DCCW presenta premio reconociendo el liderazgo de una mujer joven
TOOELE — Kerisma Intuitia Clarke, una jóven de 19 años de edad, feligrés de la parroquia de St. Marguerite, recibió el premio Golden Rose durante la convención anual del Consejo de Mujeres Católicas de la Diócesis de Salt Lake City, la cual fue celebrada del 26 al 27 de abril en Salt Lake City.
El premio Golden Rose reconoce a una mujer jóven por sus habilidades de lide-razgo sobresalientes, por su espiritualidad y por su servicio. Este es un reconocimiento relativamente nuevo, se otorgó por primera vez en el 2023. Como ganadora local la nominación de Clarke ahora será enviada para el premio nacional.
En su parroquia Clarke sirve como servidora de altar, ayuda con el festival de otoño anual de su parroquia y “es una activa y devota miembro de la comunidad parroquial, participando en los varios eventos espirituales y sociales,” se lee en su nominación.
Miembro activa del Consejo de Mujeres Católicas de la parroquia ella “se compromete en discusiones de fe y en actividades comunitarias,” y reza el Rosario junto a los residentes de hospicios. A través de su escuela ella estuvo activa em le FFA (Futures Farmers of America) el cual advoca para la prevención del suicidio, y además es tutora. Actualmente Clarke está estudiando para obtener su licencia cosmetológica.
“Kerisma sirve en su parroquia y en la comunidad con un corazón generoso, ofre-ciendo cuidados y apoyo en innumerables ocasiones,” se lee en su nominación. “Como una cuidadora dedicada, ella tiende a ayudar a los más necesitados, donar para los indigentes, y ofrecer cortes de cabello y servicios de cosmetología a quienes no los pue-den costear… ella refleja el verdadero espíritu de servicio y compasión.”
El recibir el premio “significa mucho para mí ya que refleja el camino que he tomado para mi fe y la dedicación que he puesto en mi crecimiento espiritual,” dijo Clarke. “Hubo un tiempo en el que me costó mucho tener una relación con Dios, especialmente durante la preparatoria, cuando los juicios y la presión hicieron que me fuera difícil permanecer con los pies en la tierra. Pero a través de la oración y de conversaciones honestas con Dios, encontré claridad, fortaleza y propósito.”
Este premio es también “es un testimonio de como un pequeño esfuerzo, con tan solo uno por ciento del tiempo, esto puede llevar a la transformación… Prueba que cuando uno confía en Jesús y permanece fiel, los milagros suceden.”
El estar activa en su parroquia es una manera de honrar a Jesús por todas las bendiciones que ella ha recibido.
“Decidí servir en St. Marguerite poco después de haber recibido mi primera Comunión,” dijo Clarke. “Fue muy inspirador el ver a niños de mi edad como servidores de altar, yo deseaba ser parte de algo divertido y que tuviera significado, mientras ofrecía mi tiempo en la Iglesia. El servir rápidamente se convirtió en más que una actividad, se convirtió en una manera de honrar los sacrificios que Jesús hizo en la cruz. Cada vez que sirvo, me recuerda que esta es mi manera de dar algo de lo recibido, no solo a Dios sino a las personas que me han guiado y apoyado en mi camino de fe. Este servicio es una manera de mostrar gratitud y de seguir creciendo cada vez más cercaba a Dios.”
Como joven el poner su tiempo, talentos y tesoros al servicio de la Iglesia es importante ya que “ayuda a construir valores sólidos, hábitos saludables, y un estilo de vida bueno,” dijo Clarke. “El servir en la Iglesia permite usar nuestros dones únicos y nuestra creatividad de maneras que estos hagan la diferencia, mientras nos mantenemos conectados con nuestra fe y con la comunidad… Realmente creo que cada joven debe de involucrase de alguna manera ya que es una poderosa forma de dar un poco de lo que Dios nos ha dado y hecho por nosotros y al mismo tiempo crecer espiritualmente apoyando a los demás.”
Antes de comenzar con la escuela de cosmetología, “trabajé como cuidadora, ayudando a los pacientes en los hospicios, la cual fue una de las experiencias más humildes y significativas de mi vida.” Dijo Clarke. “El estar allí para las personas en tiempos tan difíciles me ayudó a profundizar mi relación con Dios y me enseñó los valores de compasión, paciencia y fe. Estas experiencias me han moldeado a ser quien soy y a seguir mi camino de servicio, fe y crecimiento personal.”
Las otras personas nominadas para este premio fueron Sofia Arriaga, de la parro-quia de San José Obrero; Estephani Bruno, de la parroquia de St. George; Rebecca Hill, de la parroquia de Christ the King; Marcile Jumonville, de la parroquia de Holy Family; Vanessa Mancilla, de la parroquai de St. Mary (West Haven), y Xipatly Pa-lormo, de la parroquia de St. Peter.
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