Todas las Diócesis de los Estados Unidos están siendo llamadas a observar un Día de Oración por la Protección Legal de los Niños no Nacidos el 22 de enero (o un día cercano al mismo), el cual marca el aniversario de la decisión de 1973 de la Suprema Corte de Justicia en la cual e legalizo el aborto en nuestra nación.
La Iglesia marca un día de oración para la restauración de la garantía legal por el derecho de la vida, así como un día de penitencia por todas las violaciones a la dignidad de la persona cometidas a través del aborto.
En las Sagradas Escrituras, en el Libro del Génesis se menciona la hermosa historia de la Creación, en donde el divino diseño de Dios: “y creo Dios al hombre a su imágen. A imágen de Dios lo creo. Varón y mujer los creo… Dios vio que todo cuanto había hecho era muy Bueno.”
El Salmo 139 dice que, “Admirables son tus obras y mi alma lo sabe”como la corona de la creación. El acto maligno del aborto termina con el precioso don de la vida de Dios.
El aborto es una manifestación de como somos como personas, y como sociedad, faltando al reconocimiento de la dignidad de cada niño, que crece en los vientres de sus madres. Permitimos que nuestros corazones se endurezcan, y que nuestra cultura deseche nuestro deber de reconocer la innegable verdad de la humanidad de los no natos, quienes merecen de nuestro amor y protección.
Para apoyar a recordar y orar por los millones de vidas asesinadas en los vientres, nuestra diócesis celebrará la Misa por los no natos el martes 21 de enero a las 6 p.m. en la Catedral de la Magdalena, 309 E. South Temple, Salt Lake City. Les pido a todos asistir a la Santa Misa y también observar este día mediante prácticas de penitencia de oración, ayuno y caridad.
Unámonos con otras diócesis orando por la protección legal de todos los no natos. Ofrezcamos penitencias por todas las violaciones en contra de la dignidad de la vida humana, y, de manera especial, oremos por las mujeres y los hombres quienes sufren por su participación en el aborto, para que encuentren sanación, paz y reconciliación con Dios.
Sinceramente suyo en Cristo,
El Reverendísimo Oscar A. Solis
Obispo de Salt Lake City
Traducido por: Laura Vallejo
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