Seminaristas instaurados como Acólitos

Por José Alejandro Camberos Santana

Seminarista para la Diócesis de Salt Lake City

CALIFORNIA — El pasado miércoles 25 de Octubre la Diócesis de Salt Lake City fue ben decida por la institución de dos seminaristas dentro del Ministerio del Acolitado: Jorge Martínez Gómez y José Alejandro Camberos Santana. Este ministerio fue otorgado a través de la bendición del Reverendísimo Armando X. Ochoa Obispo de la Diócesis de Fresno CA.

La ceremonia tuvo lugar en el Seminario de Saint Patrick en Menlo Park, California, donde Jorge y Alejandro, junto con 12 compañeros de diferentes Diócesis fueron invitados a prepa-rarse para llevar El Pan de Vida a los feligreses y así avanzar en su proceso de formación sacerdotal en dicha Institución.

En su homilía el obispo Ochoa explicó de forma breve la historia del ministerio del acolitado, mencionando que este tiene sus orígenes en las primeras comunidades cristianas. El acólito era la persona que acompañaba a los obispos y ce-lebrantes en sus arduas tareas. El acólito era también el compañero en la celebración Eucarística y nos cuenta la historia que en una ocasión un niño llamado Tarsicio siendo acólito tuvo que trasladar un copón con la Santa Eucaristía a un lugar seguro, pero al estar llevando el copón fue detenido por los soldados romanos. Tarsicio defendió el Santísimo al grado de dar su vida por La Santa Eucaristía contenida en el copón. La historia de este santo y valiente niño nos compromete a ser celosos de la Eucaristía y defenderla incluso con nuestra propia vida tal como lo hizo San Tarsicio.

Otra importante reflexión que el obispo Ochoa compartió en su homilía fue la exhortación a permanecer fieles en el servicio de la Iglesia, comprometiéndonos cada vez más y más. Como ministros de la Eucaristía, debemos ser modelos ejemplares en nuestro testimonio y llevar no solo la Eucaristía a los necesitados, sino también nuestras vidas al servicio de todos y en todo momento. Este ministerio en un gran compromiso para nosotros pero al mismo tiempo es una gran bendición poder llevar a Jesús a las personas más necesitadas.

Como es de saber, el Ministerio del Acolitado es el segundo ministerio a recibir en el proceso de formación sacerdotal, seguido por la petición de aceptación a las órdenes sagradas, la cual se recibe un año después. El obispo Ochoa terminó su homilía recordando la promesa de Jesús; "Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos" (Mateo 18:20). Si permanecemos unidos a Jesús a través de la oración, tendremos por hecho que Jesús siempre estará con nosotros y en medio de nosotros. Llevando Él mismo su cuerpo a las personas que lo necesiten.

Este es un acontecimiento que nos entusiasma sobremanera y a la vez nos impulsa a seguir preparándonos para ser los futuros pastores de nuestra querida Diócesis de Salt Lake City. El camino ha sido largo para ambos y aún nos faltan algunos años más para terminar pero, con la gracia de Dios y con las oraciones de los feligreses de nuestra Diócesis, veremos coronado con éxito nuestro esfuerzo.

Agradecemos a todos aquellos que muy generosamente nos han brindado su apoyo espiritual, moral y económico y aunque estamos lejos de nuestra Diócesis nuestro pensamiento, corazón y oraciones están siempre con todos ustedes.

En la Iglesia Católica Romana, "la institución" para el ministerio del acolitado se reserva para hombres seglares, usualmente para quienes están preparándose para recibir las Ordenes Sagradas. La mayor parte de las parroquias no tienen "acólitos institucionales" sino que son "simplemente acólitos o monaguillos"