!Aleluya! Jesucristo ha resucitado! !Aleluya!

Friday, Apr. 22, 2011
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El Reverendísimo John C. Wester, Obispo de Salt Lake City
By The Most Rev. John C. Wester
Bishop of Salt Lake City

Esta proclamación de la Santa Madre Iglesia resuena en nues-tros corazones mientras que nos reunimos con nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo proclamando la buena nueva de que Cristo resucitó. Tal como la patrona de nuestra catedral, nuestra Señora María Magdalena, nos ponemos de pie con un sobrecogimiento y preguntándonos, mientras que confrontamos al Cristo vivo el cual venció al pecado y a la muerte. Su victoria es nuestra victoria su herencia como hijo de Dios es nuestra promesa a la vida eterna. Tan grande es este misterio que la Iglesia se toma los siguientes 50 días para celebrarlo. Dense cuenta de que no nos referimos a los días de la temporada de Pascua como "días después de la Pascua" sino como días de Pascua. Aun así decimos el tercer domingo de Pascua. De hecho la Pascua es celebrada cada domingo del ano cuando la gente de Dios se reúne en el altar para la Eucaristía. No existe manera de poner a la celebración que estamos comenzando dentro de un periodo. La Pascua tiene un impacto tan profundo en todo el universo que es proclamado por la Iglesia como un milagro aún mayor que la primera creación del Génesis. Mucha verdad es que el Aleluya es siempre nuestra canción.

Existen varias formas en que nosotros como Iglesia cantamos el Aleluya. El punto aquí es que Jesús nos llama, tal como lo hizo con los primeros discípulos, a dar la buena nueva de la tumba vacía. Nosotros los Católicos estamos llamados a vivir nuestras vidas de tal manera de que las personas puedan ver y discernir nuestra creencia de que Cristo resucitó de la muerte. A pesar de que experimentamos dolor, enfermedades, decepciones, fracasos y sufrimos como todas las personas nunca nos derrotamos ante los fracasos. La muerte nunca tiene la última palabra. Todas las cosas son para bien y nos llevan a una nueva vida. Es por eso que durante las misas de los funerales rezamos por un mayor entendimiento de que la muerte no termina la vida solo la cambia. En Cristo la muerte no es más que un pasaje a una nueva forma del ser, a una realización del cielo y de una nueva tierra. Este tipo de Buenas Nuevas deben de ser proclamadas y somos nosotros quienes debemos de hacerlo.

En mis oraciones pido que todos los lectores del Intermountain Catholic continúen dando su testimonio de la resurección de Cristo en sus vidas. Viviendo nuestra fe católica en Utah nos estamos uniendo a las filas de los apóstoles y de Santa María Magdalena, proclamando la Buena Nueva de la Pascua. Que esta proclamación se escuche fuerte durante los días de celebración de la Pascua y que el Aleluya continúe resonando en nuestros corazones, en nuestras iglesias y en nuestras comunidades hasta el fin de los tiempos.

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