El Obispo Wester responde a la orden de la Suprema Corte de Justicia en cuanto a la inmigración

Intermountain Catholic

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Expreso mi gratitud y esperanzas, junto al Arzobispo José Gómez de Los Ángeles, quien funge como presidente del comité migratorio de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, de que ahora la justicia de la Corte Suprema de los Estados Unidos ha detenido la propuesta del Senado de Arizona 1070 que permitiría que "se emitieran arrestos de personas por ofensas y que serían deportadas, lo que hubiera hecho que el buscar trabajo en el estado fuera un crimen y que hubiera hecho que la presencia de indocumentados fuera un crimen estatal".

Los Obispos de los Estados Unidos contamos con una larga historia en cuanto al apoyo de una reforma migratoria humana, comprensiva a nivel federal. Nuestras razones para este apoyo incluyen tanto los derechos de Dios inalienables que gozan cada ser humano así como la importancia de la unidad familiar. Considero que la decisión de la Suprema Corte acerca de la SB1070 de Arizona es un paso para ayudar a nuestra población de inmigran-tes aliviándolos de ciertos miedos y permitiéndoles apoyarse los unos a los otros conforme ayudan al país dándole la tan necesaria fuerza laboral.

También me uno al Arzobispo Gómez expresando mi preocupación acerca de la orden que se puso en contra de la provisión 2 de la SB1070 la cual "podría llevar a la separación de familias y socavar la habilidad de la Iglesia para realizar su ministerio en la población de inmigrantes," como lo dijo el Arzobispo Gómez. Esta provisión requiere que los oficiales estatales puedan revisar el estatus migratorio de las personas que detienen, si es que existe la sospecha de que esta se encuentran en el país de manera ilegal.

La corte deja la puerta abierta para echar abajo la provisión como inconstitucional, lo cual es un desarrollo positivo, pero mientras tanto me preocupa que las personas pudieran ser discriminadas por los oficiales. Además, creo que esta provisión le da una posición insostenible a los policías y crea un abismo entra la comunidad y la policía local.

Apoyo a mis hermanos Obispos de la Diócesis de Phoenix y Tucson conforme buscan poder dar su ministerio a sus rebaños. Mis oraciones están con ellos y con las personas de Arizona. Oro para que los legisladores de Utah y de otros estados sigan discutiendo la legislación migratoria, y para que las leyes consideren que de ninguna manera se debe empujar a los inmigrantes a las sombras y que no afecten los derechos que Dios les dio a los humanos. Aún mas importante, espero que nuestros legisladores estatales tengan en cuenta que solo el gobierno federal puede proveer de una reforma migratoria humana y comprensiva.