El dinero es un tema que frecuentemente aparece en la Biblia- más que la salvación y la misericordia; que el cielo y que el infierno - siendo así que aparece como un tema prominante en las Escrituras. Es claro que nuestra actitud hacia el dinero es un indicativo de como estamos y de nuestar relación con Dios.
Algunos creen que el dinero nunca debería de ser mencionado en la Iglesia. Sin embrago, si nuestra fe no tuviera ningun impacto en nuestars carteras/cheque-ras, deberíamos de reevaluar nuestra experiencia.
Veamos a Timoteo 1 capítulo 6. Este pasaja es importante porque brinda varios temas. Cuando San Pablo habla ante los falsos maestros dice:
“Existen quienes piensan que la devoción es una ganancia financiera. Pero la devoción sin satisfaccion es una gran ganancia. Al llegar al mundo no trajimos nada, y al dejarlo tampoco nos llevaremos nada. Pero si tenemos comida y vestimenta, estaremos contentos. Las personas que quieren enriquecerse caen en la tentacion y en la trampa y en muchos deseos tontos y dañinos que envian al hombre a la ruina y a la destrucción.Debes saber que la raíz de todos los males es el amor al dinero. Algunos, arrastrados por él, se extraviaron lejos de la fe y se han torturado a sí mismos con un sinnúmero de tormentos. Pero tú, hombre de Dios, huye de todo eso. Procura ser religioso y justo. Vive con fe y amor, constancia y bondad. Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigo. Ahora ordena a los ricos en este mundo a que no sean arrogantes a que no pongan su fe en la riqueza, la cual es tan incierta, sino a que la pongan en Dios, cutya riqueza nos da todo y nos brinda alegria.Diles que hagan el bien, que se enriquescan con obras buenas, y que sean generosos y que tengan la disposicion para compartir.
El amor al dinero es un tema importante en esta sección de las Escrituras. ¿Por qué tendemos a amar el dinero?, Posiblemente por la percepcion incorrecta que tenemos. Creo que sabemos que estas percepciones son equivocadas, pero es mas fácil vivir como si fueran verdad. Estas son esas percepciones equivocadas:
Merecemos lo que tenemos, y lo que somos es lo que tenemos.
El dinero nos da la felicidad.
El dinero nos da seguridad.
Resulta muy fácil el sentir que merecemos lo que tenemos. El mito es parte de la cultura Americana. Y resulta muy fácil decir “lo que tengo, me lo he ganado con el esfuerzo de mi trabajo.”
La perspectiva biblica es diferente. En Crónicas 1:29 David dice:
“Tuya, oh Yavé, es la grandeza, la fuerza, la magnificencia, la duración y la gloria; pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra.”
Mientras que en Deuteronio 8:17-18 dice que : ¿No podria ser que digas: Con mi propio esfuerzo consegui esta Buena situación.? Mas bien acuerdate de que Yavé, tu Dios, que te dio fuerzas para conseguir este bienestar, cumpliendo asi la alianza que bajo juramneto prometió a tus padres, como en este día sucede.
Así es que inclusive cuando lo que tenemos es el resultado de arduo trabajo, ese arduo trabajo es un don de Dios.
El mito de que “el dinero brinda la felicidad” usualmente toma la forma de “Si tan sólo yo tuviera (un coche nuevo, una casa mas grande, unos cuantos miles de dólares mas al año...) entonces sería feliz,” Cada año las personas famosas y acaudaladas estan en la cima de las encuestas de las personas más admiradas ya que creemos que son exitosos. Creo que nos deberíamos de preguntar si son felices. El problema radica en que en cuanto tenemos más, deseamos más, y ese deseo nos cambia. Cuando obtenemos más, no estamos contentos con lo que tenemos. En el capítulo de Eclesiastes 5:10 se nos dice que : “Si se acrecienta la riqueza, se multiplican también los que se la comen: ¿y qué saca su dueño con tenerla? Sólo el gusto de verla.”
El hecho de que la falicidad no corresponde al ingreso es claramente abundante cuando conocemos a personas que viven en los países tercermundistas quienes tienen un sentido de la alegría que raramente encontramos en los Estados Unidos, y los estudios siguen enseñando que virtualmente no existe corelación entre al mayor ingreso mayor felicidad.
La seguridad no viene de la construcción de recursos. La Biblia nos advierte acerca de esta actitud: ““El que confía en sus riquezas caerá, mientras que los justos verán cómo crece su follage.” (Proverbios 11:28)
Jesús nos dice que los tesoros en la tierra se destru-yen oxidandose y enmoheciendose y los ladrones entran y roban. Podemos pasar mucho tiempo preocupándonos y desgastando energía para asegurarnos que las riquezas no desaparescan, pero la verdad es que el dinero y los recursos financieros desaparecen. Mas importante, tal como Pablo nos dice “Venimos al mundo sin nada, y con nada nos iremos.”
Concluyamos pensando en estos tres mitos juntos. La mayoría de nosotros, si se nos pregunta si realmente creemos que el dinero conlleva a la felicidad, respon-deríamos ‘no’ pues pensaríamos en personas que nos han demostrado que el dinero no conduce a la felicidad.
Aún asi frecuentemente pensamos y actuamos contrariamente. ¿Qué parte de neustra imágen esta envuelta en nuestras ganancias y poseciones?, Si perdieramos todo nuestro dinero ¿nos sentiriamos derrotados?, ¿nos sentiriamos que no valemos nada?, El deseo por mas ¿domina nuestras vidas?.
Nuestras imágen no debería estar envuelta en la abundancia de las poseciones- nuestra imágen debe de estar formada por lo que Dios ha hecho por nosotros. Dios es nuestra seguridad. Dios es nuestra fortaleza, no lo que poseemos.
John Kaloudis es el director de la Oficina diocesana de Corrsponsabilidad y Desarrollo Diocesano.
Traducido por: Laura Vallejo
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