Traducción: Laura Vallejo
Las personas que realicen un viaje a cualquiera de las 5 parroquias diocesanas de-signadas como sitios de peregrinaje recibirán la indulgencia plenaria, esto de acuerdo con el Decreto sobre la Indulgencia durante el Año Jubilar 2025, llamado por el Papa Francisco el 13 de mayo del 2024.
Una indulgencia plenaria es una gracia otorgada por el Iglesia a través de los méritos de Jesucristo para remover los castigos temporales debidos por el pecado. Una indulgencia es una “remisión de la pena temporal debida por los pecados, perdonados ya en lo que se refiere a la culpa… Esta indulgencia tiene algo de común con las demás formas instauradas para quitar las malicias de los pecados, pero, al mismo tiempo, hay razones que la distinguen perfectamente. Pues en la indulgencia la Iglesia, empleando su potestad de administradora de la redención de Cristo, no solamente pide, sino que con autoridad concede al fiel convenientemente dispuesto el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos para la remisión de la pena temporal,” se lee en el Indulgentiarum doctrina del Papa Juan VI.
Las indulgencias pueden ser otorgadas a los vivos y a los muertos.
Para recibir una indulgencia como parte del peregrinaje, los fieles deben de visitar lugares sagrados (“Se concede la indulgencia plenaria a todos y cada uno de los fieles, con las condiciones habituales a saber, confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice, con el corazón totalmente desapegado del afecto a cualquier pecado), de acuerdo con el Decreto de la Penitenciaría Apostólica sobre las Indulgencias Concedidas. Las personas también deben de cumplir con las condiciones para la indulgencia: rechazo de todo pecado Profesión de Fe y “otras, recibir el Sacramento de Confesión y la Eucaristía hasta 20 días después del peregrinaje y para por las intenciones del Papa.
Las personas que no puedan participar en estas actividades debido a dolencias, enfermedades o encarcelación pueden recibir la indulgencia si “rezan el padrenuestro y el Credo, añadiendo una jaculatoria a Jesús sacramentado (por ejemplo, «Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del altar...»).”
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