Mensaje de Pascua del Obispo Solis

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Saludos en la paz y amor de Cristo Resucitado!

La larga espera que comenzó al comienzos de febrero con la temporada de Cuaresma, ha terminado. En la Vigilia Pascual celebramos el momento más sacro y alegre conforme nos acercamos a la conmemoración de lamentos de la pasión y muerte de Cristo en la Semana Santa, a la gloria de Su Resurrección ante la muerte.

Inmersos en la obscuridad intrínsecamente en la desesperanza, la Resu-rrección de Cristo no solo abre la tumba que no lo podía contener, sino también abre las puertas al cielo así como los corazones de los pecadores para recibir la gracia de la divina misericordia y vida nueva. Nuestro Señor ha salido de la tumba para irradiar Su luz dispersando la obscuridad de la maldad, el pecado y odio en nuestras vidas y en el mundo.

El mensaje de la pascua suena fuerte y claro: Cristo ha fallecido, resucitado y ¡está vivo! No miren entre los muertos por Dios vivo. Cristo conquisto a la muerte yal pecado para que el mundo sepa que el bien prevalece ante el mal, el amor es más poderoso que el odio y la vida es mayor que la muerte.

La Pascua tiene muchas sorpresas, nuevas oportunidades y nuevos comienzos. En medio de la guerra, violencia, sufrimiento y retos que nos rodean, con Cristo existe la esperanza de la transformación y reconciliación. Su Resurrección nos lleva a un nuevo día, un nuevo cielo y a una nueva tierra llena con los dones de amor, esperanza, alegría y paz.

Cristo transformó la cruz, el árbol de la muerte y desesperanza, en un árbol de vida y esperanza. La Pascua nos llama a estar vivos, a caminar por el camino de la luz de Cristo Resucitado. Él ha vencido la muerte para que nosotros podamos vivir. Proclamemos la victoria y gloria de que Cristo ha ganado por nosotros y abramos nuestros corazones para darle la bienvenida a nuestro señor resucitado a nuestras vidas y al mundo.

¡Aleluya! ¡Ha Resucitado! Les deseo una santa y alegre Pascua para todos.

Traducción: Laura Vallejo