Siguiendo los pasos de quienes cruzan la frontera

Friday, Apr. 11, 2014
By Marie Mischel
Intermountain Catholic

Traducido por: Laura Vallejo

SALT LAKE CITY — Caminó por el desierto, pasó por las vías y por debajo de una malla de alambre, a través de un pequeño túnel de cemento. Vio objetos dejados en el camino por aquellos quienes habían pasado antes que él: chamarras y mochilas, botellas de agua y envolturas de comida.

El día fue caluroso alrededor de 70 grados Fahrenheit. Se alegró de que fuera primavera y no verano, cuando las temperaturas llegan hasta los 120 grados Fahrenheit. Su pensamiento estaba con sus hermanos y hermanas que murieron solos, en una muerte de agonía bajo el sol del desierto, abandonados por aquellos a quienes habían pagado para que los guiaran a un lugar seguro.

A pesar de que el desierto de presentaba ante él con una belleza y serenidad, "me invadió la tristeza", dijo el Reverendísimo John C. Wester, obispo de Salt Lake City durante su caminata por el desierto de Nogales, Arizona el 31 de marzo, el obispo estuvo acompañado de 8 de sus hermanos obispos de los Estados Unidos.

Los obispos, liderados por el Cardenal Sean O’Malley de Boston, comenzaron su ‘acción fronteriza’ con una Misa en la misión de San Xavier del Bac cerca de Tucson, la cual fue fundada en 1692 por el Padre Jesuita Eusebio Kino. Después de su caminata por el desierto, visitaron a miembros de la patrulla fronteriza; caminaron por Sonora, México y al siguiente día celebraron una Misa al aire libre cerca de los 30 pies de muralla de hierro que separan los dos países.

"El propósito de este viaje, fue realmente seguir los pasos del Papa Francisco y crear conciencia de las malas situaciones por las que pasan los inmigrantes, particularmente aquellos que mueren en el desierto, y llamar la atención sobre el hecho de que queremos que se apruebe una reforma migratoria comprensiva", dijo el obispo Wester.

El pasado mes de julio el Papa Francisco visitó la isla italiana de Lampedusa en donde celebró Misa orando por los cerca de 20,000 inmigrantes africanos que desde hace 25 años se han ahogado en el mar mediterráneo tratando de llegar a Europa.

Cerca de 400 cuerpos son encontrados cada año en la región de fronteriza de México/Estados Unidos.

"Muchas personas están sufriendo", dijo el obispo Wester. "Es terrible que estemos esperando y esperando y espe-rando a que los políticos actúen y mientras tanto las personas están sufriendo. Estamos hablando de seres humanos. Es una cuestión moral, no solo política".

El obispo Wester dijo que el año pasado el Senado de los Estados Unidos aprobó una reforma migratoria comprensiva, pero la legislación la ha detenido en la Cámara de Representantes. Los obispos esperan que la Cámara apruebe la reforma este año, a pesar de la oposición política

"Tienen que trascender esos temas y hacer que esto sea posible ya que la santidad de la vida humana lo requiere", dijo el obispo Wester. "Nos dicen que este es un año de elecciones. Parece que todos los años son años de elecciones, así es que para mí esto se ha convertido en una excusa muy pobre. Nosotros los obispos queremos decir muy en alto y claro que necesitamos una reforma migratoria comprensiva ahora".

El obispo dijo que sin embargo, el tema migratorio es complicado. Después de haber visitado a los miembros de la patrulla fronteriza se quedó pensando que "la mayoría de las personas que sirven en esta están conscientes y quieren tratar a los inmigrantes con respeto y dignidad", dijo el obispo Wester. "A pesar de esto, las tragedias suceden, incluyendo la muerte de un adolescente hace aprox. 18 meses. Le dispararon por la espalda. Estamos esperando los resultados de la investigación del FBI. Pero la patrulla fronteriza también ha perdido hombres. Es una situación muy compleja".

El obispo Wester dijo que los carteles también están activos en la frontera, utilizando sobornos y muertes en contra de la ley, los ciudadanos e inmigrantes contrabandean armas y drogas. "Es tenso. Muy peligroso".

Durante su visita por el lado mexicano de la frontera, los obispos fueron escoltados por camiones llenos de hombres armados. "Es un símbolo de los peligrosos que es allí. Oro por esas personas pobres que no pueden darse el lujo de tener guardaespaldas".

El obispo Wester también se reunió con varias personas que han sido deportadas de los Estados Unidos; hablando con dos hombres, cada uno de los cuales había dejado atrás a su esposa e hijos menores de 10 años. Ambos dijeron que tienen la intención de regresar con sus familias a pesar de la barda fronteriza, los guardias armados, el desierto y las anticuadas leyes migratorias que los separaron.

"Ellos conocen muy bien los peligros, mejor que nadie más", dijo el obispo Wester, "pero van a seguir tratando ya que aman a sus familias. Quieren una vida con sus familias en donde les puedan proveer. No buscan lujos; solo quieren poder vivir".

La misa del 1ero. de abril en Nogales fue celebrada por una docena de obispos de tres países y fue "para orar por los inmigrantes, para orar por aquellos quienes han muerto en el desierto", dijo el obispo Wester. "Para mí aquí es en donde Jesús querría estar. Él querría que lleváramos la Eucaristía a las personas en donde sea que estuviesen, en donde las personas sufren, en donde hay mucha tensión y violencia, ahí en la frontera. Cristo siempre fue a donde la gente estuviese, para que fueran uno mismo".

Ha habido críticas sobre si los obispos realizaron la Misa como un gesto político "pero cuando orábamos en la Misa, de ninguna manera esto fue una protesta política", dijo el obispo Wester. "Fue un deseo genuino y sincero de orarle a Dios con el Pueblo de Dios. Las personas sufren en la frontera, así es que queremos estar con ellos en la frontera, celebrando Misa. Jesús nos ha dado un regalo maravilloso en la Eucaristía. Nos permite ser uno con Él. Que mejor manera de expresar nuestra solidaridad que estar allí en donde ellos están, celebrando con ellos la Santa Eucaristía.

Mientras celebraban la Misa el obispo Wester se percató de como la muralla de 30 pies separaba las personas que asistieron a Misa en México de las personas en los Estados Unidos.

"Cristo vino a derrumbar las murallas; vino a que nos uniéramos", dijo el obispo Wester. "El símbolo de la muralla toma aún más significado como algo que subraya nuestras fallas como país y que necesitamos hacer algo con este terrible problema".

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