El Obispo Oscar A. Solis celebra Misa en honor del Papa Emérito Benedicto XVI

Friday, Jan. 13, 2023
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El Obispo Oscar A. Solis presidio la Misa en memoria del Papa Benedicto XVI. IC foto/Marie Mischel
By Marie Mischel
Intermountain Catholic

Traducción: Laura Vallejo 
SALT LAKE CITY — El 4 de enero en la Catedral de la Magdalena, el Obispo Oscar A. Solis presidió una Misa en memoria del Papa Emérito Benedicto XVI, quien falleció el 31 de diciembre. Concelebrando estuvieron Monseñor Colin F. Bircumshaw, vicario general; el padre Langes Silva, vicario judicial diocesano el padre Kenneth Vialpando, vicario diocesano de clero, así como varios sacerdotes diocesanos. El diacono  Jeremy Castellano y el diácono Guillermo Mendez sirvieron. Las Lecturas fueron Lamentos 3:17-26 y Mateo 16: 13-19.  
La siguiente es una versión editada de la homilía del Obispo Solis: 
Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy no reunimos con tristeza por que el 31 de diciembre del 2022 el Papa Emérito Benedicto  XVI falleció, a los 95 años de edad. Les agradezco el haber venido a celebrar esta Misa memorial junto a nuestros sacerdotes diocesanos, nuestros diáconos, representando la unidad y comunión de la Diócesis de Salt Lake City con la Iglesia en Roma. Nos unimos con millones de personas quienes oran por el antiguo Vicario de Cristo quien reflejó tremenda fe en Dios y amor por el Pueblo de Dios al que sirvió con una devoción y sacrificio personal. Amorosa y agradecidamente recordamos sus importantes contribuciones a la misión de la iglesia durante su papado. 
La lectura leída proclamada en la Misa de hoy nos ilumina sobre el importante legado del Papa Emérito Benedicto al llevar el divino mandato que el recibió como sucesor de Pedro y como cabeza de la iglesia Católica universal. En el evangelio de acuerdo a San Mateo, escuchamos la confesión de San Pedro a Jesús, reconociéndolo como el Mesías, Hijo de Dios. Esto es de suma importancia. El Señor Jesús confirmo y confirió a Pedro el liderazgo y autoridad para ejercer la autoridad suprema sobre la Iglesia.  
El Catecismo de la Iglesia Católica [881] dice: “El Señor hizo de Simón, al que le dio el nombre de Pedro y solamente de el, la piedra de Su Iglesia. Le entregó las llaves de ella (cf. Mateo 16, 18-19); lo instituyo pastor de todo el rebano (cf. Juan 21, 15-17). “Consta que también el colegio de los Apóstoles, unido a su cabeza, recibió la función de altar y desatar dada a Pedro.” (LG 22). Este oficio pastoral de Pedro y de los demás Apóstoles pertenece a los cimientos de la Iglesia. Se continua por los Obispos bajo el primado del Papa.” Así es que Jesucristo es la base de la Iglesia Católica, y es a través del amor y de por El que  San Pedro - reconociendo quien es- que Jesús fundó Su Iglesia, el primer Papa. Y después de más de 2,000 anos, la autoridad primaria de Pedro ha sido otorgada a sus sucesores y ha permanecido intacta hasta el día de hoy. El Papa Benedicto fue uno de esos fieles líderes de la Iglesia, quien ejerció su ministerio papal de acuerdo a la tradición de fidelidad, entusiasmo y amor de Pedro mencionados en el Evangelio. 
Joseph Aloysius Ratzinger creció durante la época de los Nazis en Alemania. Después de la guerra y de completar sus estudios teológicos, fue ordenado al sacerdocio un 29 de junio de 1951 junto a su hermano Monseñor Georg Ratzinger. A principios de 1977, el Papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Munich y ese mismo año fue nombrado Cardenal. 
El Cardenal Ratzinger fue considerado como uno de los más grandes teólogos y pensadores Católicos de nuestros tiempos. Su influencia fue permanente para la Iglesia moderna durante el Concilio Vaticano II, y en 1981 el Papa Juan Pablo II lo nombró Prefecto de la Congregación del Vaticano para la Doctrina de la Fe. También tuvo un papel especial en la preparación del Catecismo para la Iglesia Católica el cual se publicó en 1992. 
