Reflexión por el Aņo de la Misericordia

Friday, Apr. 22, 2016

Misericordia. Durante los últimos meses todos hemos escuchado esa palabra, y podría ser que nos sentimos abrumados con las pláticas sobre la Misericordia de Dios que podríamos pensar “Oh Dios, esa plática de la ‘misericordia’ una vez más”. A veces en ocasiones, es así como me he sentido en el último año, pero cuando me acerco al verdadero significado de la misericordia entiendo como esta aplica en mi vida y me doy cuenta de lo que la ‘Misericordia’ en verdad es maravillosa.
Para mí la Misericordia es: la segunda (o tercera o milésima) oportunidad que Dios me da a través de Su Perdón y amor. Cuando caigo, Él siempre me espera para que regrese a casa. Él siempre me brinda Su mano en amor y esperanza, esperando a que yo la vuelva a tomar. Como el padre en la parábola del hijo pródigo, viene recogiendo a su orgullo y se va ‘corriendo’  con su padre(Lucas 15:20),lo cual en esa época era altamente inapropiado hacer para un hombre de su posición. Que increíble es que el Amor mismo te espera cuando regresas, para recogerme en sus manos y decirme “te amo”. 
 Durante mis oraciones personales he encontrado al Señor esperándome, pero aún más importante lo he encontrado en el sacramento de la Reconcilia-ción. A veces necesitamos un empujoncito para buscar el perdón, pero es ese SI al perdón el que emancipa nuestras almas.
Consideren preguntarse, para ustedes que es la Misericordia. Abran el diálogo acerca de Dios, pues Él los está esperando. Levantémonos ante el pecado, ante nuestras fallas y sin miedo regresemos al Amor y a la Misericordia. Tal como lo dice el himno “Suavemente y Cariñosamente Jesús nos llama…nos llama, o pecadores, regresen a casa.” No esperemos más.

André Sicard
Seminarista de la Diocesis de Salt Lake City en el Seminario Mount Angel 
(Parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús)

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