Traducción: Laura Vallejo
SALT LAKE CITY — El 8 de septiembre la ‘Cena del Obispo’ (Bishop’s Dinner) 2022, en apoyo a la Catedral de la Magdalena, atrajo a cientos de personas de toda la Diócesis de Salt Lake City al Hotel Grand America.
Entre los invitados estuvieron el Rev. Rick Lawson, decano emérito de la Ca-tedral de St. Mark; el Elder D. Todd Christofferson del Cuórum de los Doce la Iglesia de Jesucristo de los últimos Días y su esposa, Kathe-rine; Khosrow Semnani, y su esposa, Ghazaleh junto con su hijo Taymour de la Fundación de la Familia Semnani; el Señor Jose Borjón, Cónsul de México y su esposa Blanca; Laurel Dokos de la Fundacion David Kelby Johnson Memorial; Tom y Mary McCarthey, representando a la Fundación de la Familia McCarthey; monseñor Colin F. Bircumshaw, vicario general de la Diócesis de Salt Lake City; monseñor J. Terrence Fitzgerald, vicario general emérito, así como una variedad de clero y religiosos de la diócesis.
Monseñor Joseph M. Mayo, antiguo rector de la Ca-tedral fue el maestro de ceremonias. El Rev. Martin Diaz, actual rector ofreció la oración de apertura.
La reunión fue “una verdadera bendición de Dios, el ver a líderes de la Iglesia y miembros de varias religiones, reunidos en un espíritu de caridad, amistad y camaradería para una causa noble y común,” dijo el Obispo Oscar A. Solis quien ofreció los comentarios finales. “Su apoyo a la Catedral de la Magdalena envía un pode-roso mensaje no solo a esta comunidad, sino a nuestra sociedad y al mundo, de que una asociación con una misión común de llevar el amor de Dios a todos, y de juntos ayudar a la construcción de una mejor sociedad y humanidad.”
Durante sus cometarios el padre Diaz dijo que el apoyo de los presentes a la cena ayudará a preservar a Catedral.
“Como me gusta decirle a Monseñor Mayo, solo estamos en los segundos cientos de años,” dijo el padre Diaz, causando que la audiencia se riera. “La Catedral estará de pie cien años más. Estará aquí por su apoyo. Estará aquí por ustedes que como las personas de hace cien años decidieron apoyar y construir lo que tenemos, así es que, de una generación a otra, construyendo, construyendo y construyendo, preservando lo que tenemos y llevándolo hacia el futuro.”
El invitado de honor fue el Reverendísimo Daniel H. Mueggenborg, Obispo de Reno, quien habló sobre la arquitectura de la Catedral.
El Obispo Mueggenborg dijo que la herencia de la Ca-tedral de la Magdalena data de más de 1,700 años, a la Basílica de San Juan Letrán en Roma, la primera catedral.
Una inscripción en latín en la basílica “realiza una declaración muy clara”, dijo el Obispo. “La madre y cabeza de todas las iglesias de la ciudad y del mundo’, y si esta declaración es cierta, y yo creo que lo es, entonces cada catedral en el mundo hereda la identidad de ese edificio espiritual antiguo…”
Durante los primeros 300 años de cristiandad, los miembros de la fe no podían desarrollar edificaciones propias, así es que cuando finalmente pudieron construir una catedral, “quisieron que el primer lugar de alabanza pública fuese una declaración de la identidad cristiana en el arte y la arquitectura, lo que los distinguió de las culturas paganas y los ayudó en su misión,” dijo el Obispo.
El Obispo Mueggenborg dijo que una de las maneras en que lo hicieron fue con el tamaño de la Catedral, en la antigua Roma los templos eran muy pequeños, ya que solo el sacerdote ingresaba y las personas permanecían en el exterior. Sin embargo, el Papa Sylvestre I quisó que la basílica fuera lo suficientemente grande para albergar a la comunidad.
Hoy en día las catedrales son grades “ya que deben de brindar espacio para todos,” agregó el Obispo. “Ser inclusiva de tanto pecadores como de santos es parte de su misión, así como dar la bienvenida y acomodar a todos los llamados por Dios así como a quienes responden el llamado… cuando excluimos, siempre nos hacemos menos y no más.”
Los primeros cristianos también realizaron una entrada central hacia la basílica, no como los templos imperiales romanos, los cuales tenían entradas a los lados. Una entrada central envía el mensaje de que “somos un pueblo que camina, quienes ven para adelante llenos de esperanza por el futuro que posiblemente nunca experimentaremos en vida,” dijo el obispo Mueggenborg.
Ese mensaje es muy importante en la cultura de hoy en día, ya que enfatiza una gran gratificación, aún así, “hoy estamos aquí, todos nosotros, ya que las generaciones que nos antecedieron pasaron sus vidas trabajando con gran esperanza… así como nosotros hoy disfrutamos los frutos del trabajo y sacrificio de nuestros antecesores, estamos llamados a hacer lo mismo para las generaciones venideras,” dijo el obispo Mueggenborg.
Otra de las diferencias de las Catedrales Católicas y los templos paganos es que los templos paganos fueron adornados intensamente en el exterior, “pero estaban vacíos en el interior; obs-curos, rancios, huecos, con cuartos corrompidos llenos con una sola estatua de una deidad,” dijo el Obispo.
En contraste, la fachada original de San Juan Letrán fue relativamente sencilla, “pero el interior era ra-diante, hermoso y Glorioso… Cuando la luz de las 20 ventanas laterales la llenaba, la Basílica no era menos que un gran vistazo a la radiancia del cielo mismo,” dijo el obispo Mueggenborg, y esto se convirtió en un símbolo de Jesús mismo, “quien parece ser muy humilde y modesto para quienes se cruzaban con Él, pero glorioso para quienes reconocen en Él la presencia de Dios.”
Para finalizar el Obispo le pidió a los presentes recordar esas lecciones cuando vean la Catedral de la Magdalena: que su tamaño tiene la intención de ofrecer un lugar para todos, que su largo pasillo central es un recordatorio del camino de la vida, “y recuer-den no es lo que está afuera lo que es más importante, sino lo que está dentro. Ese mensaje debe de inspirarnos a poner nuestra atención y esfuerzos en llegar a ser gente buena, de carácter virtuoso, con una convicción y con una integridad heróica.”
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