Estoy muy feliz y complacido con la elección de Su Eminencia Robert Francis Prevost como nuestro nuevo Santo Padre, el Papa León XIV. Es un hombre de profunda oración, humildad, erudición y, sobre todo, fidelidad a los tesoros sociales y doctrinales de la Iglesia.
El Espíritu Santo sigue sorprendiendo y bendiciendo a su Iglesia. Por primera vez en la historia tenemos un Papa de los Estados Unidos. El Papa León XIV ha servido a la Iglesia en todo el mundo, y tiene las habilidades lingüísticas e interpersonales para continuar el ministerio papal en continuidad con sus maravillosos predecesores.
La Diócesis de Salt Lake City se regocija junto con la Iglesia Universal por la elección del Papa León XIV. Para nosotros como católicos, esta es otra bendición maravillosa de Dios - un momento impresionante y espiritual de profunda gratitud y gran alegría para nosotros y para el mundo. La decisión es una manifestación de la unidad entre los Cardenales al elegir al nuevo Sucesor de Pedro. Les agradezco su servicio a nuestra Iglesia.
Me comprometo humildemente a mi fiel obediencia y lealtad a nuestro nuevo Vicario de Cristo y Obispo de Roma mientras emprende su ministerio en la Iglesia y en el mundo. Pido al pueblo de Dios de esta Iglesia local, la Diócesis de Salt Lake City, junto con todos nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo, que se unan a mí en la oración como lo hicieron tan fielmente durante nuestro tiempo de tristeza por la muerte del Papa Francisco.
Oremos por nuestro Papa León XIV, para que conduzca fielmente y guíe humildemente, con la mente de Cristo, a la Iglesia en esta era de aceleración tecnológica; para que reme con valentía mar adentro para llevar la esperanza y la misericordia de Dios a los pobres, marginados y necesitados con el
corazón de Cristo, y para que lleve radicalmente el amor de Dios a todas las personas de cualquier raza, credo y estado de vida - desde la concepción hasta el final de la vida. La propia elección del nombre de León es una clara señal de su compromiso con la justicia social, tan necesaria en nuestro mundo actual; el predecesor más famoso con ese nombre es el Papa León XIII, que escribió la gran Encíclica Rerum Novarum, que abordaba los derechos y el bienestar de los trabajadores.
Estoy muy seguro de que nuestro nuevo Santo Padre, el Papa León XIV, nuestro Sumo Pontífice y nuevo Vicario visible de Jesucristo, Siervo de los Siervos de Dios, nos inspirará a todos hacia una mayor fidelidad al Evangelio y a la gran Misión de Evangelización en el mundo de hoy. Este «Hijo de San Agustín» nos asegura que «el mal no prevalecerá», y que podemos confiar en la bondad y la misericordia de Dios.
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