SALT LAKE CITY — Las nuevas asignaciones de párrocos de la Diócesis Católica de Salt Lake City será efectiva a partir del 7 de agosto del 2013. Siete parroquias en Utah darán la bienvenida a Párrocos y/o Vicarios Parroquiales.
"Tanto para los sacerdotes como para las personas es un tiempo de cambios", dijo el Padre Martin Díaz presidente del comité diocesano de formación contínua sacerdotal, el cual apoya al Vicario de Clero ayudando a los sacerdotes que tienen cambios en la diócesis.
El Padre Díaz se encuentra entre el grupo de sacerdotes que tendrán cambios, se va de la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús en Midvale a la catedral de la Magdalena en Salt Lake City.
El Padre Díaz dijo que "habrá un tiempo de revuelo", no solo para él sino para la parroquia, agregando que esto será una realidad en cada lugar en donde se recibe a un nuevo sacerdote.
Para suavizar la transición los feligreses pueden ayudar a los sacerdotes con el cambio y "usar el lenguaje de hospitalidad y de bienvenida", sugirió el Padre Díaz.
El Padre Díaz dijo que una manera de que los feligreses pueden ayudar es presentándose con su nombre las primeras veces que saluden al sacerdote, el cual está conociendo a cientos de personas a la vez.
El Padre también sugirió que se le dé un tiempo al nuevo sacerdote para establecerse antes de invitarlo a sus casas, "aunque llevarles un plato de galletas o una lasaña no estaría de más".
El padre Díaz dijo que en cuanto a los sacerdotes que son nuevos en la diócesis, información simple tal como la ubicación de las tiendas de conveniencia es importante.
"Sé que al mudarme a una nueva comunidad, habrá cambios", dijo el Padre Albert Kileo, quie el año pasado fue transferido de Vernal a Helper. El sugiere que personas base de las parroquias, tales como el presidente del consejo parroquiano, ayuden al sacerdote a aprender cómo es que funciona la parroquia ofreciéndole información acerca de la comunidad.
Muchos de los sacerdotes llegan a Utah de otros países, así es que se encuentran aprendiendo a ajustarse a la vida en los Estados Unidos. El Padre Tai Nguyen, ahora Vicario Parroquial de la parroquia de Saint George, recuerda que la informalidad de la cultura americana le resultoódifícil ya que en su natal Vietnam existen reglas muy estrictas acerca de cómo dirigirse a las personas de edad adulta o a aquellas de autoridad. También batalló con el lenguaje, y hasta el momento sigue trabajando con un tutor para la pronunciación.
Riéndose, el Padre recuerda sus primeros días como Vicario Parroquial, cuando los feligreses halagaban sus homilías. Después de tres años, las frases han cambiado de "Lo entendí", a "Entendí toda su homilía!", dijo el Padre. El sugiere a los feligreses que sean honestos en sus comentarios y que no ofrezcan halagos falsos.
El Padre Díaz dijo que muchos sa-cerdotes que no tienen al inglés como su primera lengua, trabajen con tutores para reducir sus acentos y aprenden expresiones idiomáticas anglas, agregando que valorarían la ayuda de los feligreses en este tipo de instrucción.
"Creo que los sacerdotes quieren ser entendidos. No predican para ellos mismos, ni dicen Misas para ellos mismos", dijo el Padre Díaz. "Ustedes pueden decir gentilmente cuales son los problemas y ofrecer soluciones para mejorías".
El Padre Díaz dijo que un buen acercamiento al cambio es la generosidad y la amabilidad ayunadon a los sacerdotes en lo que les sea posible.
"Basándome en mi experiencia y en las experiencias de otros sacerdotes, una bienvenida bonita y calurosa sería en primer lugar, la bondad", dijo el Padre Javier Virgen, quien en el 2012 fue asignado como Párroco de Nuestra Señora de Lourdes en Magna.
Anteriormente fungía como el Director de vocaciones y Vicario de Asuntos Hispanos de la Diócesis.
"La comunicación es muy importante", dijo el Padre Virgen. Por ejemplo en las culturas hispanas si se le pide a un sa-cerdote que bendiga un hogar, esto típicamente incluye a toda la parentela y el sacerdote siempre se queda a comer "pero este no es el caso en los Estados Unidos", dijo el Padre , así es que el platicar con el sacerdote acerca de las expectativas es muy importante. "Y por supuesto orar todos los días".
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