La Diócesis de Salt Lake City actualiza las iniciativas pastorales debido al coronavirus

Friday, Apr. 03, 2020
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SALT LAKE CITY — El 27 de marzo el Obispo Oscar A. Solis publicó un memorandum diriguido al clero de la Diócesis de Salt Lake City para la celebración de la Misa diaria sin la prescencia de los fieles, previniendo asi el esparcimiento del coronavirus. El Obispo también instruyó, que cuando posible, se den oportunidades de por lo menos dos horas diarias para el Sacramento de la Reconciliación del 30 de marzo hasta la Pacua, esto mientras las medidas de seguridad de la salud sean cumplidas.

Debido a la pandemia, las escuelas Católicas han extendido su cierre hasta el 1ero de mayo, pero la instrucción remota continuará.

Ademas, el Obispo Solis pidió que diariamente cada parroquia ofrezca Adoración al Santísimo , con el compromiso de que el distanciamiento social sea mantenido.

El Obispo también pidió que cada parroquia realize dos colectas de alimentos para los necesitados, una el Domingo de Ramos (5 de abril) y otra en Domingo de Pascua (12 de abril). Las donaciones pueden ser utilizadas en el banco de alimentos de la parroquii o entregadas a las familias necesitadas de la parroquia, o bien entregadas a Catholic Community Services. “Este es un servicio de Caridad de Cuaresma,” escribió el Obispo.

En el memorandum también se pide a las parroquias y misiones sonar sus campanas al medio día y a las 6 p.m. Animando a los feligreses a orar en casa con sus familias, el Angelus y el Acto de Consagración de la Diócesis ante el Inmaculado Corazón de María. Esto comenzando el fin de semana del 28 de marzo y continuando hasta el Jueves Santo, y volviendo a sonar las campanas el Domingo de Pascua.

“En estos tiempos difíciles, es importante que todas nuestras iglesias parroquiales y misiones en toda la diócesis compartan concretamente nuestra solidaridad y compromiso con la renovación de la fe de los fieles mediante la observancia de las prácticas cuaresmales tradicionales de oración, ayuno y limosna,” escribió el Obispo en su memorandum. “La manera de llevar a cabo estas iniciativas manifiesta nuestra unidad en nuestra misión de responder a las necesidades espirituales de los fieles y hacerles saber que Dios, la Iglesia y sus pastores están con ellos especialmente en tiempos de crisis.”

EL ÁNGELUS
El Ángel del Señor anunció a María.

R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.(Avemaría)

He aquí la esclava del Señor.

R. Hágase en mí según tu palabra. (Avemaría)

Y el Verbo se hizo carne.

R. Y habitó entre nosotros. (Avemaría)
Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.

Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.

Oremos: Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración de Consagración de nuestra Diócesis al Inmaculado Corazón de María (Adaptación)
Oh María, Virgen poderosa y Madre de Misericordia, nos consagramos a nosotros mismos, a nuestro propio ser y toda nuestra vida: todo lo que tenemos y todo lo que amamos a tu Inmaculado Corazón. Te consagramos nuestros cuerpos, nuestros corazones y nuestras almas, nuestros hogares, nuestras familias, nuestra Diócesis y nuestro país. Deseamos que todo lo que está en nosotros y a nuestro alrededor pueda compartir los beneficios de tu bendición maternal.

Hacemos este acto de consagración y nos comprometemos a profesar con valentía y en todo momento las verdades de nuestra santa Fe, y a vivir nuestra vida cristiana como católicos genuinos, y obedientes a nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, los obispos y el clero en comunión con él. Nos comprometemos a cumplir nuestras promesas bautismales y los mandamientos de Dios y su Iglesia, en particular a santificar el día del Señor.

Te prometemos gloriosa Madre de Dios, dedicarnos de todo corazón a la proclamación del Evangelio, y a la difusión de la devoción a tu Inmaculado Corazón, para acelerar y asegurar por la intercesión de tu Inmaculado Corazón, la venida del reino de tu Divino Hijo, en nuestros propios corazones y en todos los pueblos del mundo.

Oh María, Refugio de los pecadores y Salud de los enfermos, tú diste esperanza a tu pueblo en tiempo de angustia, y le diste consuelo en tiempo de dolor. Guárdanos bajo tu manto de protección, a todos los que sufren a causa de la enfermedad de coronavirus, y a los que cuidan a los enfermos y atienden sus necesidades, así como tu Hijo nos implora que hagamos los unos por los otros.

Quédate con nosotros ahora como un signo de salvación y esperanza, mientras nos encomendamos a tu amoroso cuidado. Ayúdanos, oh Madre del Amor Divino, a permanecer firmes en medio del miedo, el sufrimiento y la muerte. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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