Viviendo día a día la alegría de su vocación

Friday, Jun. 13, 2014

Traducido por: Laura Vallejo

SALT LAKE CITY — David Trujillo espera su ordenación como diácono transitorio con la misma espera de un actor cuando la cortina del telón está por abrirse.

“Lo que espero es ejecutar la gracia que se me ha dado”, dijo Trujillo, quien nació y se crió en Utah; ingresó al seminario en el 2009. “En este momento no se lo que eso es, ya que eso es lo que la ordenación hace – el Espíritu Santo te llena con sus dones, es un evento sobrenatural”.

Mientras encontraba las palabras para describir sus emociones y pensamientos acerca de su ordenación, la cual se realizará el 28 de junio en la Catedral de la Magdalena, su rostro se iluminaba explicando su reacción como “la alegría que viene de la vocación”.

Trujillo dijo que además de asistir con los Sacramentos en un nivel más profundo como diácono, también espera ansioso poder compartir su vocación con otros jóvenes, esperando poder animarlos a explorar las posibilidades de una vocación religiosa.

“Si encuentras en tu corazón el deseo, un interés, una aspiración, escúchala. Puede  que sea un llamado”,  dijo Trujillo agregando que la fórmula de una vocación es la oración. “Así es como el Espíritu Santo trabaja”.

Trujillo habla desde su propia experiencia. Cuando era más joven uno de sus párrocos, el Padre Stanislaw Herba,  quien entonces estaba en la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús en Midvale (actualmente está en la iglesia de Saint Mary of the Assuption en Park City), le sugirió a Trujillo considerar el sacerdocio. 

Sin embargo en ese entonces, Trujillo tenía otros intereses. Trabajó y actuó en una compañía teatral y eventualmente decidió “escuchar al Espíritu Santo” e ingresar al seminario.

Durante los últimos cinco años, “ha habido momentos en los que te sientes como atado a un cohete”, dijo Trujillo …”y hay momentos en los que simplemente estás agradecido por la experiencia. La gratitud que siento no se puede expresar con palabras”.

Sin embargo no se arrepiente de su experiencia en la actuación. 

“Me dio herramientas y recursos”, dijo Trujillo quien narró cuando por ejemplo, hace dos años, apoyaba una escuela de verano de Biblia para niños y actuó como un recolector de impuestos quien en un principio no les gustó a los niños, ya que les quitaba el dinero, pero poco a poco lo comenzaron a apreciar ya que les demostró su humanidad y les preguntó si creían que Jesús lo amaba.

El reverendísimo John C. Wester, dijo que los antecedentes en la actuación de Trujillo le darán ventaja como sacerdote. "Creo que será muy efectivo en la predicación ya que tiene el don de creatividad”, dijo el obispo. “Ha estudiado muy duro en el seminario Mount Angel. Es un hombre muy gentil y bondadoso, una persona muy sensitiva”.

El año pasado Trujillo terminó su educación clínica pastoral y en el verano fue asignado a Saint Joseph Villa. Ahí acompañó a varias personas en su camino hacia la muerte.

“Lo que encontré que estoy haciendo es dar esperanza, ya que eso es lo que el Evangelio nos enseña; nos enseña esperanza, y eso es lo que encontré como común denominador trabajando con las personas que van a pasar a la siguiente vida”, dijo Trujillo. “El caminar con ellos es un ministerio”.

Su vocación ha estado llena de momentos especiales, no solo con las personas que ha hecho ministerio sino “momentos personales en Misa, en frente del sagrario con mis mentores, con las personas laicas que han tenido más fe que yo”, dijo Trujillo agradeciendo esos momentos. “Sus experiencias de aprendizaje te enseñan formas acerca de la presencia de Dios”.

Conforme la fecha de su ordenación al diaconado se acerca, espera ansioso escuchar las palabras del obispo al dar el tradicional comando a los diáconos “Crean lo que leen, enseñen lo que creen, y practiquen lo que enseñan”, dijo Trujillo agregando con una sonrisa “No es fácil, pero estoy jubiloso, estoy muy contento por este momento en mi vocación”.