TREMONTON — Cualquier otro día, la insistente llovizna hubiera sido una seña de un invierno frío y con fango en Tremonton, una pequeña comunidad agrícola en el condado de Box Elder en la intersección de las carreteras interestatales 15 y 84. Sin embargo, la gente de la Misión de Santa Ana ni siquiera notó la lluvia debido al entusiasmo de la dedicación de la ampliación de su pequeña iglesia el 11 de febrero pasado. El pequeño santuario con sus bancas de color rosa fosfórico se llenó casi de inmediato. Luego la comunidad de Santa Ana llenó el salón de la iglesia y cuando el espacio y todas las sillas se llenaron, la gente continuó reuniéndose en los pasillos que llevan a la nueva ampliación de su iglesia. La ampliación de la Misión de Santa Ana añade varios salones de clase a la iglesia de 1989, casi doblando el tamaño del complejo. Hoy, la misión esta cercada por un nuevo complejo de casas y por tierras de labranza. Eddy y Delfinia Barela, quienes llegaron más de una hora antes de la Misa de dedicación, se pusieron a recordar como se veía y como se sentía la previa iglesia. Señalando un cuartito no más grande que el tamaño de un coche compacto, Eddy dijo que ese cuarto era uno de los tres salones de clases con los que contaba la Misión de Santa Ana antes de la ampliación. Este es el único cuarto que queda de los tres originales y ha sido remodelado con una ventana y un papel en la puerta que dice «Cuarto para Niños». Según Delfinia, quien enseña educación religiosa en Santa Ana, aún las clases más pequeñas no cabían en ese pequeñísimo espacio. «Poniendo a 50 niños en uno de esos cuartitos era imposible. ¡En algunas ocasiones tuve que dar mis clases en la cocina! He visto los nuevos salones de clases y estoy muy entusiasmada. Ya sé donde voy a poner mi material didáctico, y va a ser una gran experiencia para los niños», dijo Delfinia. Los salones de clase recientemente pintados y aún sin puertas y pisos terminados, fueron una fuente de orgullo para todos los miembros de la comunidad de Santa Ana conforme caminaban a través de ellos el día de la dedicación. En su homilía el Administrador Diocesano Monseñor J. Terrence Fitzgerald les hizo notar a todos que los recursos monetarios que se usaron para crear la nueva estructura provinieron de toda la diócesis y de más allá. «Estoy seguro que todos saben lo dificil que es hoy en día conseguir dinero para estos proyectos maravillosos tales como Santa Ana», él dijo. «Sé que ustedes han hecho su parte con muchas ventas de galletas y pasteles y han recaudado fondos de otras formas para reunir los recursos necesarios. Pero también quiero mencionar los $300.000 para esta ampliación que vinieron de los donativos de otras gentes a nuestra Campaña del Desarrollo Diocesano, a nuestra Fundación Católica de Utah, y de nuestros grandes benefactores la Catholic Church Extension Society y el comité de misiones de los Obispos», dijo Monseñor Fitzgerald. El continuó diciendo, «Si me acuerdo bien, han pasado 60 años desde que se celebró la primera Misa aquí en un hogar Católico. Y fue en 1989 que la presenta iglesia se construyó. Este es un tributo al crecimiento de la fe en este condado tenerlos a todos aquí, y ya es claro que no hay suficientes sillas para todos los presentes. Creo que las lecturas de esta tarde nos hablan hermosamente acerca de la fe que compartimos sobre la razón por la cual tanta gente se sacrifica para construir la misión original, para ayudar a mantenerla y para construir la ampliación.« «Del profeta Jeremías en el Antiguo Testamento escuchamos, "Bendito es el que confía en el Señor, y que en él pone su esperanza. Se asemeja a un árbol plantado a la orilla del agua y que alarga sus raíces hacia la corriente." Ciertamente es nuestra fe en el Señor, nuestra fe, que nos da la fuerza como una comunidad para continuar reuniéndonos, para continuar celebrando, para continuar siendo testigos del gran don que Dios nos ha encomendado», él dijo. «Aún quedan muchos retos para esta comunidad. Espero que en los próximos 20 años crezcan el doble, y entonces el nuevo obispo tendrá que decir "¡Santo cielo! ¡Lo que construyeron en Tremonton fue muy pequeño. Necesitamos una iglesia!" Ese es nuestro objetivo: fortalecernos en nuestra fe, apoyando a nuestros hermanos y hermanas que puedan ser tentados o que vacilen.« «Alcanzando con bondad, especialmente a la comunidad Hispana en esta área, continuamos apoyándonos y animándonos los unos a los otros para ser más fieles al gran patrimonio que Dios nos han encomendado. Esto significa en una forma muy especial que necesitamos enseñar a nuestros hijos nuestra fe Católica. Si no conocemos nuestra fe, si no entendemos nuestra fe, nosotros no viviremos nuestra fe. Si no sabemos el significado de nuestras celebraciones y nos reunimos a celebrar las grandes solemnidades sin entender, rápidamente perderemos el entendimiento de quienes somos llamados a ser.« «Ustedes son una comunidad de fe, ustedes son un gran testigo aquí en este condado de nuestra presencia Católica. Los exalto a que trabajen juntos y a que vivan en armonía y paz. Ustedes son testigos de la gracia de Dios. Qué benditos somos, mis amigos, de tener una fe. Vivamos esa fe y tomemos y reforcemos esa fe», dijo Monseñor Fitzgerald.
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