Traducción: Laura Vallejo
SALT LAKE CITY — La comunidad de la Catedral de la Magdalena en Salt Lake City, como muchas comunidades en Utah, tiene una ferviente devoción a nuestra Señora de Guadalupe. La celebración anual usualmente se realiza el 12 de diciembre. El año pasado miembros de la catedral tuvieron el deseo de adquirir nuevas vestimentas para que el sacerdote las usará específicamente para esta celebración.
Ya que la Catedral es la Iglesia madre de la diócesis, se necesitaban 5 juegos de vestimentas: una para el Obispo, dos para los sacerdotes y tres para los diáconos.
Para recaudar los fondos, algunos de los feligreses organizaron ventas de alimentos, ventas de artículos religiosos; los papás de los niños de las clases de educación religiosa organizaron un festival para recaudar fondos y los Caballeros de Colón donaron $1,500 dólares.
“Fue una cooperación de las muchas facetas de la comunidad Hispana de la Catedral,” dijo el padre Martín Díaz, rector de la misma.
El padre Díaz dijo que dos de los líderes detrás de la organización de las recaudaciones fueron el diácono Guillermo Méndez y de su esposa Socorro. “Ellos realmente animaron a la comunidad hispana. Estoy muy satisfecho por su ministerio. Ellos logran unir a las personas, y saben como pedirles su ayuda haciendo las ventas y los festivales.”
A comienzos del verano todo el dinero necesario ya había sido recaudado y los 5 juegos de vestimentas fueron ordenados en una compañía en Canadá. El 12 de noviembre las vestimentas llegaron a la Catedral y fueron puestas en exhibición durante las Misas del fin de semana del 14 de noviembre para que la comunidad les pudiese hechar un vistazo.
Todas las vestimentas son blancas. La del Obispo tiene una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe en su frente y la de una rosa en su parte trasera. Las vestimentas de los sacerdotes y de los diáconos todas tienen una rosa.
De acuerdo con la tradición, cuando la Virgen se le apareció a San Juan Diego en el cerro del Tepeyac en México en 1531, ella le pidió recolectar rosas, las cuales no eran flores de temporada, para que se las llevase al arzobispo como muestra de su aparición. Cuando San Juan Diego abrió su tilma en la cual colectó las rosas, una imágen de Nuestra Señora estaba impregnada en la misma. Esa es la imágen que fue copiada para la vestimenta del Obispo.
El padre Díaz dijo que el poder celebrar la Misa en las vestimentas diseñadas específicamente para la celebración de Nuestra Señora es comparable cuando una persona se viste para una ocasión especial.
“Tenemos una imagen de la Santa Madre,” dijo el padre. “Sabemos como es que nuestra Señora de Guadalupe se ve comparada con Nuestra Señora de Lourdes o Nuestra Señora de Fátima. María es ya especial. Pero con Nuestra Señora de Guadalupe Nuestra a María revelada ante nosotros como un regalo.”
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