Mensaje de agradecimiento

Friday, Mar. 31, 2017

Queridos amigos,

¡Saludos y que la Paz y el amor de Dios esté con todos!. Las pasadas semanas en las cuales me asenté en mi nuevo hogar aquí en Salt Lake City, han sido una experiencia maravillosa de las tremendas e indescriptibles bendiciones de Dios. No hay palabras que parezcan adecuadas para expresar mi gratitud por la maravillosa bienvenida que me han brindado desde mi llegada a Utah. La calurosa hospitalidad ofrecida a mi familia y a mis numerosos invitados verdaderamente sobrepasó mis expectativas. Ellos estuvieron cautivados por la belleza de nuestro estado y se fueron con muchos recuerdos felices, siendo así que no pueden esperar el momento para regresar de nuevo.

La música magnífica y la belleza de la liturgia en las Vísperas y Misa de Instalación estuvieron más allá de mi imaginación. Todos mis invitados no pudieron más que alabar tales celebraciones – todas bien planeadas y coordinadas, muy reverentes, con una gran espiritualidad, y los cantos fueron angélicos. Las invitaciones para los eventos, programas y publicaciones verdaderamente fueron impresionantes. Las recepciones, con abundantes refrigérios, fueron exquisitas. Así, también, la cobertura de los medios puso en evidencia la riqueza de nuestra herencia Católica.

Estos eventos en verdad sobresalieron debido a la dedicación y arduo trabajo del personal de nuestra diócesis y de nuestra catedral bajo el liderazgo de Monseñor Colin F. Bircumshaw, quien sirvió muy bien como Administrador Diocesano contando con el apoyo del clero, religiosos y la participación de un gran número de fieles.

Sin lugar a duda esto fue una manifestación de las bendiciones de Dios para todos y para nuestra iglesia local, lo cual me da la alegría e inspiración para ser su humilde pastor. Soy muy afortunado al poder contar con compañeros tan capaces y ministros dedicados en nuestra misión de evangelización.

Su espíritu de colaboración, unidad y solidaridad merece alabanza y yo les agradezco su generosidad con todo mi corazón. Por favor sepan que estoy sinceramente agradecido y mi profunda gratitud por todo su cariño y apoyo. Siempre recordaré la alegría de estos días y valoraré las memorias que hemos compartido como una familia de fe, lo cual será mi inspiración y mi fortaleza en mi ministerio pastoral.

Sépanse en mis oraciones, y humildemente les pido las suyas. Juntos alcemos nuestros corazones ante nuestro amoroso Dios para que, a través de la intersección de nuestra Santa Madre, nuestra Señora de Guadalupe, Él continúe bendiciéndonos en nuestro camino espiritual para que podamos continuar nuestra fiel y alegre misión de proclamar el Evangelio con todos.

Sinceramente Suyo en Cristo,

+ Obispo Oscar A. Solis