Reflexión por el Aņo de la Misericordia

Friday, Jun. 03, 2016

Yo coleccionaba rocas
Yo coleccionaba rocas de los lugares que visitaba como recuerdo del tiempo que pase allí. En mi escritorio hay una hermosa piedra roja que dice ‘Cursillo 2014, Kanab, UT’ Esta me recuerda un lugar en donde encontré la Misericordia de Dios.
Unos cuantos días antes del retiro de tres días del Cursillo, había estado pasando por un periodo muy difícil. Cometí errores y estaba sufriendo las consecuencias de esos pecados. Me sentía triste, sin valor, avergonzada y rechazada. Me sentía como basura y sabía que necesitaba alejarme para poder reflexionar sobre mi vida.
Conforme el retiro comenzó, mujeres de Dios que emitian el amor de Jesús me dieron la bienvenida. Mi ser herido estaba siendo inmediatamente bienvenido y querido. El primer día compartí mis faltas y rápidamente se me recordó que soy una Hija de Dios y que El me ama, con todo y mis faltas. Todos somos seres humanos con fallas pero Jesús siempre nos va a amar.
Esa velada fui a Confesarme y recibí la absolución. Fuí perdonada. El amor Misericordioso de Dios esa noche me  envolvió de perdón y mi sanación comenzó. Los días siguientes el amor, misericordia y gracia del Dios vivo sanó mi conciencia. El fin de semana progresó con Misa, oraciones, adoración, cantos. Y compartiendo la fe, aprendí herramientas y estrategias para que Jesús fuera el centro de mi vida. Se me ofreció una perspectiva diferente, una oportunidad de redirigir mi vida. No me quería ir de allí; quería quedarme envuelta en ese capullo de misericordia y amor.
Hoy en día mi vida es diferente; mi relación con Cristo es más sólida y más profunda que lo que nunca había sido, Durante este Año de la Misericordia, los animo a que hagan a Jesús el centro de sus vidas.

 
Mary Jane DuPont
Kanab

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