Una Celebración muy especial

Intermountain Catholic

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Pamela Savala junto a su mamá Valeria. Pamela pudo celebrar su fiesta de quince años gracias a los esfuerzos de su madre. IC Foto/Laura Vallejo

WEST VALLEY CITY - Pamela no sabía si iba poder o no celebrar sus quinceaños.

Ni Valeria Salazar, la mamá de Pamela, ni Marco Salazar el papá, tenían trabajo.

Aunado a esto Pamela cayó enferma muy gravemente y estuvo en coma por va-rios días.

"Estoy muy agradecida con Dios por estar viva", dijo Pamela quien el 25 de junio pudo ver su sueño hecho realidad.

Con un hermoso vestido color Fuchsia, con un peinado de salón, escoltada por sus chambelanes y en una limousine Pamela arrivó a la Iglesia Católica de San Pedro y San Pablo en West Valley City con una gran sonrisa en su rostro.

Familiares que llegaron de California, así como su familia y amigos de Utah la esperaban ansiosos en la Iglesia.

"Me sentí muy especial pues toda la atención fue para mí", dijo Pamela.

Durante la misa todos agradecieron el haber podido celebrar esta ocasión tan especial.

Después de la ceremonia un gran festejo tuvo lugar en el salón social Sunrise, en el cual con música, comida y mucha alegría la celebración continuó.

Pamela es la hija de en medio de los Salazar , tiene dos hermanas , Laura la mayor y Cynthia la menor, ambas le dijeron que en ese día tan especial se divirtiera mucho pues pasa sólo una vez en la vida.

"Mis hermanas me dijeron tu solo diviértete mucho", señaló Pamela.

El esfuerzo que los papás de Pamela realizaron valió la pena, pues al final todo salió muy bien y lograron darle a su hija una celebración de vida que nunca olvidarán.

Valeria se encuentra muy agradecida con las maestras de quinceañera de la pa-rroquia quienes apoyaron a su hija.

"Es muy importante que las muchachas acudan a las clases pues ellas aprenden mucho y los papás aprendemos más de ellas", dijo Valeria.

Una de las maestras le sugirió acercarse más a su hija para platicar con ella y fue así como descubrió cosas de Pamela que ni se imaginaba.

"Ella estaba pasando por un momento difícil y no fue hasta que la maestra me dijo que algo le pasaba a Pamela que yo me dí cuenta", dijo Valeria.

La celebración de los quince años de Pamela fue un sueño imposible hecho posible gracias al amor, perseverancia y lucha tanto de su mamá como de ella.

"Con la ayuda de Dios y mucho amor lo logramos", enfatizó Valeria. "Dios es grande".