Papa Francisco: El niņo Jesús nos recuerda sobre la dolorosa situación de los migrantes

Friday, Dec. 16, 2016
By Catholic News Service

Por Carol Glatz
Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS)  El árbol de Navidad y el pesebre son símbolos del amor y la esperanza de Dios, y nos recuerdan que debemos contemplar la belleza de la creación y acoger a los marginados, dijo el Papa Francisco.
El niño Jesús, cuyos padres no pudieron encontrar refugio adecuado y tuvieron que huir de la persecución, es un recordatorio de la “experiencia dolorosa” de tantos inmigrantes, dijo el Papa el 9 de diciembre, justo antes de que la luces del árbol de Navidad del Vaticano se prendieran.
Nacimientos, o pesebres, en todo el mundo “ son una invitación a hacer sitio en nuestra vida, en la sociedad, a Dios, oculto en el rostro de tantas personas que están en condiciones de malestar, de pobreza y de tribulación”, dijo el Papa a las personas involucradas en donar el árbol y pesebre para la Plaza de San Pedro.
La provincia de Trento en el norte de Italia, donó el abeto de 82 pies de altura, que estaba decorado con adornos de cerámica hechos a mano por niños que recibían tratamiento médico en varios hospitales italianos.
El pesebre, de 55 pies de ancho, fue donado por el gobierno y la Arquidiócesis de Malta. Cuenta con 17 figuras vestidas con atuendos malteses tradicionales, así como una réplica de un barco maltés que representa las tradiciones marítimas de la isla. El barco también representa “la triste realidad de los migrantes en los barcos que se dirigen hacia Italia”, dijo el Papa en su discurso en la sala Pablo VI del Vaticano.
“En la experiencia dolorosa de estos hermanos y hermanas, volvemos a la experiencia del niño Jesús, que en el momento de su nacimiento no encontró alojamiento y vio la luz en la gruta de Belén y luego fue llevado a Egipto para escapar de la amenaza de Herodes”, dijo el Papa.
“Todos los que visiten este pesebre están invitados a volver a descubrir su valor simbólico, que es un mensaje de fraternidad, de compartir, de acogida y de solidaridad”, dijo el Papa.
La belleza de los prístinos bosques del norte de Italia donde creció el árbol es una “invitación a contemplar al creador y a respetar la naturaleza”, dijo, añadiendo que “todos estamos llamados a acercarnos a la creación” y contemplarla con admiración.
El pesebre y el árbol permanecerán en la Plaza de San Pedro hasta la fiesta del bautismo del Señor el 9 de enero.
El arzobispo Lauro Tisi de Trento, durante la ceremonia de iluminación del árbol, dijo a la gente en la Plaza de San Pedro que el árbol altísimo había vivido décadas. Durante esas décadas, miles de personas de la región emigraron en busca de trabajo a principios de los años 1900. 
Es inconcebible, dijo, que la gente hoy se niegue a dar la bienvenida a aquellos que vienen de lugares más pobres con las mismas necesidades y sueños.
Manwel Grech, un escultor de estatuas religiosas de Gozo, Malta, ganó un concurso para hacer pesebre. Fue un sueño crear arte para el Vaticano y tenerlo expuesto en la plaza donde miles de personas de todo el mundo lo verán.
Con más de una docena de estatuas y una colección de animales y otros elementos, Grech es un poco tradicionalista: María, José y el niño Jesús son sus favoritos entre las esculturas de resina. Dijo que quería que María tuviera un rostro tranquilo porque “cuando ves a Jesús, te relajas”, y trató de darle a José una mirada de orgullo. 

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