El diácono Greg Kandra guía el retiro para diáconos diocesanos

Friday, Oct. 10, 2025
El diácono Greg Kandra guía el retiro para diáconos diocesanos
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El Obispo Oscar A. Solis se dirige a los diáconos diocesanso reunidos para su retiro anual celebrado el 5 de octubre en el Centro de Conferencias del Hotel Marriott en Provo. IC Foto/Marie Mischel
By Marie Mischel
Intermountain Catholic

Traducción: Laura Vallejo
PROVO — Los diáconos diocesanos y sus esposas se reunieron del 3 al 5 de octubre en el Centro de Convenciones del Hotel Marriott en Provo para su retiro anual. El diácono Greg Kandra, quien es el autor del “The Deacon’s Bench,” fue quien dirigió el retiro.
Durante sus presentaciones el diácono Kandra habló sobre el ministerio del diaconado, el cual esta enfocado en el servicio. Comenzó su primera presentación notando que los Católicos, al ser lo que reciben en la Eucaristía, “son transformados bilógicamente, espiritualmente biológicamente, químicamente… Aquí es en donde volvemos al Salvador del mundo. El se convierte en nosotros, nosotros nos convertimos en El, y por extensión debemos ser como El.”
El diácono agregó que la oración es importante y como Cristo, ‘debemos ser seres de oración, seres de diálogo con Dios todo poderoso, personas ansiosas por escucharlo y por realizar su voluntad.”
A veces, “el trabajo más importante que un diácono puede realizar con sus manos es simplemente unirlas en oración.”
Existen muchas formas de oración, incluyendo la Liturgia de las Horas, el rosario, y las gracias por los alimentos, pero el diácono sugirió que la oración también es “parte de quienes somos y como vivimos… Cuando un Católico ordinario ve a un diácono ejerciendo su ministerio ven algo más que un diácono en un trabajo, ellos ven a un diácono en oración. Nuestras acciones son nuestras ofrendas: estas son nuestras letanías, nuestros salmos, nuestros himnos, nuestros capítulos- ellos son parte de quienes somos y de lo que hacemos. Un diácono ora de rodillas, pero también de pie; ora con sus manos y con su corazón.”
El diácono dijo que la predicación también es una forma de oración. Notando que “la homilía también debe de ser considerada como una ofrenda a Dios y a su pueblo.”
El ministerio de un diácono de caridad y presencia, “es una oración que se ofrece a Dios a nombre de los demás,” dijo el diácono. “Se reza todo el tiempo que estamos disponibles para los demás. Cada vez que acompañamos a las personas en el difícil camino de la vida.”
Mientras que uno puede realizar su ministerio, los diáconos lo hacen una forma de vida ya que ellos han tomado un voto de servicio, no de ser servidos, dijo el diácono Kandra.
En su Segunda presentación habló sobre el reto de vivir el Sacramento del Matrimonio mientras se sirve el Sacramento de las Ordenes Sagradas. El diácono sugirió a los diáconos y a sus esposas orar juntos como parejas, así como también como familias, lo cual “no puede ayudar sino proyectar la gracia en el Sacramento de las Santas Ordenes y el Sacramento del Matrimonio y viceversa.”
Además el diácono sugirió que ellos recuerdan todos los días que “la alegría de esta gloriosa vocación, la alegría en el ministerio que comparten como parejas, la alegría en la manera en que han respondido el llamado de Dios y siguen respondién dolo cada día. La oración en agradecimiento por todo lo que Dios les ha dado- por todo lo que nos ha dado- y la confianza de que El permanece cercano con nosotros.”
Similarmente en su última presentación el diácono Kandra sugirió que los diáconos frecuentemente recuerdan lo que los llevó a su vocación, y el decir oraciones de agradecimiento a quienes los han apoyado en su camino, es “un camino de fe esperanza y amor,”
Durante su homilía de la Misa del domingo, el diácono Kandra dijo que el mensaje que esperaba que sus diáconos y sus esposas se llevaran del retiro fue que a través de la Eucaristía “seremos lo que recibimos y … al ser lo que recibimos recibiremos para lo que hemos sido llamados por Cristo en este mundo roto, gastado, siendo heraldos de la esperanza en lo que hacemos. Y por supuesto, como un acto de fe, ya que caminamos con la fe no con la vista.”
El Obispo Oscar A. Solis celebró dicha Misa. Durante sus comentarios el Obispo hablando en inglés y en español dijo que “es una gran alegría estar aquí con ustedes, mis compañeros… en la misión de la evangelización en la Diócesis de Salt Lake City,” y que estaba agradecido por que los diáconos son una parte importante de la misión de la diócesis y “están listos para proclamar el Evangelio de amor al pueblo confiado a su cuidado.”
El Obispo les dijo a los diáconos que las personas de fe madura deben de hacer una prioridad el tener a Dios como base de sus vidas confiando siempre en El. Deben de seguir el ejemplo de la Santa Madre y decir ‘Sí’ a Dios. “Una fe madura es una fe que busca primero el Reino de Dios, sabiendo que si ponemos nuestra vida en las manos de Dios todo se nos dará.”
Conforme el Obispo terminaba sus comentarios, le pidió a los diáconos a defender, “la vida humana. Desde el momento de su concepción hasta la muerte natural,” pidiéndoles a los diáconos evitar los debates políticos y en su lugar, “permanecer como ministros auténticos de la Iglesia quienes reconocen la verdad absoluta de la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.”
El Obispo también les pidió a los diáconos promover las vocaciones al sacerdocio, a la vida religiosa y al diaconado.

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