Traducido por: Laura Valljeo
SALT LAKE CITY— En la primer Gala de Premios Humanitarios virtual de Catholic Community Services, celebrada el 26 de octubre, el Obispo Oscar A Solis y los oficiales de organización celebraron el 75 avo aniversario y honraron a quienes han contribuido a su éxito.
Gran parte del evento fue transmitido desde las instalaciones del comedor St. Vincent de Paul en Salt Lake City, en donde la Maestra de ceremonias Carole Makita subrayó los logros de la organización, la cual ha servido a los indigentes, a los pobres y a los miles de refugiados a lo largo de 75 años. Presentaciones de videos y diapositivas narraron la historia de la diferencia que CCS ha hecho en la comunidad e Utah desde su comienzo.
Fundada en 1945 por el Obispo Duane G. Hunt, quinto Obispo de la Diócesis de Salt Lake City, CCS originalmente brindó apoyo para los pobres, cuidados temporales, consejería familiar y servicios de adopción. Desde ese entonces, su misión ha crecido y ahora incluye servicios para indigentes, el Banco de alimentos Joyce Hansen en Ogden y programas para reasentamiento de refugiados.
“Esta noche honramos a quienes se han dedicado a la misión de caridad en los últimos 75 años, sirviendo como voluntarios, benefactores y personal dedicado,” dijo el Obispo Solis en un video mensaje desde la Catedral de la Magdalena. “Miles, muchos desconocidos, han contribuido generosamente a nuestra misión de caridad, así es que los recordamos a todos y cada uno con profunda gratitud, Ellos han sido nuestros socios llevando la misión de Cristo para construir una cultura de vida, de compartir, y construyendo una civilización de amor que sostiene la santidad de la vida y la dignidad de cada persona.”
Citando al Papa Francisco el Obispo agregó, “No podemos permanecer indiferentes ante las lágrimas de nuestros hermanos y hermanas… Estamos agradecidos porque los benefactores de CCS no son indiferentes sino sensitivos al escuchar los lamentos de los más necesitados. Nuestra generosidad hoy más que nunca es necesaria. La pandemía del COVID 19, nos ha impactado a todos, pero a los refugiados, inmigrantes y pobres los ha afectado severamente.”
Narrando la historia de San Telmo en el siglo IV, quien dió su vida para detener la matanza en el coliseo Romano, el director ejecutivo de CCS, Brad Drake habló de la diferencia que una persona puede lograr.
“Esta velada esa persona eres tú,” dijo Drake. “Es por eso que a través de nuestros programas. Podemos apoyar a los más necesitados.”
Durante su mensaje pregrabado, Pamela Atkinson, defensora de indigentes, habló de las muchas personas que este año la organización ha servido. Además de proveer servicios a niños víctimas del tráfico de humanos y víctimas de violencia doméstica, a través de su banco de alimentos CCS, compartió 1.6 millones de libras de alimentos con 48,333 personas. El comedor de St. Vincent de Paul sirvió 42,000 comidas ahí mismo y en tres centros de recursos para indigentes.
Atkinson dijo que mientras que la mayor parte de Salt Lake City estuvo cerrada a principios de la pandemia, el comedor de St. Vincent de Paul y el centro de recursos para indigentes Weigand, nunca cerraron sus puertas.
“Ciertamente, el programa de servicios para indigentes de CCS ha formado un papel integral manteniendo a nuestros amigos indigentes a salvo mientras se enfrentan a los retos del 2020, bien sean la hambruna, la indigencia o el desplazamiento forzado,” dijo Atkinson. “Sea cual sea el reto que el futuro tenga planeado, CCS siempre estará allí para responder el llamado con soluciones sustentables e innovadoras.”
Durante la Gala de premios, Michelle Davies quien donó más de 1,400 horas de servicio voluntario en el programa para refugiados de CCS, y construyó el programa de orientación cultural de la organización, fue nombrada la Humanitaria del año.
“Conforme fuí aprendiendo sobre los aprietos que los refugiados viven en el mundo, me apasioné con poder ayudarlos,” dijo Davies en sus comentarios. “En CCS encontré en área en la cual pude apoyar. Estoy agradecida más allá de lo que las palabras pueden decir, por la oportunidad de ser voluntaria en CCS.”
Khalid Al Hachami, gerente supervisor de casos para servicios inmigratorios y refugiados, quien es un refugiado Iraquí, fue nombrado el Empleado del Año.
Durante el evento, el cual también recaudó fondos para la institución, Mikita reportó que CCS alcanzo la meta de $100,000 dólares, los cuales fueron igualados por un donador Católico anónimo.
Entre quienes hicieron posible que el evento de la gala virtual fuese posible, estuvieron la Diócesis Católica de Salt Lake City, el fondo familiar de Jerry y Shari Seiner, la fundación George S. y Dolores Doré Eccles, el Sr. y la Sra. Paul y Ruth Cherecwich, y la Fundación Huntsman.
Stay Connected With Us