El Catecismo de la Iglesia es una guía para la vida Cristiana

Friday, Aug. 06, 2021
By Jean Hill
Director, Diocese of Salt Lake City Office of Life, Justice and Peace

El otro día siguiendo una publicación en medios sociales, descubrí algo realmente perturbador. Alguien puso en línea que el Catecismo de la Iglesia Católica explícitamente menciona la justicia social varias veces como algo que se debe de lograr, incluyendo pruebas pictóricas. Lo que le siguió fue una declaración de nuestra enseñanza fue un sin número de comentarios discordantes de las perspectivas de la derecha e izquierda política, por supuesto, tratando de desestimar el otro lado.

Esta publicación me llevó al catecismo, en donde no encontré ninguna mención de los partidos republicanos o demócratas, o si quiera un sentido de derecha o izquierda. El catecismo de la Iglesia Católica se refiere a la política y al gobierno diciendo varias veces que “el papel de una comunidad política es defender y promover el bien común de una sociedad civil, de sus ciudadanos y de los cuerpos intermediarios.” (1911).   

Y entonces me di cuenta: la Iglesia Católica no fue hecha en América. De hecho, inmigrá a América y como muchos inmigrantes, originalmente no recibe la bienvenida en este país. Nuestra búsqueda de significado en el Catecismo a través de los lentes torcidos de los políticos americanos es totalmente sin sentido. Nuestro Catecismo como nuestra Iglesia, es universal y se enfoca en una imagen mucho más grande que la de un solo país. Nos guía a todos los Católicos, sin importar las inclinaciones políticas, lugar geográfico, preferencia de género, o estatus económico. No es acerca de los Estados Unidos sino de nosotros seres humanos en búsqueda de vivir el Evangelio y de construir el Reino de Dios en la tierra.

Tomen por ejemplo, la clara delineación del catecismo en cuanto a la santidad de toda vida, desde los inocentes (2322) hasta los indudablemente culpables (2267). Los devotos demócratas y republicanos no estarán de acuerdo con una u otra forma de esa declaración. Similarmente, establece el derecho a tener propiedad privada obtenida de ‘una manera justa’ pero también la responsabilidad de usar esa propiedad de manera que promuevan el ‘bien común’ (2403)- dos palabras que regularmente van mas allá del socialismo en nuestro entorno político.

 Como Iglesia universal la regla debería ser que el catecismo hablase a todos como americanos. Este establece los estándares para la buena ciudadanía. “La sumisión a la autoridad y corresponsabilidad por el bien común hace que sea moralmente obligatorio el pago de impuestos, el derecho al voto, y la defesa de país’ (2240). Aplaude el acceso libre al voto: “Uno debe pagar tributo a las naciones cuyos sistemas permiten que el mayor número de ciudadanos tomen parte en la vida pública en un ambiente de verdadera libertad.’ (1915). Brinda la guía para las relaciones internacionales: ‘En un lugar de abuso sin sistemas económicos, las inequidades de las relaciones comerciales entre las naciones y las fuerzas armadas, deben ser substituidas por un esfuerzo común que movilice los recursos hacia un desarrollo moral, cultural y económico, ‘redefiniendo las prioridades y valores de jerarquía.’ (2438)

También pide más de nosotros. Nosotros creemos, por ejemplo. Que “los bienes de la creación están destinados a toda la raza humana. El derecho a la propiedad privada no elimina el destino universal de los bienes,” (2452), aun así como nación, usamos más de lo que sería justo de los recursos del mundo. Sabemos que “la unidad y verdadera dignidad de los hombres: todos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios,” (225), aun así, seguimos permitiendo racismo sistemático en nuestras estructuras políticas, económicas y sociales. Y por supuesto, seguimos practicando los males tanto del aborto como de la pena capital.

En pocas palabras, el catecismo    no fue hecho en América, y no está diseñado para más argumentos sobre un tema particular de ningún partido político. Es una guía para cada Católico, sin importar su ubicación geográfica, para usar conforme navegamos nuestros gobiernos respectivos, a través de una variedad de economías, dentro de la diversidad de nuestras familias y comunidades, y hacia una vida eterna compartida con Dios quien, según sugiere la Biblia, no se nos preguntará a que partido pertenecemos sino simplemente qué tanto cuidamos a los pobres y vulnerables.

 

Jean Hill es la directora de la Oficina de Vida, Paz y Justicia de la Diócesis de Salt Lake. Puede ser contactada en jean.hill@dioslc.org.

Traducción: Laura Vallejo

For questions, comments or to report inaccuracies on the website, please CLICK HERE.
© Copyright 2025 The Diocese of Salt Lake City. All rights reserved.