Los estudiantes católicos pueden crecer en sabiduría y gracia

Friday, Jan. 25, 2013
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El Reverendísimo John C. Wester, Obispo de Salt Lake City
By The Most Rev. John C. Wester
Bishop of Salt Lake City

El proclamar la palabra es una función permanente y una alegría para la Iglesia de Jesucristo". Eso dice el documento publicado en 1973 ‘To Teach as Jesus Did’ del USCCB, acerca de la misión de la iglesia. Este documento es tan relevante hoy como lo fue entonces. … "La educación católica es una expresión de … la misión confiada por Jesús a la Iglesia que Él fundó.

A través de la educación Jesús busca preparar a sus miembros para la proclamación de la Buena Nueva y para traducir esta proclamación en acción". Celebrando la semana de las escuelas católicas, me viene a la mente esta misión y una razón para saludar y expresar gratitud a nuestras escuelas católicas en Utah.

Conforme visito la diócesis, nunca me dejo de sorprender por el éxito y ejemplo de nuestras escuelas, las cuales llevan la misión misma de Jesucristo de educar y guiará a los jóvenes.

Nuestras escuelas realmente son ‘Casas de formación’ en donde los estudiantes entran en una relación más interna con Jesucristo y aprenden como vivir esta relación a diario, además de prepararse para ser líderes de la Iglesia en nuestro mundo. Nuestros estudiantes no sólo aprenden acerca de las verdades de la fe, también aprenden que la fe esta inherente en las verdades del universo que con dedicación estudian en sus varias clases.

Las escuelas católicas tienen la capacidad de moldear al ser humano; su mente, cuerpo y espíritu.

Construyendo bajo la sólida base de las sagradas escrituras y la sagrada tradición, nuestros estudiantes investigan los conocimientos en ciencias, humanidades, artes y mucho más.

Aprender a vivir en comunidad, amando a Dios y viviendo de una manera práctica y de formación. Nuestros estudiantes ven la belleza de nuestras familias, de las parroquias y escuelas, reuniéndose para dar un verdadero ‘seminario’ en donde ellos puedan crecer tanto físicamente como en sabiduría y gracia.

Estoy profundamente orgulloso de las escuelas católicas de nuestra diócesis y agradezco esta oportunidad para alabarlas.

Me gustaría agradecer a rodos aquellos que hacen que nuestras escuelas católicas en lo que son. Al sinnúmero de personas que han dedicado sus vidas a la educación católica y a todos aquellos que se sacrifican para que las escuelas sean posibles, Agradezco a la Hermana de La Santa Cruz Catherine Kamphaus, Superintendente de las Escuelas católicas, a la Hermana de la Santa Cruz Genevra Rolf, Asistente de Superintendente, por su extraordinario liderazgo y servicio, así por su personal.

También agradezco a los directores, administradores, personal y miembros del comité diocesano escolar y alumnos que trabajan tan diligentemente dándose a los estudiantes.

Sus sacrificios son reconocidos y valorados. Pero más que nada agradezco a nuestros maestros que enseñan no solo por profesión sino con su ejemplo. El impacto que realizan en nuestras escuelas es incalculable.

Un amigo sacerdote jesuita una vez dijo que el maestro coopera con Dios formando las almas. Resulta difícil pensar en un llamado más noble y resulta difícil el poder agradecer a todos esos maravillosos hombres y mujeres que pasan más horas de sus días con sus estudiantes que con ninguna otra persona.

Expresando mi agradecimiento, no puedo omitir a los maravillosos padres de familia, pastores y feligreses que brindan su tiempo. Talento y tesoros a nuestras escuelas. Sus regalos son inspiración para todos nosotros.

Ustedes saben que no es fácil ba-lancear los presupuestos y al mismo tiempo mantener los rigurosos estándares que distinguen a nuestras escuelas de las demás. Realmente aprecio los esfuerzos que realizan, particularmente apoyando el programa de becas diocesano dando los fondos para que los estudiantes que no pueden pagar las colegiaturas.

Finalmente, agradezco al Sr. Y a la Sra. Sam Skaggs, quienes personalmente y desinteresadamente se han dedicado al mejoramiento de nuestras escuelas en la diócesis.

Su servicio en nuestras escuelas es le-gendario y es un testamento de su deseo de llevar el amor y la verdad de Cristo enmarcado en nuestras escuelas católicas, a tantos niños y niñas como sea posible. Le pido a todos en nuestra diócesis que oren por el Sr. y la Sra. Skaggs, quienes establecieron la fundación ‘Vivian Skaggs Armstrong’, y por sus cuatro hijos, quienes forman parte del comité de la fundación y por todo lo que ellos junto a los miembros del comité, la Hermana de la Caridad Stella Marie Zahner y la Hermana de la Santa Cruz Karla McKinnie hacen por nuestros estudiantes; mucho más de lo que nadie podrá imaginar.

Oro para que nuestros maravillosos estudiantes sigan abriéndose ante la proclamación del Evangelio de Jesucristo conforme solidifican su amor por nuestro Señor y Salvador quien está presente en todos y cada uno de los salones de clases. Después de su graduación, ellos podrán traducir esa proclamación en acción, haciendo la diferencia en nuestra iglesia y en el mundo.

¡Que Dios los bendiga siempre y los mantenga seguros!

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