La comunión requiere oración, escucha y conversión, dice el Papa León

Friday, May. 30, 2025
By Catholic News Service

Carol Glatz

ROMA  -- Al celebrar su primera Misa en la catedral diocesana de Roma, el Papa León XIV dijo que la comunión se construye principalmente “de rodillas”, a través de la oración y un compromiso constante de conversión.

Reafirmó la dedicación del Papa Francisco a escuchar, en primer lugar, al Espíritu Santo, ya que luego conduce a escuchar y comprender a los demás como nuestros “hermanos y hermanas”.

Las observaciones del Santo Padre se produjeron durante su homilía en la Misa en la Basílica de San Juan de Letrán, donde tomó posesión de la catedral como obispo de Roma el 25 de mayo.

El Papa llegó a última hora de la tarde entre los vítores y aplausos de quienes acudieron a dar la bienvenida al pontífice nacido en Estados Unidos cuando llegó a la basílica. Sonrió y saludó a los que estaban fuera antes de ser saludado por el cardenal Baldassare Reina, vicario papal para Roma, y después atravesó la Puerta Santa de la basílica.

Al comienzo de la liturgia, el cardenal Reina leyó una profesión de obediencia al Papa en nombre de la diócesis y, a continuación, el Papa se sentó en la silla de mármol elevada del ábside de la basílica, tomando posesión formal de la “cathedra” (silla) del obispo de Roma. A continuación, recibió a representantes de su rebaño, entre clérigos y laicos.

El Papa dedicó su homilía a las lecturas de la Misa, haciendo especial hincapié en la importancia de la escucha.

La primera lectura de los Hechos de los Apóstoles (15,1-2, 22-29), describe a Pablo y Bernabé reconociendo la autoridad de la iglesia de Jerusalén y yendo allí para resolver la cuestión de si los gentiles podían abrazar una forma de cristianismo que no incluyera la observancia de todos los aspectos de la ley mosaica.

“No fue un proceso fácil, requirió mucha paciencia y escucha recíproca”, y Pedro y los apóstoles de Jerusalén estaban dispuestos a escuchar, dijo el Papa León.

Por medio de ese diálogo “llegaron a solucionar juntos la cuestión que los ocupaba”, dijo, porque escucharon la voz de Dios.

“De este modo, nos recuerdan que la comunión se construye ante todo ‘de rodillas’, en la oración y en un continuo compromiso de conversión. Sólo en esa tensión, en efecto, cada uno puede sentir dentro de sí la voz del Espíritu que grita: ‘¡Abba! Padre’ y consecuentemente escuchar y comprender a los demás como hermanos”, afirmó.

“Y es efectivamente así: nosotros somos tanto más capaces de anunciar el Evangelio cuanto más nos dejamos conquistar y transformar por Él, permitiendo a la potencia del Espíritu purificarnos en lo más íntimo, haciendo que nuestras palabras sean simples y sin doblez, nuestros deseos honestos y limpios, nuestras acciones generosas”, dijo el Papa.

De hecho, dijo, “el Evangelio nos reitera este mensaje diciéndonos que, en las decisiones de la vida no estamos solos. El Espíritu nos sostiene y nos indica el camino a seguir, ‘enseñándonos’ y ‘recordándonos’ todo lo que Jesús dijo”.

“Frecuentemente el Papa Francisco nos invitaba a reflexionar sobre la dimensión materna de la Iglesia y sobre las características que le son propias: la ternura, la disponibilidad al sacrificio y esa capacidad de escucha que permite no sólo socorrer, sino a menudo prever las necesidades y las expectativas, antes incluso de que se formulen”, dijo.

“Son rasgos que deseamos que vayan creciendo en el Pueblo de Dios en todas partes, también aquí, en nuestra gran familia diocesana: en los fieles, en los pastores y, antes que nadie, en mí mismo”, dijo el Papa León.

Animó a “varios niveles de escucha” del mundo y de las comunidades de la diócesis de Roma para responder a los desafíos actuales y “promover sabias y proféticas iniciativas de evangelización y de caridad”.

“Expreso el deseo y el compromiso de entrar en este vasto proyecto poniéndome, en la medida de lo posible, a la escucha de todos, para aprender, comprender y decidir juntos ‘cristiano con ustedes y Obispo para ustedes’ , como decía San Agustín”, dijo el Papa León.

Pidió a todos que le apoyaran “un esfuerzo común de oración y de caridad, recordando las palabras de San León Magno: ‘que en todas las cosas que hacemos rectamente, Cristo es quien realiza la obra de nuestro ministerio. No nos gloriamos en nosotros, que nada podemos sin Él’”.

Expresó su amor y afecto por los fieles de Roma diciendo algo parecido a lo que San Pío X dijo al entrar como patriarca en Venecia: “’puedo aseguraros que os amo, que solamente deseo serviros y poner a disposición de todos mis pobres fuerzas, todo lo poco que tengo y que soy’”.

Tras la Misa, el Papa se asomó al balcón de la basílica, donde se dirigió brevemente a una gran multitud de personas, deseándoles como hizo la tarde de su elección, el 8 de mayo: “La paz esté con ustedes”.

El Año Santo dedicado a la esperanza, dijo, anima a los fieles a ser testigos vivos de la esperanza de Cristo para el mundo, “un mundo que está sufriendo mucho” a causa de la guerra, la violencia y la pobreza.

“Gracias por caminar juntos”, dijo, “caminemos todos juntos”.

A continuación, el Papa subió a un papamóvil abierto y se dirigió a la basílica patriarcal de Santa María la Mayor, donde veneró la “Salus Populi Romani” (“Salvación del pueblo romano”), un icono mariano situado en una capilla lateral.

Tras las oraciones y la bendición final, se detuvo y rezó ante la tumba de su predecesor, el Papa Francisco, sobre la que yacía una única rosa blanca.

A continuación, el Papa León se dirigió a la gente reunida fuera de la basílica, agradeciéndoles “de corazón” su presencia para estar con su nuevo obispo, “unidos como miembros de la Diócesis de Roma”.

Antes de dirigirse a San Juan de Letrán para la Misa, el Papa León se reunió también con el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, en una breve ceremonia al pie de la escalinata del ayuntamiento.

El Papa León dijo sentir la “seria pero entusiasta responsabilidad de servir a todos los miembros” de la Diócesis de Roma, “teniendo en el corazón, ante todo, la fe del pueblo de Dios y, por tanto, el bien común de la sociedad”.

“Somos socios, cada uno en su ámbito institucional”, dijo. Y, cuando se disponía a tomar posesión de la catedral de la ciudad, añadió “Hoy puedo decir por ustedes y con ustedes, soy romano”, lo que fue acogido con grandes aplausos.

For questions, comments or to report inaccuracies on the website, please CLICK HERE.
© Copyright 2025 The Diocese of Salt Lake City. All rights reserved.