El padre Pires llegará a San Pedro y San Pablo en agosto
Friday, May. 13, 2016
By Laura Vallejo
Intermountain Catholic
(Nota Editorial: Este un artículo dentro de una serie en las que se presentan a los sacerdotes quienes han recibido una nueva asignación como administradores parroquiales. Las asignaciones que hubieran sido como ‘Párrocos’ fueron hechas como ‘administradores’ debido a la ley Canónica que rige cuando una diócesis no tiene obispo).
LOGAN — A partir del 1ero. de agosto el padre Francisco Pires será el administrador de la parroquia de San Pedro y San Pablo en West Valley City.
Desde el 2011, el padre Pires ha sido párroco de Saint Thomas Aquinas y de la capilla de Saint Jerome y el Centro Newman en Logan, siendo esta la segunda vez que lideró en este lugar. La primera vez que sirvió en Logan fue de 1995 a 1999, dejando este lugar para una nueva asignación en Tremonton.
El Padre Pires nació en 1957 en Brasil. Es el tercero en una familia de nueve hijos, dos mujeres y siete hombres.
El padre dijo que su llamado al sacerdocio nació desde una muy temprana edad; ingresó al seminario cuando cursaba el 8avo. Grado.
Su hogar estaba localizado a tan solo una milla de distancia del seminario así es que “cuando pequeño, los fines de semana, los campos del seminario eran nuestras canchas de futbol,” dijo el padre Pires quien habla tres idiomas, español, portugués e inglés.
El 8 de diciembre de 1984 el padre Pires fue ordenado al sacerdocio en la parroquia de la Inmaculada Concepción en Morrotes, Tubarão, Brasil.
Después de casi siete años de servicio en Brasil, en 1991 llegó a los Estados Unidos con una visa de turista, con planes de quedarse un año a estudiar inglés para regresar al Brasil.,” pero Dios tenía otros planes,” dijo el padre Pires. “Acabé sirviendo en la Diócesis de Phoenix durante cuatro años”.
En 1994 el padre asistió a una conferencia para sacerdotes hispanos en Texas. Allí conoció al Padre Hernando Díaz, quien lo invitó a visitar Utah.
Durante su visita el padre Pires habló con Monseñor J. Terrence Fitzgerald, entonces vicario general de la Diócesis de Salt Lake City.
“El me conto acerca de la necesidad de sacerdotes sirviendo a la creciente comunidad hispana,” dijo el padre Pires. “Ese fue el llamado para venir a Utah. Se intercambiaron cartas con mi obispo en Brasil y desde ese entonces incardinado en esta diócesis.”
Por más de 20 años el padre Pires ha servido en la diócesis en parroquias y misiones como las de Brigham City, Logan, Tremonton, Richfield, Torrey, Gunnison, Orem, Ephraim, Midvale y Riverton, en donde fue el párroco fundador de la iglesia de Saint Andrew.
El anuncio de su nueva asignación en West Valley City fue recibido con mucha alegría y un gran honor, “y sentimientos encontrados,” dijo el padre agregando que él siempre ha visto a la diócesis como un todo,” ya sea trabajando en Riverton o aquí en Logan por segunda vez.”
El padre Pires dijo que el dejar a una comunidad es siempre difícil ya que se establecen conexiones con la comunidad.
“Bien sea que hayas estado en una parroquia por uno, dos tres o cinco o más años, uno siempre establece conexiones, especialmente con aquellas personas con las quienes trabajas muy de cerca, como los ministros y el consejo parroquial. Aquí en Logan tenemos en Centro Newman…siempre es difícil dejar un lugar,” dijo el padre.
Al hablar de su nueva congregación el padre dijo que la ve como una nueva oportunidad de aprendizaje, él quiere que la congregación de San Pedro y San Pablo sepa que va con planes de continuar con el trabajo realizado por el párroco que se va, diciendo que ese siempre ha sido su lema.
“El irme a otro lugar siempre lo he visto como un nuevo comienzo como una nueva oportunidad de aprendizaje. Lo primero cuando se llega a un nuevo lugar, es aprender de la comunidad el cómo trabajan; interactuar con las personas que son parte de los ministerios y ver las necesidades de la comunidad en general,” dijo el padre Pires agregando que desde le notificaron de su asignación ha estado en oración constante por la comunidad.
“El día de mi ordenación, le dije a mis padres, hermanos y hermanas que desde ese momento todas las personas que veían en las comunidades eran parte de mi familia. Así es que mi familia sigue creciendo más y más,” dijo el padre Pires.
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