Familia mantiene espíritu Navideņo a pesar de las adversidades

Friday, Dec. 23, 2011
By Laura Vallejo
Intermountain Catholic

(Nota del Editor: los nombres de las personas han sido cambiados para proteger su privacidad)

MURRAY – Las celebraciones de Navidad se viven de diferentes maneras en cada familia y estas no son siempre motive de alegría.

Hace muchos años cuando Pedro y Ana se conocieron en México, sus planes acerca de su futuro eran muy grandes. Querían darle lo major a su familia. Después de meditarlo decidieron que se irían a los Estados Unidos. Pagaron unos miles de dólares para poder ser cruzados por la frontera sin papeles en busca de mejores trabajos y un mejor futuro para sus hijos.

Primero Pedro arrivó a Arizona y comenzó a trabajar como contratista. Juana y sus hijos llegaron con él unos meses más tarde.

Después de un tiempo se mudaron a Utah, en donde amigos de Pedro le ofrecieron un mejor trabajo como mecánico, oficio que él ejercía en México.

"Yo creí que eso nos iba a dar estabilidad, así que nos mudamos", dijo Pedro quien junto a Juana son feligreses de la parroquia de San Pedro y San Pablo en West Valley.

Pero las cosas estaban por ponerse muy mal. El jefe de Pedro fue deportado teniendo que cerrar con esto el taller mecánico, dejándolo sin trabajo.

"He tratado y tratado y tratado de encontrar trabajo", dijo Pedro "pero los tiempos están muy duros".

Mientras tanto Juana es quien se encarga de llevar algún dinerito al hogar. Ella limpia casas.

"Pero no es suficiente; somos cuatro y nuestros hijos crecen cada día", dijo Juana, quien estima gana entre 60 y 80 dólares a la semana.

En esta Navidad solo esperan poder tener comida en su mesa y un techo en donde vivir.

"Esto no es para nada cómo esperábamos vivir", dijo Pedro. "No es lo que quiero para mi familia".

"Voy a la iglesia y rezo y rezo para que todo cambie y podamos seguirle", dijo Juana, quien ha sugerido a Pedro el regresarse a México.

"Pero allá tampoco tenemos nada", respondió Pedro.

Mientras tanto algunos de sus vecinos les han estado ayudando con lo que pueden.

"Nos dieron zapatos y ropa para nues-tros hijos, y también unos juguetes", dijo Juana. "Están usados pero en buenas condiciones, ya los escondí y se los vamos a dar para Navidad".

En su departamento Juana y sus hijos han estado cosiendo ornamentos para decorar un poco e inclusive pusieron un pequeño árbol que uno de sus vecinos les regaló.

"Una de las familias que va a nuestra Iglesia nos preguntó si queríamos un arbolito que tenían guardado y yo dije que sí", mencionó Pedro, quien solo desea que las cosas mejoren y que todos sus sueños y esperanzas se vuelvan realidad algún día. "Necesitamos seguirle y ójala que esto cambie".

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