Traducción: Laura Vallejo
SALT LAKE CITY — El presidente M. Russell Ballard, del Quorum de los Doce Apóstoles de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días falleció el 12 de noviembre los 95 años de edad.
Durante 47 años el presidente Ballard estuvo activo en el servicio de la Iglesia LDS. En 1947 Ballard fue llamado como presidente de la Misión de la iglesia en Toronto Canadá. Dos años más adelante fue llamado al primer Quorum de los Setenta. Siguió con su servicio en varias posiciones de liderazgo hasta que el 10 de octubre de 1985 fue nombrado apóstol. El 16 de enero del 2018 fue nombrado presidente del Quorum de los Doce Apóstoles.
Antes de su servicio de tiempo completo como líder de la iglesia, fue un hombre de negocios con intereses en la industria automotriz, los bienes raíces y la industria de inversión.
El presidente Ballard fue conocido por cultivar relaciones solidas con lideres de otras creencias, así como por mantener relaciones cercanas con varios miembros del clero Católico, incluyendo al Reverendísimo John C. Wester, quien fue el noveno Obispo de Salt Lake City y quien actualmente es el Arzobispo de Santa Fe. Durante el tiempo que el Arzobispo Wester estuvo en Utah , el y el presidente Ballard mantuvieron una cercana amistad yendo a jugar golf juntos y de vez en cuando a cenar. Además cada Navidad el presidente Ballard o su asistente entregaban un regalo consistente en miel y mantequilla así como pan de Lion House para el Arzobispo Wester y los miembros del clero.
“Rápidamente nos volvimos amigos,” dijo el Arzobispo Wester sobre su amistad. “Compartimos varias cosas en común, el cuidado de las personas, especialmente el trabajo caritativo, el ayudar a los más necesitados. Pasamos grandes momentos, y realmente tuvimos una buena amistad.”
“Fue un buen hombre,” dijo el Arzobispo Wesrer sobre el presidente Ballard. “Fue muy autentico, muy genui-no. Fue un hombre de palabra, y cuando decía que era tu amigo, era porque era tu amigo. Realmente lo decía.”
“Pudimos establecer un terreno en común,” agregó el Arzobispo. “ A veces las personas enfatizan sus diferencias, pero nosotros enfatizamos lo que tuvimos en común- el amor al Señor, nuestro alcance con las personas. Si existía algo que necesitáramos ayuda con, él estaba allí para brindárnosla. Esto hizo que nuestra amistad se fortaleciera y profundizar la relación entre las dos creencias.”
El presidente Ballard fue un hombre “de una fe increíble, lo cual fue una gran cualidad,” tenía un gran sentido del humor, dijo el Arzobispo Wester.
Cuando le Arzobispo Wester fue instalado como Arzobispo de Santa Fe, el presidente Ballard viajo a Nuevo México para la ceremonia. También se reunió con el Papa Francisco el 15 de marzo del 2019, durante una visi-ta a Roma para la dedicación del templo de la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días en la ciudad eterna.
Monseñor J. Terrence Fitzgerald, vicario general emérito, conoció al presidente Ballard hace más de 30 años. Mientras servía como director de Catholic Community Services de Utah, Monseñor Fitzgerald colaboró con el presidente Ballard en varios proyectos y al paso de los anos el presidente Ballard acudió a varias cenas de la organización.
“Fue un hombre muy considerado; muy humilde,” dijo Monseñor Fitzgerald. “Tenía la capacidad de reírse de sí mismo- todas maravillosas cualidades.”
A los servicios funerarios para el presidente Ballard asistieron el Reverendísimo Oscar A. Solis como Obispo de Salt Lake City, Monseñor Fitzgerald y Monseñor Joseph M. Mayo, sacerdote diocesano retirado; el servicio fue realizado el 17 de noviembre en el tabernáculo en el centro de Salt Lake City.
Durante el funeral dos hijos del presidente Ballard, Craig B. Ballard y Holly B. Clayton, enumeraron las muchas cualidades de su papá.
“Cuando mi papá visitó mi misión, nunca olvidaré lo que me dijo sobre los misioneros,” Craig Ballard dijo, agregando que en ese entonces esperaba que su papá compartiera una gran manifestación espiritual pero “en su lugar simplemente me dijo ‘conozco a Jesucristo porque sirvo a Jesucristo. Nunca olvidaré ese momento. Se que habló la verdad ya que he sido testigo el servicio desinteresado a lo largo de mi vida.”
Clayton dijo que su papá siempre apoyó a su familia.
“Papá siempre nos dio consejos cuando estábamos confundidos o cuando necesitábamos dirección,” dijo. “Nos animó a seguir adelante con una actitud positiva y con una perspectiva interna. Siempre nos ayudó a sentir que todo tenía solución. Celebró con la familia momentos desde sus hijos hasta sus bisnietos, y su tataranieto. Nunca dejó de luchar, nunca dejó de hacer ministerio, nuca dejó de amar. Siempre estuvo motivado por su amor a Jesucristo.”
Después tres líderes de la iglesia compartieron sus experiencias al servicio del presidente Ballard. Quentin L. Cook, miembro del Quorum de los Doce Apóstoles compartió los “esfuerzos épicos de Ballard para sobrepasar las divisiones, y honra a los pioneros de todas las religiones.”
Durante una estancia de cinco semanas en el hospital el presidente Ballard “me dio la bendición o me visitaba o llamaba todos los días en esos días y semanas,” dijo Jeffrey R. Holland, nuevo presidente del Quorum de los Doce. “¿Cómo le agradeces a un hombre por todo eso?”
Dallin H. Oak, primer consejero de la primera presidencia, compartió una carta de la primera presidencia a la familia de Ballard.
“Cómo hemos querido al presidente Ballard, ha sido muy gloriosos el poder asociarnos con él. Inspirarnos por su amor a su querida Barbara, escuchando su testimonio resonante al Señor Jesucristo.”
“Hasta que nos volvamos a ver, querido hermano, te agradecemos una vida de servicio incansable y por tus inspiradoras enseñanzas y bondad genuina. Ojalá todos sigamos tu extraordinario ejemplo manteniendo el discipulado de Jesucristo.”
Los restos del presidente Ballard fueron colocados en el cementerio de Salt Lake City en una ceremonia privada celebrada inmediatamente después del funeral. Mientras que el cortejo fúnebre pasó por la Catedral de la Magdalena, las campanas de la misma repicaron en tributo al líder comunitario y religioso.
Al presidente Ballard le sobreviven siete hijos, 43 nie-tos, 105 bisnietos y un tataranieto.
Stay Connected With Us