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Friday, Feb. 21, 2025
Debido al congelamiento de fondos federales CCS está sufriendo para poder servir a sus clientes + Enlarge
By Marie Mischel
Intermountain Catholic

Traducción: Laura Vallejo

SALT LAKE CITY — Catholic Community Services de Utah está dentro de las organizaciones sin fines de lucro en los Estados Unidos que están sufriendo para poder seguir con  su trabajo debido al congelamiento de fondos federales que ya había sido aprobado para sus programas.

“Las últimas semanas han sido realmente duras,” dijo Aden Batar, director de los servicios para migrantes y refugiados de CCS.

La organización sin fines de lucro cuenta con un contrato federal para servir a los migrantes y refugiados. Tan solo en el mes de enero de este año CCS de Utah sirvió a 356 clientes migrantes y manejó a 66 casos de cuidados temporales de refugiados y 1,003 casos de reasentamiento de refugiados.  Sin embargo, el 20 de enero una orden ejecutiva firmada por el Presidente Donald Trump puso un alto a los fondos, lo cual se tradujo en que CCS no tenga dinero “para brindar los servicios más básicos tales como vivienda, manejo de casos, empleo …” a las miles de personas con las que ya tenían compromiso de ayuda a través del contrato gubernamental, dijo Batar.

“Las familias y las personas que servimos están aquí,” dijo Batar. “El gobierno federal los trajo aquí a los Estados Unidos.”

El grupo más grande de refugiados reasentados por CCS llegó de Afganistán y ayudaron a las tropas americanas durante el conflicto en este país sirviendo como interpretes y en otros papeles. CCS también sirve a refugiados de países en guerra como la República Democrática del Congo.

Todos los clientes de CCS reciben estatus de refugiados y visas especiales para inmigrantes (SIV) otorgadas por el Departamento de Seguridad Nacional.

“Estas personas tienen el estatus legal que el gobierno federal les otorgó,” dijo Batar.

El contrato con el gobierno federal llama a que CCS brinde vivienda, utilidades, alimentos u otras necesidades básicas por tres meses mientras que los refugiados se vuelven autosuficientes.

CCS también ayuda a los menores que llegan al país solos, los cuales son colocados en hogares temporales; CCS ofrece servicios tales como cuidados de salud y mentales así como educación y entrenamiento laboral para estos jóvenes.

Para los refugiados y familias SIV, CCS también brinda manejo de  casos, revisiones de salud, ayuda para inscribir a sus hijos en escuelas así como otros servicios.

Sin embargo ahora, “el gobierno federal no nos está rembolsando estas actividades,” dijo Batar.

De acuerdo con el reporte anual 2024 de CCS los fondos del gobierno federal dieron el 53 por ciento de los ingresos de la organización esto del 1ero de julio del 2023 al 30 de junio del 2024; en este mismo período de tiempo los servicios de inmigración y para refugiados tomaron un 51 por ciento de esos gastos. El programa de necesidades básicas tal como el comedor de St. Vincent de Paul, el Centro de recursos para indigentes Weigand y el banco de alimentos Joyce Hansen tuvieron un 41 por ciento de esos gastos, La administración usó el 8 por ciento de gastos restantes.

CCS está comprometido a ayudar a las familias de refugiados que llegaron recientemente “así es que es realmente difícil,” dijo Batar. “Somos una organización sin fines de lucro; no contamos con el tipo de recursos para seguir costeando todo si no recibimos los recursos federales. Esto nos pone en una muy difícil situación.”

CCS de Utah forma parte de Catholic Charities USA. En respuesta a la orden ejecutiva del congelamiento de fondos a organizaciones sin fines de lucro, presidente de Catholic Charities USA y la CEO Kerry Alys Robinson publicaron una declaración en la que dicen:

“El año pasado 92 por ciento de los servicios brindados por las 168 agencias Católicas de caridad en el país cubrieron las necesidades básicas, el acceso a alimentos, vivienda, servicios de salud y otras necesidades a familias y personas  necesitadas. Estos servicios vitales incluyen los bancos de alimentos para las personas que no pueden comprar alimentos, programas de cuidado de niños para familias de bajos recursos, comidas para las personas de la tercera edad que no pueden salir de sus hogares, entrenamiento y recursos laborales para veteranos. Vivienda temporal y permanente, servicios de salud mental y muchos más. Los millones de americanos que dependen de este apoyo de vida sufrirán debido a este esfuerzo de congelación de fondos federales sin precedente para estos programas. Las personas perderán el acceso a cuidados cruciales en nuestras comunidades y familias. Ellos viven en todas las esquinas de nuestro país y representan todas las razas religiones y afiliaciones políticas. Por más de un siglo, la red de Catholic Charities ha trabajado con el gobierno para cuidad a los pobres y vulnerables en nuestras comunidades en los Estados Unidos y seguiremos trabajando intensamente con el gobierno para cuidar a nuestros vecinos en necesidad. Urgentemente pedimos a la administración volver a analizar su decisión.”

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