Gracias Jefe Burbank, por apoyar la Acción Ejecutiva del Presidente Barack Obama

Friday, Jan. 23, 2015
By The Most Rev. John C. Wester
Bishop of Salt Lake City

Traducido por: Laura Vallejo
La lucha por realizar lo que está bien en lugar de lo que es popular puede llegar a ser muy difícil, pero lo es especialmente si se trata de oficiales públicos, de quienes su sustento depende de sus acciones. El Jefe de policía de Salt Lake City Chris Burbank demostró su compromiso con el servicio público – en lugar de con el sentimiento popular – con sus recientes comentarios acerca de la Acción Ejecutiva del Presidente Obama sobre la inmigración.
La acción ejecutiva trata un número de áreas de nuestro sistema migratorio roto. Por ejemplo, además de expandir el programa que provee de autorización de trabajo y de otros alivios parta los migrantes que llegaron a este país cuando niños, la orden del Presidente Obama también fortalece la seguridad de nuestras fronteras.
La oposición del Congreso a la acción ejecutiva fue inmediata y sigue. Varios procuradores de varios estados asi como gobernadores, incluyendo el de Utah, han retado la constitucionalidad de la acción, mientras que la semana pasada la Cámara de Representantes de los Estados Unidos votó para negar los fondos necesarios para implementar el intento del presidente de dar alivio para algunas familias inmigrantes.
También la semana pasada, la Asociación ‘Major Cities Chiefs Police’ cuyos miembros incluyen a jefes y alguaciles de las 56 más grandes agencias de cuerpos policiales en los Estados Unidos, enviaron un breve papel amistoso para la corte apoyando la acción del Presidente Obama.
El jefe Burbank habló a nombre de la Asociación ‘Major Cities Chiefs Police’. Tal y como lo ha hecho en el pasado, nos recordó que la manera en que tratamos a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes nos afecta a todos. 
En el caso de los cuerpos policiales, rehusar a crear un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes que han estado en los Estados Unidos durante varios años previene que los inmigrantes reporten crímenes cometidos en sus vecindarios debido al miedo de una deportación. Ese mismo miedo previene que las víctimas de un crimen hablen, dificultando los esfuerzos de los policías por darnos seguridad a todos.
No es sorpresa que nuestros sistema inmigratorio roto es malo para una efectiva y apropiada ejecución de la ley, no sólo mencionando el bien para los inmigrantes. 
El sistema sigue forzando que los inmigrantes permanezcan en las sombras, con miedo en lugar de apoyando a los cuerpos policiacos. Esto no es culpa de los individuos o de las familias que han huido de las persecuciones económicas, políticas, culturales y religiosas, con la esperanza de crear una mejor vida en América. La culpa yace en la continua negación del Congreso a adoptar un sistema migratorio que funcione.
La Acción Ejecutiva del Presidente Obama es un pequeño paso hacia el reconocimiento de la humanidad de los inmigrantes indocumentados quienes han vivido en el país con sus familias por varios años. Su acción se expande la categoría de estudiantes de universidades que pueden quedarse en los Estados Unidos sin miedo a la persecución, y permite que sus padres también se queden, con ciertas restricciones. No provee de un estatus legal y como el Congreso lo demostró con su voto para los fondos, falla en la protección  de los estudiantes y sus padres de los caprichos políticos.
 Sin embrago, a pesar de sus grandes limitaciones, los hombres y mujeres del Congreso se han dado a la tarea de llamar a esta mínima protección “amnistía ejecutiva” a pesar de que claramente no es nada de esto.
En estados como Utah, en donde los inmigrantes viven, trabajan y agregan vitalidad tanto económica como cultural, no se debería de perder el tiempo ni recursos en una acción legal costosa. 
En su lugar los estados deberían demandar que las delegaciones del congreso voten para preservar las familias de inmigrantes, no para separarlas a través de la deportación. Los fiscales – quienes son los oficiales policiales más altos en un estado – deben de unirse al jefe Burbank y a los jefes policiacos de la nación exigiendo que el Congreso finalmente tome acción en asistir a los inmigrantes a ayudar en las investigaciones criminales, para asi proteger a todos los residentes. 
Los ciudadanos que creen en la dignidad y santidad de la vida humana deberían pedir al Congreso una respuesta a su acción aun nula ante décadas de sufrimiento humano.
Para aquellos que profesamos nuestra fe junto a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, debemos de pedir a nuestros oficiales electos, más que breves, engañosas e ideológicas demandas. Estamos llamados a dar la bienvenida a los inmigrantes y a ser la voz de los pobres y de los vulnerables. 
Cumplir con nuestro llamado del Evangelio incluye que nuestros gobiernos locales, estatales y nacionales traten a los inmigrantes con la misma dignidad y respeto que a cualquier otro ser humano. Las familias de inmigrantes no son peones que se usan en juegos de hombres ideológicos. Son parte de la piedra angular de nuestra sociedad. 
Agradezco al jefe Burbank por ser un ejemplo de un líder gubernamental quien reconoce y respeta a la humanidad de todos los individuos, documentados o no.

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