El 19 de abril de 2005 fue elegido como Papa, seleccionando el nombre de Benedicto XVI. Su elección fue una de los más cortos conclaves de la historia moderna. Todavía recuerdo ese momento y experiencia al estar viendo el conclave y de repente el humo blanco comenzó a salir de la chimenea provocando alegría en todos, sorprendiéndonos al escuchar que el Papa Benedicto, antiguo Cardinal Ratzinger, fue elegido Papa. Yo me sorprendí mucho y me llené de alegría... 
El Papa Benedicto fue un gran maestro y un defensor articulado de las enseñanzas Católicas en un tiempo en que la Iglesia estaba enfrentándose al reto de la creciente marea de agresión teológica e intolerancia a las creencias religiosas. Sus platicas y sus escritos remarcaron la verdad fundamental de la Iglesia y la importante enseñanza en contra del secularismo y relativismo. 
Su papado fue marcado por sus esfuerzos eclesiásticos, intelectuales, litúrgicos y por una renovación espiritual. Escribió tres Encíclicas, Caritas in Veritate, Spe Salvi, y Deus Caritas Est, en donde estresó las virtudes teológicas del amor y la esperanza. El Papa Benedicto le recordó a los Católicos la evangelización, y la promoción del nuevo evangelio, la predicación del Evangelio sobre el ‘continente digita’, el mundo de la comunicación digital y las redes sociales. De acuerdo a lo que leí sobre el Papa Benedicto XVI, fue le primer Papa en utilizar Twitter y otras redes sociales. 
El 11 de febrero del 2013  el mundo fue sorprendido por la renuncia del Papa, quien desde entonces vivió una vida de oración y reflexión en el monasterio Mater Ecclesiae ubicado en los jardines del Vaticano. Humildemente admitió su edad avanzada, así como su mal estado de salud que le impidieron ejercer su sacra responsabilidad. Reflejando las palabras del Libro de los Lamentos, encontrando paz y alegría en el amor y bondad de Dios., dijo “El Señor me ha llamado a ‘subir la montaña’ dedicando mi vida aún más a la oración y meditación. Pero esto no significa que abandono la Iglesia; de hecho, es Dios quien me lo pide, siendo así que seguiré sirviendo a la Iglesia con la misma dedicación y el mismo amor con el que hasta ahora lo he hacho, pero de una manera más adecuada a mi salud y mis fuerzas.”  
Los años de su retiro, los cuales pasó en soledad silenciosa fueron de hecho muy productivos. Recientemente leímos lo que escribió en el 2016: una declaración espiritual de fe y agradecimiento en la que expresa su constancia, fidelidad y gran esperanza en Dios. Aun con una gran mente teológica, nos recordó a un humilde pastor quien irradiaba gentileza, simplicidad y sacrificio; quien siempre tuvo a la Iglesia en su mente y en su corazón. Interesantemente sus últimas palabras como pontífice expresaron justamente eso. Él dijo, “Les pido humildemente, oren por mi, para que el Señor, a pesar de mis pecados y limitaciones, me reciba en su eterno hogar.”  
Mis queridos amigos, hoy tenemos la oportunidad de recordar con agradecimiento al Papa Emérito Benedicto XVI, recordando con cariño y agradecimiento su memoria y su total servicio a la Iglesia como vicario de Cristo. Hasta en su último aliento nos compartió sus palabras para reflexionar, para guiarnos y fortalecernos viviendo nuestra fe . Sus últimas palabras fueron fuertes y claras, desde un corazón lleno de fe en Dios, “Jesús te amo.”  
Oremos para que Diosen su grandeza y misericordia y a través de la intersección de la Santísima Virgen Maria, de la bienvenida al Papa Benedicto XVI en el cielo y le brinde el descanso y la paz eterna.  

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