Equipo de cinco de la Parroquia Ntra. Sra. de Guadalupe gana campeonato

Friday, Jun. 01, 2007

SALT LAKE CITY — «Estas muchachas nunca se dieron por vencidas a pesar del hecho de que solo tenían cinco jugadoras», dijo Tony Velasquez, miembro de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe y entrenador del equipo. «Su récord fue 11-1. Perdieron el primer juego y después obtuvieron 11 victorias seguidas.»

Las cinco jugadoras son las campeonas del sexto grado en la liga de baloncesto de la Asociación de Recreación Atlética de las Parroquias (Parish Athletic Recreation Association: PARA). Ellas son Marissa Velasquez, Justina Lopez, Sade Evans, Alexis Velasquez, quien está en el cuarto año, y Jeanette Aguilar.

«Jugaron duro y todas jugaron cada juego, desde el principio hasta el final. Sabían que tenían la oportunidad de ganar mientras todavía quedara tiempo en el reloj, aún si iban perdiendo», dijo Velasquez. «Si iban perdiendo, jugaban aún más duro. Es sorprendente que ninguna de ellas tuvo que dejar el partido por exceso de faltas. Periódicamente yo pedía tiempos fuera para darles un descanso, pero ellas jugaban duro aún cuando estaban cansadas. Cada una tenía su propia posición y sabían donde tenían que estar en la cancha en cualquier momento.«

«Algunas veces cuando veían a los otros equipos con 10 o 12 jugadoras se sentían un poco intimidadas, pero una vez que estaban en la cancha jugando cambiaban al piloto automático», dijo Velasquez. «Su atributo más fuerte fue jugar bien defensivamente. Si una de las muchachas estaba teniendo un mal juego, las otras compensaban jugando mejor. Todas contribuyeron a este campeonato. Siempre sintieron que podían ganar.«

«Las muchachas tuvieron magníficos entrenadores," dijo Willie Price, presidente de la PARA y miembro de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe. «Todos los equipos de PARA están bien entrenados y tienen buenos jugadores, pero este equipo fue único porque constaba de solo cinco jugadoras.«

«Los entrenadores, Tony y Loretta, dedicaron muchas horas teniendo entrenamientos dos noches por semana, y un juego por semana», dijo Price. «Tuvieron la suerte de poder entrenar en la escuela primaria Jackson Elementary School, que es la escuela a la que las jugadoras asisten, porque Nuestra Señora de Guadalupe no tiene gimnasio. Estoy muy contento porque los entrenadores hicieron que cada jugadora se sintiera importante, y le dieron a cada una de ellas la oportunidad de dar lo mejor.»

Price dijo que la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe les dio a cada una de las muchachas un uniforme nuevo, un par de zapatos de tenis nuevo, y pagó los gastos de inscripción. Las muchachas no solo participaron en el torneo de baloncesto, sino también asistieron a Misa cada domingo, participaron en ella dando avisos desde el púlpito en una forma muy elocuente. Los avisos fueron sobre proyectos de servicio a la comunidad y otros eventos en la parroquia. Todos los miembros del equipo participaron en los proyectos de servicio, los cuales incluyeron limpiar la iglesia y trabajar en el jardín.«

«En cualquier ocasión que se les pidió o que se les pide que hagan algo, las muchachas siempre han estado dispuestas a ayudar», dijo Price. «Esto se debe al liderazgo de Tony y Loretta. Ellos están guiando a estas muchachas y a otros jóvenes de la parroquia para que se conviertan en adultos responsables.»

Las muchachas asisten cada semana a las actividades del grupo de jóvenes, y algunas de ellas son acólitos. Tres de ellas han sido nombradas por la parroquia Joven del Mes en reconocimiento al magnífico desempeño dentro y fuera de la cancha de baloncesto.

Price dijo que Loretta como ministro de la juventud es una líder espiritual excelente para todo el grupo de jóvenes de la parroquia. Ella también es maestra de educación religiosa y enseña el tercer grado.

«Tony está siempre dispuesto a ayudar», dijo Price. «Su ejemplo de liderazgo es bueno tanto para las muchachas como para el resto de los jóvenes de la parroquia. Tony es como San Francisco de Asis, es callado pero enseña con su ejemplo.»

Price dijo que lo más valioso es como las muchachas han aprendido a cuidar las unas de las otras. Todas son buenas amigas.

«Los padres de cada una de las muchachas asistieron a cada uno de los juegos ofreciéndoles su apoyo», dijo Loretta. «Como un grupo de jóvenes, rezamos juntos y todas ellas quieren participar y decir la oración de apertura. Ellas son un grupo de muchachas maravillosas.»

Después de cada victoria las invitábamos a cenar. Después del juego de campeonato uno de los padres organizó una comida para ellas y Tony y Loretta les dieron a cada una de ellas un medallón de baloncesto grabado. La parroquia les dio a cada una de las muchachas su propio trofeo.

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