Traduccion: Laura Vallejo
SALT LAKE CITY — “Que tan hermoso momento para reunirnos como familia de fe ante la presencia de prácticamente el 100 por ciento de los sacerdotes de la Diócesis de Salt Lake City,” dijo el Obispo Oscar A. Solis conforme daba la bienvenida al Pueblo de Dios de la Diócesis de Salt Lake City a la Misa Crismal celebrada el 10 de abril en la Catedral de la Magdalena.
Entre los concelebrantes estuvieron el padre John Evans, vicario general; el padre Martin Diaz, rector de la Catedral; el padre Bruno Rampazzo, Superior General de la Congregación de los Rogacionistas del Corazón de Jesús; el padre Kenneth Vialpando, vicario de clero; el padre Langes Silva, vicario judicial; y monseñor Colin F. Bircumshaw, vicario general emérito. Muchos diáconos estuvieron en asistencia. Muchos miembros del laicado también asistieron con una catedral llena en su totalidad.
Durante la Misa el Obispo Solis bendijo y consagró “los santos óleos que se usarán en la celebración de los sacramentos en toda la diócesis durante el próximo año,” dijo el Obispo hablando en inglés y en español.
“Los óleos traerán sanación a los enfermos y sufrientes, fortaleza a quienes buscan ser miembros de nuestra comunidad de fe, santificación de nuestros espacios sagrados, y gracia y valentía a todos los que buscan seguir a Jesús como sus discípulos misioneros,” dijo el Obispo. “Al celebrar la Eucaristía esta noche, nos comprometemos una vez más con nuestros ministerios sacerdotales, proféticos y reales como fieles bautizados, y de manera particular, en el sacerdocio ministerial de los sacerdotes y obispos.”
Las lecturas de la Misa fueron Isaías 61:1-3a, 6a y 8b-9; Revelaciones 1:5-8; y Lucas 4:16-21.
“Hoy celebramos con alegría y gratitud la presencia de nuestro clero- sacerdotes y diáconos – así como de los laicos, reunidos alrededor del altar con su Obispo para ce-lebrar la Eucaristía, particularmente en la Misa Crismal,” dijo el Obispo al comienzo de su homilía. “Este no es solo un momento inspirador sino tal vez el símbolo más visible de la Iglesia instituida por Cristo.”
Durante la Misa Crismal, el que los sacerdotes concelebren “es una manifestación de su comunión con el Obispo,” dijo. “Ellos renovarán sus votos de su ordenación, su promesa de obediencia a su obispo y su sucesor así como su fidelidad al Evangelio y al magisterio de la Iglesia, símbolo de su afirmación al servicio del Pueblo de Dios. Como su Obispo, yo renuevo mi propia dedicación como pastor de la Diócesis de Salt Lake City.”
Reflexionando sobre el Evangelio, el Obispo dijo que el pasaje de Lucas “nos recuerda nuestra dignidad como hijos de Dios ungidos y como portadores de la Buena nueva de la salvación. El ritual de la consagración de los Santo Crisma y de la bendición de los óleos, los cuales serán distribuidos a todas las parroquias para la administración de los Sacramentos a lo largo del año, es una poderosa expresión del amor infinito de Dios y de su gracia redentora. El santo Crisma le recuerda a nuestros sacerdotes sobre el óleo utilizado para nuestra ordenación al sacerdocio,” y también nos recuerda de la misión, “ de llevar buenas noticias a los pobres,” dijo el Obispo.
Los sacerdotes “no solo representan el sacerdocio de Cristo sino actúan en su nombre- actúan en su nombre celebrando la Eucaristía y administrando los Sacramentos, y siendo instrumentos de la gracia de Dios,” dijo el Obispo.
El Obispo le pidió al laicado presente, “orar por nuestros sacerdotes, religiosos y diáconos permanentes, para que vivan su vocación con alegría siguiendo los pasos de Cristo, quien vino no a ser servido sino a servir y estar listo para dar su vida por los demás y por el amor a Dios.”
El Obispo también los animó a “salir con fe renovada, acogiendo la misión de la Iglesia y compartiendo nuestra esperanza en Cristo- una esperanza que no decepciona. Que Dios nos ayude a transformar y construir un mundo en su reino, un reino de alegría, amor y paz.”
Siguiendo su Homilía los sacerdotes renovaron sus promesas y se llevó a cabo el Rito de Bendición de los Oleos y Consagración del Crisma.
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