El Obispo Wester habla sobre los derechos humanos y la dignidad del inmigrante

Friday, Feb. 29, 2008

SALT LAKE CITY — Justo una semana después de la redada llevada a cabo por el Departamento de Inmigración y Aduanas (en Inglés: Immigration and Customs Enforcement, o ICE) en la compañía Universal Industrial Sales, Inc. en Lindon, el foro titulado "Beyond Borders and Fronteras" realizado en Westminster College reunió a un panel de ecuménico para discutir asuntos sobre inmigración. El Obispo John C. Wester de la Diócesis de Salt Lake City y presidente del Comité de Migración y Servicios para Refugiados de la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), participó en dicho foro, así como también lo hicieron el Pastor Steve Klemz de la Iglesia Evangélica Luterana Zion y el Hermano Marlin K. Jensen, miembro del Primer Quórum de los Setenta de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Reconociendo que los asuntos de inmigración son complejos, la moderadora Jan Saeed, directora de la vida espiritual en Westminster College, le pidió a cada uno de los panelistas que hiciera una presentación de 15 minutos, y después abrió la sesión para preguntas y respuestas.

El Obispo Wester, citando un número de documentos papales y episcopales, dijo que Los obispos Norteamericanos tienen mucho que aportar a la mesa en el tópico de inmigración.

"Los obispos Católicos Norteamericanos han enfatizado una y otra vez el derecho de cada persona, sin importar su lugar de origen, a la dignidad y a los derechos humanos," dijo el Obispo Wester. "Somos una Iglesia inmigrante... y los Católicos están involucrados en cada aspecto del proceso de inmigración, desde los países que mandan a los inmigrantes, hasta los países que los reciben, y la trayectoria a lo largo del camino."

Inmigración, "es un asunto humano, moral y ético que involucra los derechos humanos de millones," dijo el obispo.

Esa tarde se encontraban presentes en la audiencia Johnny Young, director ejecutivo de migración y servicios para refugiados de la USCCB, Kevin Appleby, director de política de inmigración y servicios para refugiados para la USCCB, Yelda Cortez, asistente ejecutiva de Young, y ella misma una inmigrante.

El obispo dijo que los asuntos de inmigración deben resolverse a nivel Federal, pero debido a que no se han manejado a ese nivel, los diferentes estados están creando leyes, y muchas de ellas son severas. Aún así el país envía a los inmigrantes un mensaje mixto.

"Este país necesita la labor del inmigrante," dijo el Obispo Wester, "especialmente en la agricultura, las industrias de servicio, y en la construcción, y los inmigrantes aportan al sistema de impuestos, aportando $700,000 al sistema de seguro social, y sin embargo nunca recibirán los beneficios... Pero también ponemos un letrero en la frontera que dice ‘Prohibido el paso’ y letreros en los sitios de trabajo que dicen ‘Se necesita ayuda."’

El obispo dijo que actualmente hay alre-dedor de 12 millones de personas que están en el país ilegalmente, muchas de ellas entraron legalmente, pero dejaron que sus visas se vencieran, "y más del 90 por ciento de estas gentes encontraron trabajo dentro de los primeros seis meses de haber llegado. Aún así, los E.U. otorga solamente 50,000 visas de trabajo por año. Por lo que el sistema es inadecuado. Está descompuesto."

Además, él dijo, algunas 3,000 personas han muerto en el desierto tratando de llegar aquí.

El obispo dijo que los E.U. debería de estar redactando políticas que traten de contestar el por que la gente migra, y también debemos de restablecer el proceso debido al sistema de inmigración.

"No deberíamos de estar separando a familias para enforzar estas leyes, más bien deberíamos de trabajar para conseguir la reunificación de familias," él dijo.

"La iglesia reconoce la ley," él dijo, "pero reconoce que no todas las leyes son iguales. En nuestra historia hemos tenido leyes que en el pasado han perseguido a las gentes."

Cualquier estudio sobre inmigración debe incluír consideración de la intención y las consecuencias de la inmigración, él dijo.

"La intención de la mayoría de los inmigrantes no es el causar daño, sino el sobrevivir," dijo el Obispo Wester. Las consecuencias de su venida a este país es que ellos benefician al país y enriquecen nuestra sociedad."

Los obispos Católicos Norteamericanos están proponiendo una política de inmigración que provee un camino para alcanzar la ciudadanía e incluye multas y cuotas para aquellos que han estado en el país ilegalmente, aprender Inglés, y esperar su turno hasta que aquellos entrando al país hayan sido acomodados.

"No estamos hablando de amnestía, lo cual es perdonar; es un perdón general," dijo el Obispo Wester. "Estamos proponiendo un camino a la ciudadanía que se gana."

El Pastor Klemz, quien está pasando a través del proceso de documentación con su esposa, agradeció a la Iglesia Católica por estar al frente y al centro del asunto de inmigración.

"Si ustedes nunca han tenido que pasar por la corte de inmigración, no hay forma de que lo entiendan," él dijo. "Y si han estado allí, no hay forma de explicarlo.

"El Obispo Wester es como una voz de aire fresco en este asunto," dijo el Pastor Klemz, quien, como el Obispo Wester, toma de las Escrituras Hebreas palabras de hospitalidad y de recibimiento del desconocido.

"La hospitalidad es una señal de la pre-sencia de Dios," él dijo. "Y debemos de irnos de la cabeza al corazón cuando hay familias involucradas."

El Pastor Klemz dijo que durante varios años los Servicios de Inmigración y alivio Luteranos han reasentado a 11,500 niños a través de la red que sirve y reasienta.

El leyó del Mensaje de Inmigración Evangélico Luterano de 1998, el cual, él dijo, está basado en la gracia, y en el don que emana de los sacramentos.

"Como los panes y los peces, él dijo, las gentes deben de ser recibidas como regalos."

Los Luteranos se identifican con el inmigrante y el migrante, dijo el Pastor Klemz, porque después de la Segunda Guerra Mundial, muchos Luteranos fueron refugiados o migrantes.

"Tenemos que eliminar la postura de miedo y debemos de recibirnos los unos a los otros porque todos somos criaturas de Dios," él dijo.

El Hermano Jensen dijo que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tiene una deuda con los inmigrantes.

"Nuestra iglesia envió misioneros al extranjero para invitar a la gente a unirse a la iglesia, y muchos vinieron a este país,"

Citando a los 32 millones de Americanos nacidos en el extranjero y a los 12 millones de éstos que son indocumentados, el Hermano Jensen dijo, ‘ya es tiempo que decidamos y desarrollemos una política verdaderamente unida."

La Iglesia LDS no ha tomado una posición en el asunto de inmigración, pero sus líderes han pedido humanidad y compasión.

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