Obispo Solis: El Domingo de la Divina Misericordia nos recuerda que debemos confiar en Dios

Friday, Apr. 13, 2018
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By Marie Mischel
Intermountain Catholic

Traducido por: Laura Vallejo

Intermountain Catholic

SANDY — En el 2000 el domingo después de Pascua fue designado como el Domingo de la Divina Misericordia por el Papa juan Pablo II, ese mismo año Santa Faustina Kowalska, cuya visión de Cristo hablando de su divina misericordia dio pie a la celebración, fue canonizada. La Iglesia ofrece indulgencia plenaria a quienes devotamente celebran ese día, orando al misericordiosos Jesús, recibiendo los Sacramentos de Reconciliación y la Eucaristía, recitado el Padre Nuestro y el Credo y orando por las intenciones del Santo Padre.

En la Diócesis de Salt Lake City, tradicionalmente varias parroquias celebran el Domingo de la Divina Misericordia. Este año el Reverendísimo Oscar A. Solis, Obispo de Salt Lake City, se unió a la celebración en la parroquia de St. Thomas More en Sandy, en donde fue el celebrante de la Misa. El padre John Evans, párroco de la Iglesia, y el padre dominico Dominic Brise, capellán de la preparatoria Católica Judge Memorial celebraron la Misa junto al Obispo. El diácono John Keyser y le diacono Lynn Johnson también participaron en la celebración.

Antes de la Misa se ofreció el Sacramento de Reconciliación, y las filas fueron tales que este continuo durante la celebración del Rosario de la Divina Misericordia,

Al comienzo de la Misa, el Obispo Solis bendijo la imagen de la Divina Misericordia con agua bendita.

Durante su homilía el Obispo Solis, subrayó que las lecturas de ese día (Actos 4:32-35, 1 Jn 5:1-6 y Jn 20:19-31) “hablan claramente sobre la Misericordia de Dios.” En la lectura del Evangelio, Jesús aparece ante sus discípulos, quienes están llenos de miedo detrás de las puertas cerradas después de la crucifixión, pero en lugar de avergonzarlos y castigarlos pro abandonarlo, Cristo les ofrece paz.

“Que hermosa manifestación de la misericordia de Dios y de su perdón,” dijo el Obispo Solis, agregando que San Juan Pablo II explicó que la Divina Misericordia es la manifestación ultima en la historia del amor de Dios. “A pesar de la infinita letanía de pecados y transgresiones a los Mandamientos de Dios, Nuestro Señor nunca se cansa de perdonarnos,” dijo el Obispo Solis agregando que esto revela la Imagen de la Divina Misericordia.

La festividad de la Divina Misericordia nos recuerda sobre “la invitación que Dios nos hace para abrir nuestros corazones y recibir el amor de Dios. El mensaje de esta celebración es muy claro. Dios nos ama a todos. Su Misericordia es más grande que nuestros pecados, y Dios nos llama confiar y a recibir Su misericordia, aún sin pruebas de la misma. A creer en Él con tal confianza que no necesitamos de pruebas más que del entendimiento de que Cristo nos ha ya dado pruebas de Su amor y misericordia al sufrir, morir y resucitar. Así es que hoy, renovemos nuestra confianza en la misericordia de Dios y abramos nuestros corazones ante Su amor.”

Después de la Misa, Werking, quien organizó el evento, dijo que la Homilía del Obispo Solis recibir de nuevo los Sacramentos. Y por las largas filas que tuvimos para las Confesiones y por las caras nuevas que vimos en la Iglesia, sentimos que logramos regresar a muchas personas a la Iglesia, lo cual me ha llenado de alegría,” dijo Werking.

Entre los asistentes estaba Isaac Romero, quien llegó acompañado de sus dos hijos. Feligrés de Nuestra Señora de Lourdes en Magna, Romero dijo que durante dos años ha asistió a las celebraciones de la Divina Misericordia, ya que ha sentido como la Misericordia de Dios lo ha inundado.

Después de asistir a Misa y recibir la indulgencia plenaria, “uno se siente bendecido, muy bendecido,” dijo Bárbara Granja feligrés de St. Thomas More quien durante cuatro años ha asistido a las celebraciones del Domingo de Divina Misericordia.

“Nos gusta mucho la devoción de la Divina Misericordia,” dijo Carol Sanderson, feligrés de la parroquia de St. Vincent de Paul quien llegó acompañada de su familia. “Es un tiempo familiar maravilloso en donde juntos acudimos a la Confesión y juntos disfrutamos de la alegría y belleza de la gracia de este día.”

Al finalizar la Misa el padre Evans oró por que  “no sólo recibamos la misericordia de Dios sino para que la compartamos con los demás.”

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