¿Qué dice la Biblia sobre las donaciones?

Friday, Feb. 16, 2018
By John Kaloudis
Director of Stewardship and Development

“Pues donde está tu Tesoro, allí estará también tu corazán.” (Mateo 6:21) Estas pala-bras de Jesús han resonado en los corazones de las personas por cerca de 2,000 años. ¿De qué hablaba Jesús?

Las escrituras tienen más de 2,350 versiculos relacionados con el dinero. Jesús habla más del dinero que de ningún otro tema, incluyendo el cielo y el infierno, la oración y la salvación. El mensaje es claro: Lo que ha-cemos con nuestro dinero es algo espiritual y un indicador de lo que está en nuestros corazones.

En un versículo frecuentemente malentendido, San Pablo el apóstol escribe: “Debes saber que la raíz de todos los males es el amor al dinero”. (1 Timoteo 6:10) San Pablo nos enseña que nuestro Señor se da cuenta de que nuestras necesidades deben de ser solventadas para poder vivir y llevar a cabo Su trabajo. Sin embargo, Dios es, un Dios de amor que desea nuestro total compromiso sin que nada se anteponga a Él. Es por eso que el Apostol Pablo advierte a su primer congregación que el amor al dinero es algo maligno.

Todo lo que tenemos es un don a préstamo de Dios. Lo que hacemos con nuestro tiempo, talento y tesoros tendremos que rendir cuentas en el último día. El gran pecado de la desobediencia de Adán en el Jardín del Edén fue un abuso de su don de corresponsabilidad.

En el libro del Génesis, el misterio paradigmático del sacerdote de sacerdotes Melquiades aparece para realizar un solo trabajo: el colectar el diezmo de Abraham para entonces bendecirlo a nombre de Dios. Esto claramente nos demuestra que Abraham dio sus pri-meros (y mejores) frutos al Señor y a cambio recibió su bendición. Esto es precisamente lo que Dios nos llama a hacer. Como fieles Católicos, estamos llamados a dar y sacrificar nuestros mejores recursos, no nuestras sobras.

Cuando la mentalidad materialista nos sofoca (por ejemplo, las donaciones no centradas en la corresponsabilidad) nos volvemos esclavos del dinero en lugar de siervos de la promoción del Reino de Dios. Esto claro, no es la intención de Dios. El rey Salomón, el hombre más rico y sabio de todos los tiempos, expresó sus sentimientos de vacío y materialismo cuando dijo “vanidad de vanidades, todo es una burbuja que explota.”

Los principios de la corresponsabilidad cristiana no solo aplican al individuo cristiano sino a la vida de la parroquia. Jesús es claro cuando nos dice que Él cons-truiría y engrandecería la Iglesia, y el deber de Sus seguidores es hacerlo siendo discípulos, lo cual sería el enfoque último de todas las colectas monetarias.

La Iglesia es un cuerpo misionero, y su campo de misión es todo el mundo. El objetivo de su actividad misionera no es solamente verbalizar a las personas sobre ciertas convicciones o ideas, ni imponer una disciplina definitiva o una regla de vida, sino presentarnos con una nueva realidad, convertirnos, llevarnos a la fe y al arrepentimiento en Cristo. El santo Padre lo pone de esta manera: “Es un camino que nos lleva a la conversión espiritual.”

Para conocer el estado espiritual y la fortaleza de una congregación, solo mire su reporte de corresponsabilidad. Este nos dice todo, porque lo que las personas hacen con su dinero reflejado que hay en sus corazones. Hacemos discípulos al presentarle a Jesús a personas a través de la predicación, enseñanzas, la vida sacramental. Y le alcance de los ministerios. Es así que nuestras donaciones deben de tener enfoque. Si la Iglesia cumple con su trabajo, Jesús nos ha prometido ser fiel a hacer Su parte. Las donaciones de sacrificio pata los cristianos no son una opción, sino un privilegio de alegría.

La esencia del ministerio de la Iglesia no son los edificios, presupuestos y cuerpos, sino la construcción de la familia de Dios -  El hacer discípulos. Para ser verda-deramente ‘el pueblo de Dios’ debemos tener la mentalidad y responsabilidad de la corresponsabilidad cristiana fiel. La corresponsabilidad adecuada para una persona y para las parroquias incluye los siguientes principios: 1) reconocer que todo viene de Dios, 2) las donaciones deben de ser sacrificial, 3) las donaciones deben de ser los primeros frutos.

Si incorporamos esos principios en nuestras vidas y en la vida de nuestra parroquia, el Señor nos ha prometido hacer trabajos poderosos en nuestras vidas y en las vidas de quienes nos rodean.

John Kaloudis es el director de la Oficina de Corresponsabilidad de la Diócesis de Salt Lake City.

Traducido por: Laura Vallejo

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