La 'Bishop's Dinner' honra a Monseņor M. Francis Mannion, dando la bienvenida al reverendísimo obispo William K. Weigand

Friday, Oct. 09, 2015
La 'Bishop's Dinner' honra a Monseņor M. Francis Mannion, dando la bienvenida al reverendísimo obispo William K. Weigand + Enlarge
Monseņor M. Francis Mannion, párroco emérito de la iglesia de Saint Vincent de Paul así como antiguo párroco de la Catedral de la Magdalena, fue honrado durante la ?Bishop'sDinner' realizada el 1ero. de octubre. IC Foto/ Chrsitine Young

SALT LAKE CITY — Monseñor M. Francis Mannion, párroco emérito de la iglesia de Saint Vincent de Paul así como antiguo párroco de la Catedral de la Magdalena, fue honrado durante la ‘Bishop’sDinner’ realizada el 1ero. de octubre.
El evento anual de beneficia para la Catedral de la Magdalena “la Madre Iglesia, el hogar de todos los católicos en Utah”, dijo el padre Martin Díaz, párroco de la Catedral de la Magdalena. “La catedral es el hogar del  de la escuela del Coro, del programa del Buen Samaritano y del Festival de las Artes y Humanidades así como del Festival de órgano Eccles International. 
Como rector de la catedral de 1986-2000 Monseñor Mannion supervisó la renovación y restauración de 12.5 millones de dólares de la catedral, fue moderador de la campaña de recolección de fondos, sirvió como gerente de proyecto y fue el enlace entre el contratista y  los arquitectos cuyas oficinas estaban ubicadas en Nueva York. 
El reverendísimo William K. Weigand, séptimo Obispo de Salt Lake City y Obispo emérito de  Sacramento, fue el orador invitado. El obispo Weigand fue parte instrumental en el crecimiento del imágen de la catedral en la comunidad de Salt Lake. Con la ayuda de Monseñor Mannion así como de varios líderes comunitarios, el obispo Weigand comenzó la campaña capital para la restauración del interior de la catedral la cual se realizó entre 1991-1993.
Conforme los años pasaron la suciedad se ha acumulado en las ventanas y murales de la catedral. Además, el órgano necesitaba ser reemplazado y el techo reparado. 
La renovación fue un proyecto muy grande y costoso al cual algunas personas le tenían miedo, dijo el obispo Weigand conforme se presentaba un video durante la cena.
“Monseñor Mannion fue muy dedicado a esta visión de la catedral e invirtió horas y horas de trabajo en el proyecto”, dijo Gregory Glenn, director de música litúrgica de la catedral en el video. “Al mismo tiempo Monseñor Mannion ayudó a los necesitados; en varias ocasiones lo vi alcanzar e ir de maneras extraordinarias para llevar confort, ayuda y soluciones a los problemas”.
La catedral de la Magdalena estuvo lista para “la Misa de Año Nuevo de 1992 y para el Año Nuevo de 1993… fue un momento muy emotivo y maravilloso de estar de vuelta en casa”, dijo Glenn.
La Misa de Año Nuevo de 1993 “fue la primera vez durante la renovación que las lágrimas inundaron mis ojos; me levante de mi silla y no podía hablar al darme cuenta de que el proyecto había concluido”, dijo Monseñor Mannion en el video. 
“Fue una renovación futurista’ [la catedral] es un lugar de alabanza y oración, un lugar que ofrece arte y un lugar al que el pobre y hambriento pueden llegar”.
Los días en que Monseñor Mannion ofrecía visitas guiadas por la catedral, el habla de la ‘reciente’ renovación recibiendo miradas de asombro de los jóvenes. “El proyecto comenzó hace 28 años y tomo cinco años de planeación y tres años de ejecución”.
“Mientras soy yo quien está recibiendo el crédito, al final este debe de ser para el obispo Weigand ya que sin su liderazgo, no hubiera sucedido”, dijo Monseñor Mannion durante la cena. “Me rodee de las mejores personas, de arquitectos de renombre mundial y de artistas íntimamente  involucrados con la comunidad en general. El tema fue ‘ La Catedral para todas las personas’; que partió de la historia de cada catedral; sin el Programa del Buen Samaritano, la catedral sería un museo de arte”.
Una catedral también es para los pobres “tal vez más para ellos que para alguien mas ya que ellos necesitan lugares hermosos a los que puedan ir… orar y sentarse; tal vez no tengan muchas otras cosas hermosas en sus vidas”, dijo el obispo Weigand durante su presentación durante la cena. “Una catedral nos conecta con Dios, con la vida celestial para la que estamos destinados; y al mismo tiempo su belleza refleja lo que somos como iglesia local”.
El obispo Weigand dijo que la renovación de la catedral comenzó hace 35 años. “Cuando llegue a esta diócesis en 1980, me asignaron un número de prioridades y entre ellas estaba la renovación de la catedral; el exterior ya había sido realizado”.
Entre 1980 y 1988 “construimos una comunidad de fieles”, dijo el obispo Weigand. “Estuvimos desarrollando un análisis de necesidades, de prioridades del plan pastoral, de mecanismos para iglesias modernas, de consejos pastorales diocesano, de la Fundación Católica y de muchos otros animando a que las personas hablaran y estuvieran activas en lo que estaba sucediendo”.
En 1991 el obispo Weigand solicitó al Papa Juan Pablo II que nombrará al entonces Padre Mannion como Monseñor reconociendo así su trabajo durante la restauración de la catedral.
“Lo hizo bien; lo hizo sin descanso”, dijo el obispo Weigand.

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