SALT LAKE CITY — Después de 10 años como el director del programa de formación para diáconos de la Diócesis de Salt Lake City, el diácono Drew Petersen se retira.
Desde el 2010 cuando fue ordenado como diácono, él ha servido en la Catedral de la Magdalena, así como en la Oficina del Diaconado.
El diácono y su esposa Sandy, tienen seis hijas. El padre Ken Vialpando, vicario de clero, dijo que toda la familia siempre han estado activos sirviendo a las necesidades de las personas, esti lo dijo durante una cele-bración en honor al diácono realizada el 15 de marzo.
Debido al “hermoso matrimonio y exitosa carrera en vocaciones, ustedes han sido capaces de llevar a sus hijas a la práctica de la fe, y ahora ustedes han compartido esa fe con sus nietos, familia, amigos, diáconos y esposas, y sacerdotes diocesanos,” dijo el padre Vialpando. “Ustedes han sido una verdadera bendición para nuestra diócesis, y oramos para que Dios los bendiga y bendiga a su familia por muchos años más.”
El diácono Sunday Espinoza, quien participó en la misma clase para diáconos que el diácono Petersen, recordó una ocasión en la que vio a la familia Petersen sirviendo almuerzos en la Villa de St. Joseph.
“Gracias por su ejemplo,” dijo el diácono Espinoza, quien es parte de la Oficina diocesana de vocaciones. Agregando que como director del programa de formación para diáconos el diácono Petersen realmente ayudó a los hombres y a sus esposas durante todo el proceso de formación.
Durante los últimos dos años, el diácono Petersen ha pasado sus conocimientos sobre el programa a su sucesor el diácono Scott Dodge.
“Los diáconos son una parte realmente importante de nuestra diócesis, y él se ha asegurado de que estén bien formados,” dijo el diácono Dodge. “Esto implicó un gran esfuerzo, tiempo y energía todo para la formación de los diáconos y Drew ha sido una parte instrumental.”
La diócesis cuenta con 55 diáconos activos, el número ha ido a la baja ya que los hombres han fallecido o se han retirado, pero los diáconos son vitales para el ministerio de la Iglesia local, “así es que gracias por tus esfuerzos,” le dijo el diácono Dodge al diácono Petersen. “Sé que los diáconos que tu formaste y que estuvieron bajo tu tutela te tienen en gran estima.”
El padre Langes Silva, vicario judicial, quien trabajó con el diácono Petersen en el programa de formación para diáconos, dijo que el diácono siempre fue amigable y simpático para todas las personas que asistieron a la formación.
El Obispo Oscar A. Solis agradeció al diácono Peter-sen “por su fidelidad, su ministerio, y por su fe.”
En un brindis para el diácono el padre Vialpando hizo notar que el diácono “ahora pasará sólo un poquito, pero solo un poquito de más tiempo en su casa con Sandy… No estoy seguro si estaremos orando por él o por Sandy… Quien sabe, a lo mejor recibiremos una llamada en unos días pidiéndonos que lo aceptemos de regreso,” dijo el padre Vialpando ante la risa de los presentes.
“Pero verdaderamente él siempre es y será bienvenido,” agregó el padre.
El diácono Petersen dijo que estaba agradecido por el tiempo en la diócesis, y por la oportunidad de trabajar en el programa de formación para diáconos.
“Cuando le dije a mi familia que quería ser diácono, todos me dijeron que sí y me han apoyado desde entonces,” compartió el diácono.
Ahora él pasará más tiempo con su familia, pero sus deberes como diácono seguirán.
“Una vez que uno es un diácono lo será por siempre,” dijo el diácono Petersen.
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