felicidad.”
Entre las personas que asistieron a la Misa estaban Silvia y Fátima Rodriguez, mamá e hija quienes llegaron de la tierra natal del padre Martínez, Misantla, Veracruz para estar presentes en la ordenación del padre Martínez.
El esposo de Silvia fue uno de los maestros de la preparatoria del padre Martínez, y desde ese entonces han entablado una sólida amistad que solo se ha hecho más fuerte con el pasar de los años.
“A pesar de la distancia siempre ha existido comunicación,” dijo Silvia expresando que el haber podido estar presente en esa ocasión era una gran bendición.
“Es algo muy hermoso. Aunque sus papás [del padre Martínez] no pudieron estar aquí, yo le dije que con todo el cariño del mundo y a nombre de su mamá estábamos muy pero muy orgullosos por él,” dijo Silvia con lágrimas de alegría corriendo sobre su rostro.

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