Reflexión por el Aņo de la Misericordia
Friday, Jul. 15, 2016
Martha convirtiéndose en Maria a través de la Misericordia
Casi toda mi vida he sido una Martha que batalla. Me gusta planear, trabajar y tengo una afición por las listas de tareas. Me confieso culpable de no haber tenido compasión por quienes no son más pasivos y por quienes se sientan a los pies de Jesús. Yo, como Martha, soy culpable de querer una cena lista y servida.
Este Año de la Misericordia me he urgido a ir más despacio. Esta urgencia surge de los varios pasos de realización sobre la locura de mi vida diaria. Tengo el lujo de tiempo alejada de mi trabajo semanal para comenzar el estudio de mi hogar y de mi vida.
Este camino me ha llevado a una limpieza profunda de muchas partes de mi casa y a remodelar ciertos proyectos. Poco a poco he aprendido a disfrutar el camino y a realmente ser una persona, no solo una lista de trabajos que completar.
En los últimos meses he tenido tiempo para realmente revaluar el cómo ser una persona que acepta la misericordia y que la comparte, así como compartir tiempo a los pies de Jesús. La oración se ha convertido en escuchar los susurros del viento, a valorar el descanso y a la gracia que llena los momentos de paz.
Reconocer la necesidad de detenerse, de simplificar, y de disfrutar los pequeños éxitos de la vida diaria ha sido un maravilloso don de la misericordia. Ahora espero el día a día de oración y de disfrutar los regalos de la misericordia.
Mandi Knaras
Parroquia de St. Ann
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