Capellanes Católicos, su misión el servicio

Friday, Jul. 15, 2016
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Marcy Thaeler
By Laura Vallejo
Intermountain Catholic

OGDEN — los capellanes Católicos son personas designadas por la iglesia Católica para trabajar en muchos lugares ubicados afuera de la vida normal de la congregación.
Hospitales, lugares de trabajo, prisiones, fuerzas armadas, centros comerciales, áreas rurales, universidades y escuelas son unos cuantos de los lugares en donde los capellanes prestan sus servicios.
La Asociación Nacional de Capellanes Católicos (NACC) dice que los capellanes tienen diferentes culturas y antecedentes tales como salud, educación, ministerio pastoral, trabajo social y muchas otras carreras tano en el mundo de los negocios como en el mundo de las organizaciones no lucrativas.
“Muchas personas hablan de un llamado común en su religión hacia el ministerio, a estar con alguien para marcar la diferencia en las vidas de quienes experimentan retos y momentos dolorosos en su s vidas, y para ser testigos de la presencia sanadora de Dios en el sufrimiento,” se lee en la página del NACC.
Entre los capellanes locales se encuentra el diácono John Thaeler, quien es voluntario en el Centro Medico Regional Ogden en el departamento de cuidados Pastorales. Su esposa Marcy es la gerente del departamento. Ambos son feligreses de la iglesia Holy Family en Ogden.
“Para mí es maravilloso el poder ser capellán en un hospital,” dijo Marcy Thaeler. “Mi papel incorpora varias facetas: desde el contacto uno a uno con los pacientes y sus familias, ofreciendo apoyo al equipo médico en situa-ciones difíciles, hasta la ayuda con pólizas y prácticas, las cuales tienen como base la regla benedictina de ‘Se debe cuidar al enfermo como si fuese Cristo mismo’.
El diácono Thaeler dijo que la pareja trabaja muy de cerca y en equipo como capellanes en el hospital, agregando que el ejemplo de compromiso, trabajo árduo y camarería entre esposos es un reflejo de sus padres.
“Ambos pasaron muchos años trabajando juntos en el campo médico; papá como médico (cirujano, médico general, educador y desarrollador de hospitales y administrador) y mamá como enfermera (asistente de cirugía, nutrióloga, instructora de enfermería). 
Durante 30 años sirvieron en una misión en Nicaragua, antes de regresar al país para continuar con sus posiciones como médico y enfermera durante otros 25 años antes de su retiro en una comunidad en Florida,” dijo el diácono.
El diácono Thaeler trabaja unas horas cada domingo y Marcy Thaeler es empleada de tiempo completo y sirve también en los comités de ética, misión y preparación para emergencias.
 Cuando en el 2006 el diácono Thaeler ingresó al programa del diaconado permanente se esperaba que realizaría algún tipo de servicio comunitario; ya que su esposa ya trabajaba como capellán en Centro Medico Regional Ogden, el ser voluntario en el cuidado pastoral parecía una buena elección.
Recibió su entrenamiento preliminar de la Hermana Benedictina Stephanie Mongeon, quien era  la directora de relaciones Comunitarias y Misión, y quien le pidió al diácono Thaeler convertirse en capellán de medio tiempo. Para hacerlo se inscribió en el Programa para Capellanes de St. Mark’s. Entonces su esposa se convirtió en la gerente del departamento, y renuncio a su empleo como trabajador del hospital, pero continuó como vo-luntario.
“Los domingos por las mañanas primero visito a los pacientes enlistados como Católicos, compartiendo la Comunión con quienes la pueden recibir y orando con ellos,” dijo el diácono. “A veces las visitas solo requieren poder escucharlos, y ofrecerles animo en su sufrimiento, así como apoyo a los familiares que estén presentes.”
Después visita a los pacientes LDS preguntándoles si quieren que un elder les lleve el Sacramento.
Los pacientes de otras denominaciones y religiones son visitados más adelante en el día por otro voluntario.
“El conocer las vidas de los pacientes es algo muy significativo,” dijo el diácono. “Frecuentemente me dan las gracias por mis visitas, pero usualmente soy yo quien está agradecido por la oportunidad de conocer a personas bondadosas en situaciones de lucha.”
Marcy Thaeler dijo que para ella el coordinar y apoyar a los párrocos y pastores locales de las diferentes religiones y creencias facilitándoles el Apoyo en Duelo y el grupo de Vida es un gran placer, agregando que lo que más agradece el ver las maneras en que Dios trabaja en las vidas de las personas y en las personas que están a punto de fallecer.
“Algunos de nuestros pacientes han sufrido de un accidente terrible que les quita a vida y son tan agradecidos y bondadosos como la pareja que acaba de dar a luz a su primer hijo,” dijo Marcy Thaeler. 
“La vida es sacra y Dios está trabajando en todas las experiencias. Nuestra perspectiva en cada situación es la base. Si nos acercamos a la vida con fe, toda la vida se vuelve valiosa y significativa. Vemos a Dios en todas las personas y en todo lo que sucede. No deja de sorprenderme cuando los pacientes me agradecen un simple gesto al como el llevarles la Comunión, o escuchar su historia por unos cuantos minutos.”
 Su historia de cómo ingreso al campo de cuidados pastorales es muy similar a la de su esposo, ya que hace unos cuantos años mientras discernía el llamado de Dios, fueron las Hermanas Benedictinas las que le sugirieron considerar el cuidado pastoral.
“Me les quedé viendo sorprendida, como yo iba a hacer eso cuando ni siquiera podía ver un capítulo de ER en la televisión... ¿Cómo iba yo a poder hacer ministerio en un hospital?,” dijo Marcy Thaeler.
Sin embargo, después de terminar con la Educación de Cuidados Pastorales y recibir una maestría en Misión de cuidados de Salud, así como de haber sido certificada por la Asociación Nacional de Capellanes.
“Ahora voy al cuarto de emergencias y e puedo quedar tanto tiempo como sea necesario. Dios trabaja de maneras misteriosas,” dijo Marcy Thaeler. 

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