La Catedral es celebrada durante el 'Bishop's Dinner'

Intermountain Catholic

+ Enlarge

El Reverendísimo Gerald F. Kicanas, Obispo de Tucson, fue el orador principal durante el ?Bishop's Dinner' 2012.IC foto/Marie Mischel

SALT LAKE CITY — El 20 de septiembre la novena ‘Bishop’s Dinner’ a beneficio de la Catedral de la Magdalena, reunió cerca de 500 personas en el hotel Grand America.

"Una catedral no es solo un edificio, no es tan solo un sitio histórico, no es solo el centro de la ciudad en donde vivimos, es un lugar de trascendencia en donde nuestras mentes y corazones se elevan a Dios mediante ;as bellezas y los símbolos y la riqueza de la música y de las maravillosas dimensiones de esta grandiosa catedral", dijo el Reverendísimo Gerald F. Kicanas, Obispo deTucson, quien fue el orador principal del evento.

Agregó que una Catedral "fue construida para alabanza, para alabar y glorificar a Dios, en la catedral se respira un ambiente de oración. Esto es lo que le sucede a las personas que vienen no solo para admirar la belleza del lugar sino para enriquecerse".

Entre los dignatarios que asistieron al evento se encontraban el Reverendísimo Gerardo Humberto Flores Reyes, Obispo emérito de Guatemala; Elder M. Russell Ballard, miembro del Quorum de los Doce Apóstoles de la Iglesia De Jesucristo de los Santos de Los Últimos Días; Scott B. Hayashi, Obispo de la Diócesis Episcopal de Utah; El Muy Reverendo Ray Waldon, rector de la Catedral de Saint Mark en Salt Lake City; La Cónsul Mexicana Socorro Rovirosa; el Alcalde del condado de Salt Lake Peter Corroon; así como varios sacerdotes de la Diócesis de Salt Lake City incluyendo a Monseñor Colin F. Bircumshaw, vicario general; Monseñor Joseph M. Mayo, rector y pastor de la Catedral de la Magdalena; Monseñor M. Francis Mannion, y Monseñor J. Terrence Fitzgerald, vicario general emérito y presidente honorario del evento.

La cena fue dedicada a Monseñor Mannion pastor de la Catedral de 1986-2000, quien se encargó de la renovación del interior. Monseñor Mannion también "fue parte instrumental en el desarrollo de los programas que son parte de la esencia dela Catedral", dijo Monseñor Mayo.

El Obispo Kicanas dijo que la presencia de tantas personas de otras religiones a la cena es un tributo a la comunidad de Utah. "Esta noche nos regocijamos en esperanza- las personas están dispuestas a compartir para continuar haciendo a este lugar tan hermoso, del que estamos tan orgullosos algo que será para nuestros hijos y nietos y para las generaciones venideras".

Agregó que la Catedral, "tiene la mi-sión y el propósito de ser un lugar de oración, de ser un lugar donde la música maravillosa eleve nuestras mentes y corazones a Dios, un lugar en donde las personas puedan aprender acerca de su fe y enriquecerse de la fe; un lugar en donde las personas necesitadas puedan llegar y llamarle hogar… esto no puede ser tan solo un edificio – es un lugar con una mi-sión".

El Reverendísimo John C. Wester, Obispo de Salt Lake City, reforzó estos pensamientos en sus connotaciones. El Obispo dijo que la Catedral pertenece a la Diócesis De Salt Lake City, "pero es más que eso. Pertenece a la comunidad, pertenece a Utah. Es un lugar en donde todos están bienvenidos, y es un lugar que todos hicieron posible. Si nos apoyamos en los hombros de gigantes, pero todos debemos de dar un paso y ser los gigantes que continúen tal legado, que continúen tan maravilloso lugar".

Durante la cena, se mostró un video mostrando varios de los Ministerios de la Catedral: liturgias, servidores de altar, las misas en español que comenzaron en el 2004, el programa del Buen Samaritano, el Coro de la escuela Madeleine, el Festival de Órgano Eccles y el Festival de la Magdalena.

La catedral "sirve como un faro en nuestra comunidad como algo muy especial, como algo más, como algo más allá", dijo el Obispo Wester, "Nos recuerda a todos los que se nos adelantaron, quienes nos han dejado tan maravilloso y precioso legado. Su grandeza y esplendor refuerza el sentido de que somos unos humildes servidores, humilde corresponsales, quienes tienen que cuidar este maravilloso lugar. Su belleza nos ayuda a interiorizar más profundamente en nuestras almas hacia un lugar en donde Dios nos habla amorosamente. Es una verdadera ventana al interior del amor de Dios en nuestros corazones y para nuestros semejantes".